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Vivienda social

El «frente vecinal» anti Carmena

Son expertos en chinches, basura, okupación... Los vecinos se alían para hacer frente a los problemas de sus barrios ante la «inacción» del Ayuntamiento.

De izq. a dcha., Pedro Hornedo (Plataforma en defensa de la Escuela Municipal de Remo); Pepa Riaza y Concha Pérez (Asoc. de Vecinos de Usera; Olga Valle (Madrid Lo Vale); Almudena Díaz y Belén Arsuaga (Chamberí Se Defiende); Begoña Sebastián (Plataforma Barrio Lavapiés) y Herminia Mena (Asoc. de Vecinos de La Latina)
De izq. a dcha., Pedro Hornedo (Plataforma en defensa de la Escuela Municipal de Remo); Pepa Riaza y Concha Pérez (Asoc. de Vecinos de Usera; Olga Valle (Madrid Lo Vale); Almudena Díaz y Belén Arsuaga (Chamberí Se Defiende); Begoña Sebastián (Plataforma Barrio Lavapiés) y Herminia Mena (Asoc. de Vecinos de La Latina)larazon

Son expertos en chinches, basura, okupación... Los vecinos se alían para hacer frente a los problemas de sus barrios ante la «inacción» del Ayuntamiento.

Si hay una frase en la que coinciden las portavoces de las diferentes asociaciones vecinales entrevistadas es «nadie nos hacía caso y decidimos movilizarnos». La falta de entendimiento con los diferentes ediles de Ahora Madrid es lo que ha motivado que en distritos donde antes apenas existía un entramado asociativo, ahora cada vez haya más vecinos implicados en el día a día de sus vecindarios. Tanto es así que ya no dudan en unirse y acudir a los diferentes plenos de distrito para reclamar ser escuchados. En el último, el de Arganzuela, la tensión se elevó en exceso, ya que convocaron una manifestación antifascista antes de que se iniciara la reunión municipal. «Nos llaman fascistas porque no opinamos como ellos, sólo venimos a que se nos escuche, a participar como siempre han dicho desde Ahora Madrid», explica Almudena Díaz de Chamberí Se Defiende.

Antes de la llegada de Carmena a la Alcaldía, en este barrio del centro de la capital apenas había movilización vecinal, «sólo contábamos con la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm) y no nos sentíamos identificados, nadie la había elegido y siempre hemos creído que es una entidad politizada», explica Olga Valle, portavoz de Madrid Lo Vale, entidad que este diciembre cumplirá tres años.

Todos sus miembros trabajan en la empresa privada, pero «con la llegada de Ahora Madrid decidimos dedicar parte del tiempo que nos quedaba a crear esta asociación. Principalmente para denunciar el problema de limpieza. Con Botella la situación ya era mala, pero como el nuevo Gobierno prometió que iba a tomar medidas y no lo hizo, decidimos crear la asociación para seguir peleando y que se tomaran medidas», sostiene Valle. Fue de la manera más sencilla como decidieron ponerle el nombre Madrid Lo Vale.

En una reunión después de salir del trabajo «empezamos a constituir la asociación porque consideramos que Madrid lo merece y así fue como cambiamos el "lo merece"por "lo vale"y se quedó con este nombre», añade Valle.

Hace sólo un año a esta asociación se sumó otra: Chamberí Se Defiende, entidad que pelea por los vecinos de este barrio. «Nos empezamos a movilizar hace un año, más o menos, cuando pusieron en marcha el experimento de Galileo, de quitar espacio a los coches y poner maceteros para que se circulara ‘‘despacito’’ por esta calle», comenta su portavoz. «El caso de Galileo es un ejemplo claro del totalitarismo de este Gobierno, ya que se acordó en el Pleno de distrito que se debían retirar, hay un acuerdo de reversión que están incumpliendo», añade. Hace unos meses ella, junto algunos miembros más de la organización pudieron reunirse con la alcaldesa. «Cuando le planteé este incumplimiento, su respuesta fue que esos acuerdos no son vinculantes». A lo que Díaz respondió: «No lo son por una norma que implantó Gallardón cuando tenía mayoría absoluta, ¿no querían ustedes diferenciarse de los gobiernos del PP?».

Estas mujeres, a la par que la de muchos otros distritos, acuden a los plenos y a las reuniones con los deberes aprendidos. «No sabes la cantidad de horas que le hemos echado para comprender bien el funcionamiento de nuestras instituciones, pero cuando quieres tanto a tu ciudad...», subraya Díaz.

