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El bar «normal» que escondía un dispensario de coca
La Policía de Alcorcón clausura otro local que dispensaba cocaína entre refrescos y tapas. En cuatro años ha cerrado 18 bares por menudeo
La Policía de Alcorcón clausura otro local que dispensaba cocaína entre refrescos y tapas. En cuatro años ha cerrado 18 bares por menudeo
Otro punto de venta de droga ha sido desmantelado en Alcorcón y, según fuentes policiales, se trataba del mayor punto de menudeo de cocaína, todo gracias a su aparente normalidad. Y es que lejos de ser un bar escondido o uno de las decenas regentado por ciudadanos marroquíes donde traficaban con hachís, éste era un bar «normal y corriente» donde servían raciones y no un local de ocio nocturno donde tomar copas. Se trata del bar Pascual, situado en la esquina de la calle Cañada con la calle Córdoba, en el centro de la localidad.
Gracias a los agentes que integran la llamada Policía de Proximidad, puesta en marcha por el alcalde de la localidad, David Pérez, se detectó que había mucho movimiento de gente que entraba y salía del bar a coger algún gramo de cocaína. Los agentes trasladaron el asunto a sus compañeros de la Policía Judicial de Policía Municipal, quienes establecieron el correspondiente dispositivo de vigilancia en torno al local bajo sospecha. Así se percataron del menudeo que se llevaba a cabo en el interior del bar, donde servían comida y, a la vista de los hechos, también cocaína. Después de unos 15 días vigilando el negocio, los agentes de Judicial, sin uniforme, entraron en el mismo y procedieron a su registro, que se llevó a cabo el pasado jueves. La Policía se incautó de 122 gramos de cocaína dispuesta para su distribución en pequeñas dosis separadas y 5.540 euros en efectivo que el responsable del establecimiento guardaba en una caja fuerte camuflada en el interior del local. La persona que tenía arrendada en local, un ciudadano español en torno a los 50 años, según fuentes policiales, fue detenido por un delito contra la salud pública.
No obstante, el propietario del establecimiento también se verá afectado por la medida, ya que ahora se inicia un expediente administrativo por el que el inmueble permanecerá precintado durante un periodo máximo de tres años. Un tiempo durante el cual no se puede mantener la misma licencia de actividad que tenía. Es decir que no puede volver a abrir como bar. Dada la cantidad de estupefaciente incautada en el Bar Pascual, fuentes policiales estiman que lo más probable es que cumpla la sanción máxima y permanezca sin actividad hostelera durante los próximos tres años.
La misma suerte corre otro negocio hostelero de la localidad, donde a principios de año los agentes de la Policía Municipal también entraron por tráfico de estupefacientes y que ahora se hará efectiva la sanción de cierre dado que ya ha trascurrido el periodo en el que el propietario puede recurrir la ejeccución de la medida.
Alcorcón, «una mina»
Con la última operación policial (en el Bar Pascual) ya son 18 bares los que se han cerrado por asuntos de tráfico de droga desde 2011, cuando David Pérez asumió la Alcaldía de la ciudad. Su lucha contra la mala fama que tenía el municipio por ser «una mina» de bares de menudeo de hachís y su «tolerancia cero» con tráfico de estupefacientes le ha llevado a cerrar casi una veintena de bares. De ellos, aproximadamente la mitad han asumido una sanción de uno o dos años de cierre del negocio y el resto la sanción máxima, según fuentes municipales.
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