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Cruzada «antibotellón»: 8.672 multas en cuatro meses

El endurecimiento de las sanciones por beber en la calle rebaja el número de expedientes. Desde julio se ponen 61 multas al día y se recaudan más de 3 millones

Cruzada «antibotellón»: 8.672 multas en cuatro meses
Cruzada «antibotellón»: 8.672 multas en cuatro meseslarazon

Cerca de tres millones de euros recaudará el Ayuntamiento de la capital en multas por hacer «botellón». Desde que entró en vigor la modificación de la «ley antibotellón», que duplicaba el importe de la sanción, el pasado 15 de julio, la Policía Municipal ha abierto 8.672 expedientes por consumo de alcohol en la vía pública, de los cuales, 6.916 ya han sido resueltos y notificados, y suponen una multa de 600 euros, de media, para los sancionados.

Los «cazados» haciendo «botellón» pueden ahorrarse hasta un 40 por ciento de esa cantidad si hacen pronto-pago en los diez primeros días antes de recibir la notificación, lo que reduciría lo recaudado por el consistorio a unos 400 euros. A esto hay que restar también que un 2 por ciento de los multados son menores de edad y el importe de la multa baja a 500 euros. Sin embargo, quienes hayan reincidido en su costumbre de beber en la calle en los últimos seis meses tendrán que sumar otros 500 euros a la sanción inicial de 600 y 500 más por cada reincidencia en este plazo hasta un máximo de 60.100 euros.

Una década de multas

En definitiva, lo que obtendrá el consistorio por los «botelloneros» será como mínimo casi tres millones de euros o más de siete en caso de que haya muchos reincidentes, lo que es muy posible dado el perfil de los multados. Muchos de ellos llevan con la costumbre desde hace más de una década –la «ley antibotellón» es de 2002–, ya que el 65 por ciento tiene entre 18 y 25 años, y un 33 por ciento es mayor de esa edad. Igualmente, el 64 por ciento reside en la capital y el 76 por ciento son hombres.

Con todo, la cantidad de multas que se han puesto por consumo de alcohol se aleja de las cifras de 2011, año en que se tramitaron más de 100.000 sanciones y que supuso un incremento del 104 por ciento respecto al periodo anterior. Hay que tener en cuenta que el «botellón» se sanciona, además de por la ley de drogodependencias y otros trastornos adictivos de la Comunidad de Madrid, por el exceso de ruido que provoquen a los vecinos y por la suciedad que dejen en la zona, especialmente si se trata de un parque.

De hecho, estas otras multas relacionadas con el consumo de alcohol en la calle y el endurecimiento de la «ley antibotellón» tienen como objetivo acabar con esta práctica que, según la Confederación de Empresarios de Madrid, produce unas pérdidas de 150 millones de euros al sector del ocio nocturno. A esto hay que sumar las molestias a los vecinos y el gasto extraordinario en limpieza. Otras de las medidas que se han puesto recientemente en marcha para tratar de eliminar el «botellón» es la declaración del distrito Centro como Zona de Protección Acústica Especial para limitar también el ruido de los bares. Además, la modificación de la «ley antibotellón» ha permitido que sean los ayuntamientos quienes tramiten directamente las sanciones, lo que ha agilizado la tramitación y posterior cobro de la multa. Igualmente, ya no se puede evitar el pago mediante la realización de un curso de concienciación o por la realización de servicios en beneficio de la comunidad. El Gobierno regional decidió eliminarlos al demostrarse su nula eficacia para evitar la reincidencia.

En el Arena, botellón dentro y fuera

La marabunta de jóvenes que acudió la noche de Halloween a la fiesta en el Madrid Arena impidió un control exhaustivo de la requisa de materiales peligrosos al recinto del Thriller Music Park. Tal y como reveló LA RAZÓN, hasta pudieron entrar con un arma blanca con la que apuñalaron a un joven. Pero no sólo esto. Para muchos de los asistentes, el «botellón» que se concentró en los alrededores de la feria de la Casa de Campo continuó en el interior de la fiesta. Bebieron fuera sin que se levantase ningún acta policial, y dentro sortearon sin problemas el control para meter botellas de alcohol.

Son muchos los testimonios de los asistentes a la actuación de Steve Aoki recogidos en el atestado policial y el sumario del caso que reconocen que antes de acceder al Madrid Arena estuvieron en los alrededores de las entradas al recinto ferial haciendo «botellón» para evitar pagar por las copas en el interior de la fiesta. Por ejemplo, E.Iglesias declaró ante la Policía que «sobre las 23:30 horas había un gran "botellón"en todos los alrededores, por todos los sitios había gente y él junto con sus amigos también hicieron "botellón"cerca de la parada de Metro».

En estos casos, era la Policía Municipal la encargada de evitar el consumo de alcohol en la vía pública y así lo hicieron en los accesos al recinto ferial, tal y como aparece en el informe recopilado por el Ayuntamiento de Madrid. «En la entrada principal del recinto fue necesario desde primera hora alejar a una gran cantidad de jóvenes que tenían intención de realizar "botellón"en la misma puerta», señala, y apunta que se les alejó unos 50 metros. También tuvieron que apoyar a los responsables del control de requisa, Seguriber, en otras entradas puesto que la llegada de jóvenes hacia el Madrid Arena era masiva. De hecho, los responsables de la seguridad exterior tuvieron que pedir ayuda a los policías municipales a partir de las dos de la mañana debido a la aglomeración en uno de los accesos.

Sin control

Seguriber también era responsable de vigilar que no se realizara «botellón» en los aparcamientos del recinto, pero los testimonios de los asistentes a la fiesta demuestran que no cumplieron con esta labor. «En el aparcamiento privado del recinto existían numerosos vehículos con música y bebidas alcohólicas», aseguró en su declaración, G. Sauco, que añade que ni la organización ni la Policía actuaron al respecto.

Sin embargo, el hecho más grave es que muchos consiguieron acceder con sus propias botellas de alcohol al interior del Madrid Arena. «Había multitud de asistentes con sus propias botellas de alcohol», asegura otro de los jóvenes que estuvieron en la fiesta. E. Iglesias añade: «Lo único que hicieron cuando entré fue palpar exteriormente un poco la mochila. Si hubiera llevado algo no se hubieran percatado. De hecho, mucha gente coló bebida porque pude ver en el interior cómo algunas chicas sacaban botellas de los bolsos»

Es decir, no funcionó el control de requisa en las puertas exteriores del recinto ferial de la Casa de Campo y tampoco el acceso en la puerta de la fiesta, donde prácticamente todos los asistentes que prestaron declaraciones ante la Policía o el juez señalaron que nadie les pidió el DNI o que mostrasen lo que llevaban en bolsos o mochilas.