PSOE
El no debate de los candidatos del PSOE
La discusión se convirtió en monólogos porque se sancionó cualquier intento de réplica.
La discusión se convirtió en monólogos porque se sancionó cualquier intento de réplica.
Nuria Platón - Los candidatos a las primarias del PSOE del Ayuntamiento de Madrid mantuvieron ayer un «no debate» en la sede de los socialistas madrileños en la que se sancionó cualquier intento de discusión entre Manuel de La Rocha, Pepu Hernández y Chema Dávila. Tal y como habían denunciado De la Rocha y Dávila, la rigidez del formato impuesto por el candidato que cuenta con el aval del «aparato», Pepu Hernández, impidió que hubiese un verdadero contraste de ideas entre los aspirantes a liderar la lista del PSOE en el consistorio madrileño.
Durante 50 minutos, en bloques de tres minutos, cada uno de los tres postulantes desgranó su propuesta para liderar la ciudad de Madrid pero sin poder replicar a sus compañeros. De hecho, el ex alcalde de Fuenlabrada, Manuel de la Rocha, trató de saltarse el formato y preguntó a sus compañeros sobre su política de alianzas con otros partidos y su valoración de la Operación Chamartín, ahora denominada Madrid Nuevo Norte. El concejal del Ayuntamiento, Chema Dávila fue el único que trató de recoger el guante de De la Rocha pero la moderadora del debate, la periodista Cristina Gil de la agencia Europa Press, le llamó al orden para que se ciñese al formato de bloques acordado.
En la sucesión de monólogos, la soltura de los veteranos Dávila y De la Rocha fue muy evidente frente a un Pepu Hernández rígido, pálido por una mala elección del maquillaje, y con un discurso mucho más generalista y de eslóganes –con una repetición constante de la palabra «equipo»– que el de sus rivales, que sí entraron a detallar propuestas concretas en los distintos temas. Es más, en la valoración posterior, el ex seleccionador nacional de baloncesto no se presentó ante los medios sino que lo hizo la portavoz de su equipo, Mar Espinar. También fue el único candidato que en su alegato final no afirmó que quería ser alcalde de Madrid.
De hecho, pese a que Hernández sí incluyó la Operación Chamartín en su alegato sobre la que había preguntado De la Rocha, lo hizo como parte de un discurso preparado y del que, como afirmó Espinar, «no quería dejar ninguna idea sin contar», en el que no cabía la política de alianzas en caso de no conseguir mayoría absoluta. Al respecto, la portavoz de su equipo aseguró que esa decisión corresponde a la dirección y no a los candidatos. En cambio, tanto De la Rocha como Dávila, mucho más en consonancia el uno con el otro, sí afirmaron su posición respecto a pactos posteriores. El concejal madrileño además repitió que «iremos a segunda vuelta».
Respecto a las propuestas, Hernández tan sólo mencionó la posibilidad de que haya un área de Gobierno para los distritos del sur, mientras que De la Rocha se extendió sobre crear políticas de rehabilitación, puntos de atención a víctimas de violencia de genero, así como un aumento del parque público de vivienda en alquiler. También Dávila apostó por una nueva Operación Chamartín y la búsqueda de acuerdos entre propietarios de viviendas vacías y la EMVS o propuestas para que los jóvenes compartan piso con mayores solos.
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