Madrid
El fuego vuelve a Alcala, 20
El fantasma del incendio de la discoteca Alcalá 20 volvió ayer a la memoria de todos. El cielo de Madrid se volvió a teñir de humo tras declararse un incendio en el Teatro Alcázar Cofidis de Madrid en el mismo inmueble en el que este año se cumplen 30 años del trágico incendio. Una densa columna de humo, que podía verse desde distintos puntos de la ciudad, volvió a elevarse desde el número 20 de la calle Alcalá, poniendo en peligro también los edificios colindantes.
El fuego comenzó a las 10:00 horas de la mañana y se logró apagar tres horas más tarde afectando únicamente a la última planta y a la cubierta del edificio. Fue un viandante el que avisó a los servicios de emergencias de la capital que rápidamente se desplazaron hasta el lugar. Un total de 20 dotaciones del Cuerpo de Bomberos, con 104 efectivos, participaron en la extinción del incendio. Junto a ellos acudieron además otras seis unidades de SAMUR-Protección Civil con 24 sanitarios, que instalaron una pequeña carpa desde donde atendieron a dos heridos leves por intoxicación de humo, de los cuales uno era el portero de la finca, así como a seis bomberos debido al número de calorías perdidas en inhalación de humo. Todos se encuentran fuera de peligro, incluso fueron dados de alta en el mismo lugar.
Sobre las 10:40 horas, el Ayuntamiento puso en funcionamiento el Procedimiento de Incidencias Complejas (PIC) con el que se daba preferencia al siniestro, e implicaba mandar obligatoriamente al lugar todos los recursos disponibles de los servicios de emergencias. La Policía Científica y el Cuerpo de Bomberos municipal iniciaron ayer sendas investigaciones para esclarecer la causa del incendio, aunque las primeras investigaciones apuntan a que pudo originarse en la sexta planta del edificio, donde se estaban llevando a cabo unas obras.
Problemas de acceso
La altura de las llamas y el hecho de que la cubierta de la planta se encontrara en una zona retranqueada y muy cerrrada, fueron las principales dificultades a las que los Bomberos del Ayuntamiento se enfrentaron para extinguir el fuego. Además, eso obligó a los efectivos allí desplazados a utilizar un brazo elevador para «colarse» por la cubierta y desde dentro del edificio, así como desde los inmuebles colindantes arrojar agua sobre las llamas, concentradas en la sexta y séptima planta. Esto, junto al reventón de algunas tuberías causó daños en el patio interior del edificio y en el patio de butacas del teatro, tal y como explicó Rodrigo Arribas, director de la compañía Rakatá, encargada de la representación de la obra «Enrique VIII» que, desde el 22 de mayo hasta el 30 de junio, iba a ocupar el Teatro Alcázar Cofidis y que quedó suspendida durante todo el fin de semana. Por este motivo, el Ayuntamiento ofreció ayer colaboración a la compañía teatral para que pueda continuar con sus actividades y programación cuanto antes.
La Policía Municipal se vió obligada a cortar el tráfico de la calle Alcalá durante toda la mañana y a desalojar toda la manzana, incluidos los huéspedes de un hotel y un grupo de niños de una escuela de danza. Además, numerosos negocios próximos al edificio se vieron afectados, ya que «el humo llegaba muy arriba, aunque no hemos tenido que llegar a desalojar el local, el olor a humo y a quemado era algo fuerte, aunque los clientes y nosotros hemos mantenido la calma al ver que los bomberos los tenías controlado», declaró una trabajadora de uno de los restaurantes que se encuentran frente del teatro Alcázar.
Los Cuerpos de Bomberos de la Comunidad y otros municipios, al igual que otros servicios de emergencias, se ofrecieron a prestar su apoyo a los efectivos del Ayuntamiento, aunque finalmente no fue necesaria su intervención. Finalmente, a la 13:00 del mediodía el incendio se dio por controlado, no obstante se quedaron algunas dotaciones de bomberos y dos camiones autobomba para refrescar la zona y arreglar la inundación provocada.
Un número maldito
El 17 de diciembre de 1983, nacía la leyenda negra en Alcalá, 20. Mientras que ayer fueron unas simples llamas en la sexta planta del Teatro Alcázar, hace 30 años en los sótanos del mismo se producía una de las mayores tragedias nacionales y unos de los incendios más espectaculares, con permiso del Windsor, producidos en la capital.
Unos minutos antes del cierre, la discoteca comenzó a arder y se convirtió en una trampa mortal para 81 personas, en su mayoría jóvenes. Un cortocircuito que prendió fuego a las cortinas del local convirtieron en cuestión de segundos la discoteca en una ratonera.
De las casi 200 personas que había allí, fueron muchas las que quedaron atrapadas por las llamas al intentar huir: 31personas fallecieron carbonizadas, 13 intoxicadas e incluso 36 más llegaron a morir por asfixia o aplastamiento.
Fue un intento de huída inútil ya que las principales salidas y las puertas de emergencias, se encontraban cerradas o bloqueadas. La tragedia que tuvo una gran trascendencia no sólo por las muertes que se produjeron, sino también por las numerosas deficiencias que se encontraron posteriormente en las instalaciones de la sala como por ejemplo la inexistencia de una salida de humos.
De hecho, ayer no se le olvidó a nadie la coincidencia de esta tragedia con el incendio del teatro en el que afortunadamente sólo hubo dos heridos leves. La red social Twitter REGISTRÓ durante todo el día varios «Trending toppic» como #Alcalá20 y #TeatroAlcázar.
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