Política

Ahora Madrid

El flujograma de Ahora Madrid

Los residentes fueron encuestados por la polémica calle Galileo, dando pie a un tenso cruce de acusaciones

El tramo de Galileo que divide a los vecinos / Javier Fernández-Largo
El tramo de Galileo que divide a los vecinos / Javier Fernández-Largolarazon

Los residentes fueron encuestados por la polémica calle Galileo, dando pie a un tenso cruce de acusaciones.

Galileo ha pasado de ser un experimento urbanístico a uno sociológico. El estudio universitario realizado a los vecinos de Chamberí con vistas a mejorar los desmanes de movilidad en la calle Galileo no pudo tener un comienzo menos prometedor. Tal y como adelantó LA RAZÓN, ayer se celebró en el Centro Cultural de este calle la primera reunión de estudiantes de Sociología de la Universidad Complutense (UCM) con los residentes. Una iniciativa que, según afirmaron estos jóvenes, tenía como objetivo el desarrollo de una «dinámica grupal» para pensar, identificar y relacionar los problemas que ha ocasionado el proyecto Despacio Galileo. ¿El resultado? Un encuentro tenso, marcado por las acusaciones entre vecinos, y en el que fue imposible aunar una postura común.

Hay que recordar que los trabajos urbanísticos en la calle Galileo, enmarcados en el Proyecto Chamberí Zona 30, motivó el cierre al tráfico de 40 metros de su calzada, que pasaron a ser peatonales. Tras las protestas de los vecinos, que reunieron más de 3.000 firmas, el Ayuntamiento volvió a permitir el paso de vehículos, pero sin revertir totalmente el experimento, dejando ocho enormes macetas que, para muchos residentes, sólo entorpecen la circulación en un carril extremadamente estrecho. Pese a que las firmas se elevaron al Pleno del Ayuntamiento, que votó a favor de la reversión total de la calle, el Gobierno de Manuela Carmena se ha resistido rectificar del todo su experimento.

Los cuatro estudiantes de Sociología, pertenecientes al Departamento de Ecología Humana, afirmaron ayer que, para obtener sus conclusiones, utilizarían la técnica del «flujograma, orientada a la sociología participativa, y muy usada por diferentes gobiernos». ¿En qué consiste? Básicamente, invitaron a los vecinos, alrededor de una veintena, a que pusieran en un papel, de forma anónima, el que creían que era el principal problema –uno por persona– derivado de Despacio Galileo. Tras escribirlos en una pizarra, preguntaron a los residentes cuáles de estos distintos inconvenientes estaban relacionados entre sí.

Los estudiantes aseguraron que fueron ellos los que solicitaron a la Junta de Distrito la celebración de estas reuniones, pues «ya habíamos realizado un estudio académico sobre la preocupación ciudadana por Despacio Galileo». Si bien el Ayuntamiento se ha desvinculado de esta iniciativa universitaria, lo cierto es que la Junta de Distrito, presidida por la concejala de Ahora Madrid Esther Gómez Morante, les cedió el Centro Cultural para estas reuniones. Además, los resultados de sus análisis, afirmó este grupo de universitarios, serían remitidos tanto a la Junta como al Ayuntamiento. De ahí la sospecha, según aseguraron varios vecinos a LA RAZÓN, de que el Consistorio quiera aprovechar este estudio a su favor.

«Ayuntamiento incumple acuerdo», «Ayuntamiento ignora vecinos», «Concejala actúa sin consenso», «Inseguridad vial», «Cuello de botella circulatorio», «División vecinos», «Quita plazas de aparcamiento» o «No hay problema» fueron algunas de las quejas recopiladas en las papeletas. La tensión llegó con dos palabras: «Politización extrema». Varios vecinos acusaron a miembros del colectivo Chamberí Se Defiende de estar «politizados» en sus posturas, cuando, precisamente, entre los defensores de Despacio Galileo que acudieron a la reunión de ayer se encontraban miembros de la Mesa de Coordinación de Ahora Madrid en Chamberí, así como de la Casa de Cultura y Participación Ciudadana, asociación afín a Carmena y que recibió más de 200.000 euros en subvenciones por parte del Ayuntamiento.

¿El resultado final? Cero consenso. Para el próximo sábado 29 tendrá lugar la segunda y última reunión de este equipo universitario con los vecinos de Chamberí. Una cita en la que, en teoría, deberán aportarse soluciones firmes para mejorar la calle Galileo.