Por WhatsApp

Otra de estas luchadoras es Begoña, de la Plataforma Barrio Lavapiés que lleva «cinco años peleando contra las chinches y los narcopisos de mi distrito». Su asociación la conforman más de 150 vecinos y una treintena de edificios, a los que cada vez se suman más comerciantes. Todos los meses se reúnen con el comisario de la Policía Nacional para valorar la situación y analizar nuevos problemas que puedan surgir. «Nos hemos dado cuenta de que las instituciones no funcionan y que nos tenemos que mover nosotros». Su grupo de WhatsApp no deja de sonar. Es gracias a él por el que conocen nuevas okupaciones o problemas que surgen con camellos o toxicómanos en plena calle. «Ninguno de los políticos ha estado a la altura. No se sientan contigo y desconocen la problemática del barrio. Sin duda, nosotros sabemos mucho más que ellos y no vivimos de ayudas de ningún tipo», resalta. Gracias a los conocimientos que ha ido adquiriendo a lo largo de estos años, «ahora me llaman de otros distritos para preguntarme por problemas similares a los que vivimos nosotros y, claro a mí me es muy fácil aconsejar porque me he convertido en toda una experta en chinches y en okupación».

Concha Pérez es una luchadora nata y se ha convertido en uno de los principales azotes de Rommy Arce, concejala presidenta de los distritos de Usera y Arganzuela. «Nosotros empezamos a movernos cuando decidieron poner un albergue al lado de nuestras casas sin avisar, sin consultarnos», explica. «Tuvimos que hacer nuestro propio trabajo de campo para saber qué estaban haciendo cerca de la Plaza Elíptica. Al final fue a un obrero al que se le escapó», dice la portavoz de la Asociación de Vecinos de Usera. «La propia Marta Higueras nos dijo que daba igual cómo nos pusiéramos porque se iba a hacer sí o sí», recuerda. Y así fue. Sin embargo, por la insistencia de los vecinos y sus denuncias, «desde el 24 de mayo existe una orden de cierre, pero no la cumplen». Concha también se queja de la falta de higiene que existe en sus calles. «Tenemos claro que nuestro barrio no es La Moraleja, pero hace 50 años aún teníamos zonas verdes, ahora está todo degradado. ¿Cómo no van a tener superávit si no invierten un duro en limpieza?», pregunta. También insiste en la caída de árboles, «ya ha ocurrido en varias ocasiones y, aunque los quitan no los reponen. ¿Pretenden que los paguemos nosotros?». Otro de los aspectos del barrio que le preocupa es «cómo han proliferado las salas de juego, especialmente en Marcelo Usera. Antes era una calle comercial, pero ahora sólo hay sitios de apuestas y eso no trae nada bueno...».

Miedo a salir

Herminia Mena es del distrito de La Latina y «desde enero no hemos dejado de movilizarnos porque cada vez tenemos más okupas», explica la portavoz de esta asociación vecinal. «El barrio cada vez está más deteriorado y hasta las personas mayores tienen miedo de salir de sus casas». Ella decidió, junto a otros vecinos, montar la agrupación porque «si no vas en grupo nadie te escucha. Cuantos más seamos más caso nos harán», concluye.

Quique Villalobos es el presidente de la Fravm, la federación que más relación tiene con el Ejecutivo de Carmena. Se reúnen cada cierto tiempo para analizar los diferentes problemas de los distritos. «Tenemos concertada una reunión con Barbero y con la delegación del Gobierno para buscar soluciones ante el auge de la droga en Villaverde Bajo, Carabanchel y Puente y Villa de Vallecas», explica Villalobos. Y es que «si antes pensábamos que toda esta problemática se aislaba en la zona de la Cañada Real, creemos que con el proceso de desmantelamiento del sector 6 están empezando a buscar nuevas ubicaciones», añade.

Eso sí, no siempre consiguen que, aún uniéndose, les escuchen en el Ayuntamiento. Lo saben bien los de la Plataforma en defensa de la Escuela Municipal de Remo. Su portavoz, Pedro Hornedo, acudió hace unas semanas al Pleno de Arganzuela con la esperanza de que les permitieran seguir remando en el Manzanares, pero no ha sido así, y en el pasado pleno de Usera –el río pertenece a ambos distritos– se confirmó su desahucio.

Una Plataforma Ciudadana de Apoyo a la Policía Municipal

Varias asociaciones de vecinos se han unido en la Plataforma Ciudadana de Apoyo a la Policía Municipal de Madrid con el objetivo de respaldar al colectivo frente al «menoscabo diario que sufre». Igualmente, afirman que otro de sus objetivos es lograr la «apolitización total del colectivo profesional» para que actúen con absoluta neutralidad política e imparcialidad. La Plataforma ha adoptado el lazo azul que los sindicatos de la Policía Municipal han comenzado a utilizar este verano y que representa «la unión vecinal, apoyo y homenaje». De hecho, balcones y un centro escolar de Tetuán (arriba) aparecieron ayer decorados con decenas de lazos azules.