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Hinchas del Rayo: «Cuando estoy en la grada rezo para que no se caiga»

Los aficionados de este equipo madrileño protestan por la dejadez del estadio y exigen la dimisión de Martín Presa

Los aficionados del Rayo Vallecano protestaron por la «dejadez» en la que se encuentra el estadio y no dejaron de corear el mítico «Vamos Rayito»
Los aficionados del Rayo Vallecano protestaron por la «dejadez» en la que se encuentra el estadio y no dejaron de corear el mítico «Vamos Rayito»larazon

«Hinchas» del Rayo protestan por la dejadez del estadio y exigen la dimisión de Martín Presa.

Las camisetas y banderas del rayo inundaban ayer la calle Puerta del Monasterio desde donde comenzaba la manifestación. Los rayistas iban llegando al punto de salida para posicionarse detrás de la pancarta que los guiaría hasta su estadio con el fin de protestar por el estado de «dejadez» en el que se encuentra. En cuanto estuvieron listos, se encendieron los megáfonos que portaban dos miembros de la peña «los bukaneros» y los cantos y reclamos llenaron la calle vallecana. Los situados en la cabecera de la manifestación fueron los encargados de convertir las voces de los aficionados en una sola. Las protestas por un estado digno se unían a la petición de dimisión del Presidente del Rayo Vallecano. Los «hinchas» no pararon de corear «Presa vete ya» y de cantar su mítico « Vamos Rayito» mientras caminaban hacia su campo.

Los aficionados inundaron parte del barrio para reclamar seguridad en su estadio. Ángel es el vicepresidente de la peña El Cencerro y asegura que no se encuentra seguro en el campo, «cuando me siento en la grada miro hacia arriba y rezo porque no se caiga». Cuando habla del estadio, de su «rayito del alma», lamenta que «esté en estas pésimas condiciones». Opina lo mismo Marisol, socia del equipo franjirrojo, que estuvo en el partido del Rayo contra el Sevilla el pasado 19 de agosto, día en el que un niño se precipitó de una de las gradas y cayó sobre una montonera de escombros. Recuerda que «esa jornada el campo tembló más de lo normal. Prefiero esperar seis meses a que lo vuelvan a abrir, pero quiero saber que no se va a caer», insiste mientras se cuelga su bufanda del Rayo.

Poco a poco, los socios, aficionados y miembros de las diferentes peñas rayistas llegaron a la calle Payaso Fofó, en la que se encuentra el estadio, para «abrazarlo» y demostrar que «no nos rendimos”. Luis Miguel, de la Peña Piti, era parte de este cordón humano y también recordaba el temblor de la grada el 19 de agosto. «Parecía un terremoto», dice. Vestido con su camiseta de la franja, símbolo de los rayistas, aseguraba que, «aunque se hubiese jugado el partido previsto no hubiera venido». Achaca esta decisión a la falta de seguridad que siente cuando asiste a los partidos. «Amo al Rayo pero venir es jugarse el pellejo», explicaba rodeado de otros aficionados que asentían.

Los rayistas agolpados ante su estadio cerrado exigían su soluciones para poderse sentir seguros mientras disfrutan de los partidos de su equipo de toda la vida. «No dejaremos de luchar por lo que es justo», concluye Luis Miguel y recuerda que «la afición del rayo es diferente». Ayer la Comunidad de Madrid aseguró que el estadio estará listo e poco tiempo.