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«No puedo alimentar a una cuarta boca»

Imagen cedida por la Guardia Civil de los dos agentes del instituto armado que rescataron al recién nacido
Imagen cedida por la Guardia Civil de los dos agentes del instituto armado que rescataron al recién nacidolarazon

La madre que arrojó a su hijo a un contenedor de basura ingresó ayer en prisión acusada de homicidio en grado de tentativa.

La madre que arrojó a su hijo por un contenedor el miércoles en Mejorada del Campo fue detenida ayer por agentes de la Guardia Civil en su domicilio, situado en la calle de la Era número 5, apenas a unos metros del contenedor donde dejó al pequeño. Según informó ayer en una rueda de presa la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, la pista clave para dar con la madre fue que el biberón que se encontró junto al bebé era de una marca específica que sólo utilizan en el Hospital del Henares; a partir de ese momento los investigadores sólo tuvieron que conseguir los datos de los partos que había habido en el centro en los últimos quince días, –aunque según fuentes de LA RAZÓN las enfermeras del Hospital del Henares reconocieron al pequeño enseguida–, y fueron puerta por puerta comprobando que los niños se encontraban con sus madres hasta que por fin localizaron su objetivo. El padre del pequeño y marido de la mujer también fue detenido en un primer momento, pero poco tiempo después fue puesto en libertad al comprobarse que no había tenido nada que ver con la actuación de su mujer.

En un primer momento la mujer, que responde al nombre de Catalina D.M., negó los hechos a los agentes, pero finalmente se derrumbó y admitió todo. La mujer justificó así su actuación:«Me agobié con el pequeño». Otra de las excusas que la detenida dio a los guardias civiles fue que su situación económica era desesperada y que no disponía de recursos para hacerse cargo del pequeño.

Situación complicada

Catalina C.M. es de nacionalidad colombiana, tiene 37 años, está casada y es madre de otros 3 hijos de 4,5 y 11 años, que vivían con ella y que ahora se encuentran a cargo del padre. La situación familiar de Catalina era complicada, según pudo saber ayer LA RAZÓN. El matrimonio llevaba más de un año separado, y al parecer, el padre, también de nacionalidad colombiana, no vivía en el domicilio familiar. Esto explica que no tuviese conocimiento del embarazo de su esposa hasta quince días antes de que ésta diese a luz en el hospital. El pasado 30 de junio, según Europa Press, la mujer avisó a su marido de que se iba al hospital porque no se encontraba bien, al ver que el tiempo pasaba y no recibía noticias, el marido se personó en el hospital, donde le avisaron de que su mujer estaba dando a luz. Pero según pudo saber este periódico, el pequeño no fue recibido de igual manera por su padre que por su madre y en la habitación donde madre e hijo descansaban se podía escuchar cómo el padre se quejaba de tener «otra boca más que alimentar» mientras que a Catalina se la veía aparentemente feliz con el nacimiento de su cuarto hijo. Nadie sabe qué pudo pasar durante los días posteriores al nacimiento del pequeño para que Catalina tomase la decisión de deshacerse de él de una manera tan cruel. Los vecinos de la detenida no se explican lo ocurrido, muchos de ellos ni si quiera sabían que su vecina estuviese embarazada. «Hace bastante tiempo que no la veo, a los niños sí los he visto y al padre, alguna vez, pero a ella no», comentó Paola, una vecina que vive en el mismo edificio que Catalina. Tampoco saben nada de ella en el restaurante de al lado de su casa. «No me suena haberla visto embarazada, pero hace mucho que no se pasa por aquí», algo bastante extraño, ya que Mejorada es un pueblo en el que según comentan «se conoce todo el mundo» y se hubiese sabido que Catalina estaba esperando un bebé, lo que les hacía pensar que se escondía quizás para que su marido no supiese nada de su estado.

