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El caníbal del táper: “A mi madre nos la hemos ido comiendo”

Detenido un joven de 26 años por descuartizar a su madre y comérsela junto a su perro. La Policía halló sus restos en fiambreras dispersas en una casa desordenada y con un fuerte olor

La Policía ha detenido al hijo de la víctima
La Policía ha detenido al hijo de la víctimalarazon

Detenido un joven de 26 años por descuartizar a su madre y comérsela junto a su perro. La Policía halló sus restos en fiambreras dispersas en una casa desordenada y con un fuerte olor.

Abrió la puerta de su casa a la Policía y, cuando los agentes le preguntaron por el paradero de su madre, él respondió con total naturalidad que la madre había fallecido y que el cadáver se encontraba en el interior de la casa. «Nos la hemos ido comiendo», contestó impertérrito. Lo decía por él y por su perro, un bodeguero al que también había dado trozos del cuerpo descuartizado de Soledad, su madre, viudad de 66 años que en numerosas ocasiones se había lamentado entre sus vecinos y amigas del maltrato al que la sometía su hijo.

Quien puso a la Policía sobre la pista de la desaparición de Soledad fue una amiga de la mujer, que sorprendida por no tener noticias de ella desde hacía aproximadamente un mes, pensó que algo malo podría haberla ocurrido. Fue la que advirtió a los agentes de que el hijo podía padecer problemas psiquiátricos y la que también les informó de la tormentosa relación que existía entre ambos, sus enfrentamientos contínuos y los gritos por los que varias veces había acudido la Policía a la vivienda con anterioridad.

Esta vez, los agentes fueron al domicilio de la víctima, situado en el número 50 de la calle Francisco Navacerrada, en la zona de Ventas, y allí encontró el panorama más pavoroso que podrían haberse imaginado. Y es que pudieron comprobar que la mujer había sido descuartizada por su propio hijo, Alberto S. G., de 26 años, se había tomado la molestia de partirla en trozos muy pequeños, probablemente ayudado por una picadora, y que después los había introducido en fiambreras que se encontraban repartidas por toda la casa.

Los agentes que acudieron en en un primer momento al domicilio, los que hicieron la primera inspección ocular, se encontraron a un joven que hablaba de manera incoherente, una casa desordenada, táperes en varias habitaciones fuera del frigorífico, unos abiertos y otros cerrados, mientras que la casa desprendía un fuerte olor por los restos acumulados probablemente durante varios días.

Tampoco se descarta que el joven, que había cursado formación en hostelería, hubiera podido cocinar los restos de la madre para poder ingerirlos junto con su perro.

Alberto S. G. fue detenido el jueves y no opuso resistencia alguna en el momento en el que los agentes procedieron a engrilletarle. El servicio veterinario de urgencias tuvo que hacerse cargo del perro, según informó la Policía. A media tarde de ayer, el joven se encontraba detenido en la comisaría de Tetuán después de que se hubiera negado a declarar ante la Policía.

Además de los supuestos problemas psicológicos, los vecinos creen que Alberto era politoxicómano y que su dependencia le había causado numerosos problemas. Según confirmaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía, tenía hasta doce denuncias, la mayoría por malos tratos a su madre; de hecho, se habían dictado algunas órdenes de alejamiento que el joven rompía sistemáticamente sin que la madre lo denunciara.

El joven caníbal de Ventas «es una especie de Hannibal Lecter, desequilibrado, torpe, básico y politoxicómano», explica Ricardo Magaz, profesor de Criminología de la Uned. En opinión del experto, «se trata de un claro caso de violencia doméstica. El joven tiene algún rasgo de sociópata, trastorno de personalidad antisocial porque pierde la noción de la importancia de lo moral, a diferencia de los psicópatas, que suelen ser conscientes del mal causado, pero en este caso el parricida carece de remordimientos». Magaz cree que el modus operandi del joven revela es una «carencia de habilidades para deshacerse del cadáver de su madre y por eso se la come, con la que se presupone, además, una cierta dependencia psicológica porque no se comprende que vivieran juntos con la relación que tenían. Todo es berlanguiano». Magaz mantiene que el crimen pudo ser totalmente improvisado en un momento de pérdida de control en el que el joven se vio desbordado en su locura y por eso procede a la antropofagia humana sin ningún tipo de motivación religiosa o que guarde relación con algún ritual.

El suceso ocurrido en Ventas recuerda al caso del parricidio de Santomera (Murcia), ocurrido en 2008, en el que un hombre decapitó a su madre y se paseó por el pueblo con la cabeza debajo del brazo. «La he “matao”... Ahora estás callada, te quiero mucho», mascullaba mientras acariciaba la cabeza de la madre envuelta en un trapo.

El trágico suceso de Ventas no es el único ocurrido este mes en el que una mujer ha resultado descuartizada. El pasado día 8 un hombre de 42 años fue detenido por el presunto asesinato de su pareja, una joven de 22 años que había desaparecido en octubre de 2017. El cadáver fue encontrado descuartizado dentro de un arcón congelador.