El cementerio de la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada es uno de los más extraños de España. Está situado en el centro de una rotonda y rodeados de chalés.
Inaugurado en 1933, el camposanto y la ermita del Cristo se vio obligado a cerrar sus puertas en el año 2002. La expansión urbanística aisló las tumbas y los panteones que albergaba, cercándolos en una glorieta y rodeados por una de las avenidas principales del municipio.