Educación

El Ayuntamiento de Madrid desahucia a 1.500 alumnos de música en Hortaleza

La Junta de Hortaleza no renueva el convenio con el Grupo Talía: tres orquestas, un coro y 30 profesores se quedan en la calle.

La directora de Talía aprovechó la visita de Carmena al centro cultural de Sanchinarro para solicitarle una reunión con el fin de que conozca el proyecto de esta asociación y no les expulse
La directora de Talía aprovechó la visita de Carmena al centro cultural de Sanchinarro para solicitarle una reunión con el fin de que conozca el proyecto de esta asociación y no les expulselarazon

La Junta de Hortaleza no renueva el convenio con el Grupo Talía: tres orquestas, un coro y 30 profesores se quedan en la calle.

El Grupo Talía es para los vecinos de Hortaleza mucho más que la asociación sin ánimo de lucro gracias a la que miles de ellos han disfrutado y profundizado en su formación musical desde 2011. Es también la entidad que ha dado forma a buena parte de la actividad cultural del distrito en estos años, con conciertos, charlas, cineforum, conferencias y ensayos abiertos al público. Pero además de un proyecto pedagógico con 1.500 alumnos en el presente curso, el Grupo Talía ha desarrollado un notable proyecto concertístico que ha tenido su casa en Hortaleza, en concreto, en el centro cultural de Sanchinarro. Allí tienen su sede de ensayo las formaciones orquestales y concertales desarrolladas por Talía: la Madrid Youth Orchestra, la Orquesta Infantil Jonsui, el Coro Talía y la Orquesta Metropolitana. Todo esto llegará a su fin el próximo 1 de julio.

La concejala presidenta de Hortaleza, Yolanda Rodríguez (Ahora Madrid), ha decidido no renovar al grupo Talía el convenio de cesión de espacios suscrito en 2011 y que se había venido renovando sin problemas desde entonces. El Gobierno de Manuela Carmena defiende la decisión de no renovar el convenio con Talía en el hecho de que su última renovación fue firmada en 2015 por el entonces edil-presidente del distrito, del Partido Popular, después de las elecciones municipales y siendo ya conscientes de que habría en tan sólo once días un nuevo responsable al frente del distrito. Argumentan asimismo desde la Junta que la apertura de una nueva biblioteca en el centro cultural, obliga a «redimensionar los espacios». La propia alcaldesa, Manuela Carmena, visitó ayer el centro cultural de Sanchinarro para visitar esta biblioteca. Aprovechando esta visita, la directora de Talía, Silvia Sanz, le pidió a Carmena una reunión con el objetivo de que conozca el proyecto.

El equipo de Ahora Madrid en Hortaleza ha decidido encargar la formación musical en este centro a otra empresa, Tritoma, lo que convierte el desahucio del Grupo Talía en inevitable. Se quedarán sin la formación musical que venían recibiendo sus 1.500 alumnos. Las tres orquestas y el coro deberán buscar un nuevo lugar de ensayo. A todo ello se une la situación en la que quedan los 30 profesores del grupo que realizaban su labor en el centro cultural de Sanchinarro.

Indignación entre los alumnos

El final del convenio dejará, según los afectados, un sentimiento de orfandad en el barrio. Desde el grupo Talía explican que la labor de la escuela de música “no era sólo dar clases, sino formar a alumnos, crear un sentimiento de barrio y cultura en una zona muy joven”. “Hay familias enteras de vecinos que vienen aquí a aprender y a disfrutar”, subrayan.

Los padres, en los corrillos que se forman cuando recogen a sus pequeños de las clases, comentan que “es una pena que les echen. No es normal que digan con tan poco tiempo que no renuevan el convenio. Estamos muy descontentos”. Tres de estas madres son Gabriela, Jennie y Cristina, que creen que “el fin del convenio es una pena porque la calidad de la escuela es magnífica”, por eso, “sería ideal que, dado el éxito, hubiese una escuela de música permanente en el barrio”, continúan.

Ante la incógnita de si Tritoma, la empresa que pasará a gestionar el espacio cultural, mantendrá la estructura de las clases y el método de enseñanza, muchos padres no saben si apuntar a sus hijos en la nueva escuela o esperar hasta que Talía busque un local en Sanchinarro desde el que seguir su actividad. Otros, como Ana Rosa Pastor ya han decidido lo que va a hacer: “A mi hijo no le voy a apuntar el año que viene, llevan aquí desde que comenzaron las clases. Cambiar de escuela ahora es romper el método, que es muy específico, y la continuidad con un profesorado maravilloso. Mi hijo lleva tres años con el mismo profesor y ya se conocen. Es muy injusto que terminen con el convenio así, dejando a los niños vendidos.

Los familiares de los pupilos, lejos de quedarse de brazos cruzados, se han movilizado para evitar que sus hijos, nietos o sobrinos tengan que renunciar forzosamente a sus clases. Elena Pinilla, una de las familiares que primero se movilizó, explica que han hecho “una recogida de firmas entre los vecinos que presentamos -sin respuesta todavía- a la Concejala del Distrito”, estas firmas se han unido a una petición de renovación del convenio en Change.org que lleva más de 5.800 apoyos recabados. Como explica esta improvisada portavoz, “las madres y familiares de la escuela tenemos la sensación de que nos toman por tontos. El Ayuntamiento y la Junta de Distrito nos podía haber informado antes”, además, continúa, “la promesa de que mantendrán la escuela de música huele a compromiso para callarnos la boca durante un año” porque “al siguiente lo cerrarán”, sentencia.

El malestar vecinal no solo se debe a la finalización del convenio, sino también a lo difuso de las promesas de Tritoma respecto a la metodología de enseñanza que aplicarán a las clases musicales. Pinilla señala que, de acuerdo con las explicaciones proporcionadas por la nueva empresa concesionaria “van a poner clases de una hora, lo que es un error por dos motivos: primero porque los alumnos pierden la atención si las clases son muy largas; y segundo porque teniendo en cuenta que ahora hay 1.500 alumnos, y que han prometido mantener el ratio alumnos-profesor, no habrá tiempo para atender a todos los alumnos de manera eficaz”.