Elecciones 24-M

El (no) debate de los pactos

El encorsetado formato elegido por los candidatos autonómicos impidió ver un enfrentamiento de ideas. El plató sí sirvió para que se hicieran guiños de cara al futuro: PP y C’s ya están de acuerdo en el pacto anticorrupción

(De izq a dcha) Los candidatos para la Presidencia de la Comunidad de Madrid: Ignacio Aguado (Ciudadanos), Ángel Gabilondo (PSOE), Cristina Cifuentes (PP), José Manuel López (Podemos), Ramón Marcos (UPyD) y Luis García Montero (IU)
(De izq a dcha) Los candidatos para la Presidencia de la Comunidad de Madrid: Ignacio Aguado (Ciudadanos), Ángel Gabilondo (PSOE), Cristina Cifuentes (PP), José Manuel López (Podemos), Ramón Marcos (UPyD) y Luis García Montero (IU)larazon

El encorsetado formato elegido por los candidatos autonómicos impidió ver un enfrentamiento de ideas. El plató sí sirvió para que se hicieran guiños de cara al futuro: PP y C’s ya están de acuerdo en el pacto anticorrupción

Difícilmente puede llamarse debate al encuentro televisivo de los candidatos a la Comunidad de Madrid. El formato, en el que todo estaba pactado, impidió la soltura, la confrontación política y la oposición de las distintas propuestas en economía, transparencia, Sanidad y Educación que un modelo más abierto y ágil hubiera propiciado. Desde los turnos hasta las contrarréplicas y el orden de intervención, todo se acordó y se sorteó, convirtiendo el programa especial de Telemadrid en una sucesión de «mini-mítines» en la que los aspirantes a presidente regional –Cristina Cifuentes (PP), Ángel Gabilondo (PSOE), Luis García Montero (IU), Ramón Marcos (UPyD), Juan Manuel López (Podemos) e Ignacio Aguado (Ciudadanos)– se dedicaron más a presentar su programa que ha contrarrestrar con otras medidas las de sus contrincantes, ya que, pese a que hubo críticas, la falta de rapidez en las réplicas hizo que los aludidos sonaran extemporáneos cuando las contestaban.

El programa dividió en cuatro bloques los temas que se tratarían y, en cada uno de ellos, los candidatos podían distribuir cinco minutos de tiempo en tres intervenciones. La elección de los más polémicos, Economía y corrupción, para los dos primeros bloques, hizo que los otros dos, Educación y Sanidad, bajaran la dinámica de los discursos hasta el sopor de un documental a la hora de la siesta. Para cuando llegó la conclusión, que fue similar a los anuncios electorales oficiales que se emitían en la misma cadena, buena parte de la audiencia había decidido acostarse temprano.

En cuanto a los candidatos, su actuación en cuestiones de empleo, fiscalidad y economía fue digna de mención, ya que en esos aspectos hay propuestas muy diferentes. Así, Aguado comenzó citando a Séneca, mientras Gabilondo y Cifuentes entraban en materia desde el principio con su lucha contra la desigualdad y la bajada de impuestos, respectivamente. García Montero, que trató de empatizar con la audiencia desde el primer minuto mirando directamente a la cámara, en lugar de a sus rivales políticos, recogió el guante de la desigualdad del ex ministro para recordar el trabajo social de IU. Mientras tanto, López salía por la tangente hablando de su libro, en este caso su propuesta sobre un banco del agua, y Ramón Marcos le sacaba los colores al PSOE con las preferentes y aprovechaba mejor que nadie que cerraba el bloque para, guardando más tiempo, vender bien las propuestas de UPyD.

El siguiente bloque, que prometía jaleo, no cumplió con las expectativas de gresca que muchos auguraban entre el candidato de Podemos y la popular Cifuentes, ya que las soflamas contra el PP y el empeño de Podemos en que el sistema está corrupto de arriba a abajo fue directamente ignorado por el resto de los partidos, más interesados en llegar a acuerdos entre sí. Así, los primeros guiños a posibles acuerdos llegaron de la mano de Ciudadanos, que ofreció a Cristina Cifuentes la firma de un pacto contra la corrupción que ella recordó ya le ha hecho firmar a los integrantes de su lista. Igualmente, Montero, que patinó al criticar al poder judicial, se mostró abierto a ser tajante en este aspecto y el candidato socialista se congratuló de que hubiese «buenas noticias», ya que todos apostaban por luchar contra la corrupción.

Tras la pausa publicitaria llegó el momento más aburrido del programa. El bloque sobre la Sanidad se convirtió en un pulso de Cifuentes contra el resto ante la crítica al servicio de salud de la Comunidad de Madrid. Por mucha marea blanca que citaran, ninguno de los aspirantes logró convencer de por qué los hospitales y centros de salud de la región están tan mal como pintaban, mientras la popular les retaba a detallar sus críticas, que contrarrestaba con las encuestas de satisfacción. Erró Aguado al decir que sobraban hospitales y López al anunciar que anularía las derivaciones a las privadas, con la consiguiente acumulación de las listas de espera, para crear difusas «áreas de bienestar» que no supo explicar bien.

Por último y pese a que Ángel Gabilondo disfrutó con su tema favorito, el bloque de Educación no consiguió reavivar el debate. Cifuentes, López y Aguado –que sacaron los únicos carteles con estadísticas, lo que provocó una reacción jocosa del socialista, que dijo que si había que sacarlos se sacaban–, se enzarzaron a cuenta de la inversión o desinversión en este capítulo. De nuevo hubo guiños al bilingüismo entre C’s y PP, y Montero y Podemos cargaron contra las escuelas católicas.