Europa

Comunidad de Madrid

El «método Singapur» para matemáticas que triunfa en los colegios

Cada vez más centros de la Comunidad adoptan el modelo que usan los mejores estudiantes.

Los alumnos de 3º de Primaria del colegio Gabriela Mistral aprenden matemáticas de manera lúdica. Utilizan tablas de valor posicional para entender la parte abstracta de la materia
Los alumnos de 3º de Primaria del colegio Gabriela Mistral aprenden matemáticas de manera lúdica. Utilizan tablas de valor posicional para entender la parte abstracta de la materialarazon

Cada vez más centros de la Comunidad adoptan el modelo que usan los mejores estudiantes.

En el colegio Gabriela Mistral, de las Tablas, los alumnos de Primaria ya no hablan de problemas matemáticos, sino de historias numéricas. «¿Cómo va a ser un problema que Juan tenga diez caramelos y decida repartir nueve?», dice Sara González Romero, la profesora que imparte Matemáticas en la clase de 3º de Primaria (7 años) con el método Singapur. En su clase se aprende con policubos, tablas de valor posicional... y son los alumnos los que inventan historias numéricas que resuelven entre todos. Todo es muy visual, con dibujos, diagramas... «¿Quién plantea una historia numérica?», anima la profesora a los alumnos. Uno se lanza: «Alejandro tiene ocho fresas y Sofía se como cinco (los alumnos se ríen), ¿cuántas fresas le quedan a Alejandro?». Todos levantan la mano dispuestos a dar la solución. Y es que, aprender a hacer cuentas con el método Singapur provoca que en la clase haya jaleo porque los profesores trabajan en equipo sirviéndose de objetos y materiales para entender el razonamiento lógico que hay detrás de una operación matemática. Los alumnos hablan entre sí sobre cómo resolver una división con llevada y la profesora les pregunta constantemente. Llegar a una solución es posible por distintas vías y todos quieren contar la suya.

El colegio Gabriela Mistral es uno de los pioneros en implantar este método en la Comunidad de Madrid (lleva tres años), un sistema que se ha extendido como una gota de aceite y que cada vez utilizan más centros de la Comunidad para mejorar sus resultados. No en vano es uno de los modelos de enseñanza de las matemáticas que más rápido se han expandido por el mundo porque se ha constatado que en Singapur funciona. Allíse implantó hace 26 años para promover que los alumnos se enfrentaran a las matemáticas sin miedo. Ahora, los niños del país asiático encabezan todos los rankings internacionales en rendimiento en matemáticas.

Así, de acuerdo con los resultados del último informe PISA (2015), que se realiza entre adolescentes de 15 años, en Europa occidental, entre el 15 y el 25% de los jóvenes no logran alcanzar el nivel de competencia básico, cuando en Singapur este porcentaje es inferior al 10%.

Los alumnos madrileños, no obstante, no salen mal parados en esta evaluación que elabora la OCDE. Se encuentran 16 puntos por encima de la media Española, 13 de la UE y 11 de la OCDE. Nos encontramos a la altura de países como Austria, Polonia, Irlanda y Noruega y el objetivo es seguir mejorando tomando como referencia el modelo que utilizan los mejores estudiantes del mundo.

Conocer el método Singapur, no obstante, no resulta fácil para los padres. Muchos se cuestionan cómo ayudar a sus hijos a hacer los deberes cuando los alumnos llevan unas cartulinas con fichas que mueven de una columna a otra dependiendo de si se trata de unidades, decenas o centenas. Por eso, en el colegio público Gabriela Mistral, desde que se implantó el modelo, se hacen tutorías para los padres, que aprenden los conceptos generales.

El centro aplica el método a alumnos hasta 3º de Primaria y pretede seguir ampliándolo a cursos superiores. Enrique Pancho, el jefe de estudios, cree que es pronto para establecer conclusiones sobre la mejora de los resultados académicos pero, de momento, ya hay obstáculos que se están superando. «El problema de las matemáticas es que, cuando los alumnos no ven la parte abstracta, desconectan y te vas dejando a más niños en el camino. El método ha logrado evitar este problema», dice.

Y otro detalle importante: ahora, cuando a los alumnos de 3º de Primaria les preguntan cuál es su asignatura favorita ya no dicen sólo Gimnasia, todos corean: «¡Matemáticas!».