La madre de Marco fue detenida ayer por la mañana y trasladada a los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Coslada. Allí los agentes de la Guardia Civil tomaron declaración tanto a Catalina como a su marido. Tras escuchar las dos versiones el padre de la criatura fue puesto en libertad al quedar demostrado, según aseguró Dancausa, que no fue partícipe en ningún momento de los hechos llevados a cabo por su esposa. A primera hora de la tarde de ayer, el juez dictaminó para Catalina prisión provisional comunicada y sin fianza. Se enfrenta a un delito de abandono de menores y homicidio en grado de tentativa. A la vez que su madre ingresaba en prisión, el pequeño Marco recibió ayer el alta hospitalaria, aunque aún se encuentra en el centro a la espera de que la Comisión de Tutela del Menor de la Comunidad de Madrid se haga cargo de él.

Ahora queda por saber qué postura va a tomar el padre de la criatura. Este periódico pudo averiguar ayer que el progenitor se puso en contacto con el Hospital del Henares la noche del miércoles, el mismo día que el bebé fue abandonado, y que preguntó a la persona que le atendió si podía ir a verle. Lógicamente, el hospital denegó esa petición al tratarse de un menor en situación de abandono cuya tutela había sido asumida de manera provisional por la Comunidad de Madrid. Esta llamada fue otra de las pistas claves que la Guardia Civil pudo seguir para dar con los padres de Marco, así fue como le bautizaron las enfermeras de manera temporal cuando llegó al hospital después de ser rescatado in extremis por dos agentes de la Guardia Civil.

Lo que ahora queda por saber es que si se determinará que el niño vuelva con su padre y con sus hermanos o si finalmente el pequeño será traslado a un centro de acogida o se va con una familia del programa de Acogimientos de Urgencia de la Comunidad de Madrid.

Juanes, el verdadero nombre de Marco

A medida que conocemos más datos sobre la historia del pequeño abandonado en un contenedor de Mejorada del Campo más conmovedora parece su historia. Y es que al margen de los detalles sobre los motivos que llevaron a su madre a arrojarlo a la basura de manera tan cruel, o la situación en la que ahora se queda el pequeño después de haber recibido el alta hospitalaria, hay un pequeño dato del que nadie se había percatado aún: en sólo quince días de vida el pequeño ya ha tenido hasta tres nombres.

En un primer momento las enfermeras del Hospital del Henares sugirieron que podría llamarse Carlos Andrés, en honor a los dos guardias civiles que habían salvado la vida del pequeño rescatándolo del contenedor y llevándolo rápidamente al hospital, pero a pesar de que éste es un procedimiento habitual en este tipo de casos, esta sugerencia fue rechazada por los dos guardias civiles porque «no íbamos a fastidiar al bebé haciendo que llevara un nombre compuesto tan poco habitual por nuestra culpa», comentó ayer Carlos Rodríguez, uno de los salvadores del pequeño. Descartado Carlos Andrés, el abanico de posibilidades era infinito, por ello, los agentes dejaron a las enfermeras la difícil tarea de otorgarle al pequeño una identidad provisional, ya que desde el primer momento se sospechó que el pequeño había nacido en un hospital, por lo tanto, sus padres debían haberle puesto un nombre con el que habría sido registrado en los días posteriores a su nacimiento.

Tras la detención de la madre del pequeño ayer por la mañana, los agentes pudieron averiguar que los padres habían decidido que su cuarto hijo se llamase Juanes, una abreviatura de Juan Esteban, un nombre muy habitual en Colombia, el país de origen de los progenitores.

Carlos Esteban, Marco o Juanes afortunadamente no es consciente del duro comienzo que ha tenido en la vida y nada más llegar al hospital fuentes consultadas por este periódico comentaron que «se tragó casi tres biberones seguidos». Durante estos días se dedica a recibir todo tipo de mimos y atenciones por parte del personal del hospital, ya que se ha convertido en el ojito derecho de todas las enfermeras. Pero no sólo eso, tanto Carlos como Andrés, sus salvadores, están pendientes en todo momento de cuál es el estado de salud del pequeño, así como Daniel, el vecino que paseaba con su perro y que oyó sus llantos.