Construcción
David Cordish: el jefe del clan de los casinos que apoya a Trump
David Cordish pasó buena parte de las tardes del otoño de 2010 tocando a las puertas de las casas ajardinadas del condado de Anne Arundel, en Maryland. Cordish, tercera generación de una acaudalada familia judía, necesitaba el apoyo de los 320.000 vecinos censados para poder levantar uno de sus proyectos. Pese a la depresión que vivía EE UU tras la crisis financiera, había una fuerte campaña en contra de los planes del grupo Cordish para edificar un megacasino. Ni corto ni perezoso, David se arremangó para sacar adelante su apuesta. Hoy, el hotel-casino Live! Maryland factura 600 millones de euros. Este es sólo un ejemplo de cómo una empresa familiar de Baltimore, fundada en 1910 por Louis Cordish, ha dado el salto de la costa Este por todo EE UU y de allí a Europa. El clan Cordish, tan amplio que en su seno caben desde judíos ultraortodoxos hasta amigos de Ivanka Trump, una de las hijas del próximo presidente de EE UU, tiene un denominador común: cuando apuesta por algo, va con todo.
David Cordish (76 años) gestiona un coloso que comprende complejos de entretenimiento, casinos, hoteles, oficinas, apartamentos y centros comerciales y de convenciones que reciben al año más de cincuenta millones de visitantes. Sin embargo, la saturación de casinos por todo Estados Unidos (algunos estados cambiaron la legislación del juego durante la crisis para atraer inversión), que han brotado como Starbucks por todo el país, ha dado la vuelta a la estrategia del grupo. El clan Cordish busca ahora nuevos sectores. Así, el pasado mes de septiembre llegó a un acuerdo con el equipo de béisbol de los Texas Rangers para la creación de un complejo de entretenimiento en Arlington, Texas, con una inversión inicial de 250 millones de dólares (235 millones de euros).
Al margen, David ya había advertido de que la situación del negocio en EE UU hace necesario dar el salto a otros mercados. La escasez en Europa de complejos que combinen hoteles, casinos y espectáculos junto al tirón turístico de España y de Madrid –como centro de convenciones y negocios, y foco de ocio, cultural y gastronómico– ha hecho que el clan Cordish se lance a la aventura trasatlántica.
Casado en segundas nupcias con Suzi Cordish, el actual patriarca tiene a los tres hijos de su anterior matrimonio (Jonathan, Blake y Reed) como vicepresidentes de una compañía que factura unos 1.000 millones de dólares. Cifra orientativa ya que, como empresa familiar, sus cuentas son herméticas.
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