Religion
El «orgullo» del padre Ángel
«Abrid las puertas a todos» son las palabras del Papa que dirigen el funcionamiento del templo más popular del corazón de Chueca
En el corazón del Barrio de Chueca, en la calle Hortaleza, está la Iglesia de San Antón. Su párroco, el padre Ángel, un cura mediático como pocos, dirige este templo con una frase del Papa Francisco como máxima.
En el corazón del Barrio de Chueca, en la calle Hortaleza, está la Iglesia de San Antón. Su párroco, el padre Ángel, un cura mediático como pocos, dirige este templo con una frase del Papa Francisco como máxima: «Abrid las puertas de las Iglesias a todos», puede leerse en una gran pancarta sobre el altar. Una sentencia que cobra sentido cuando se ve el interior de San Antón: bancos llenos de personas sin hogar y de devotos, fieles atentos a las homilías del Padre Ángel, y una bandeja de pan de la que cualquiera puede servirse. Los que colaboran en la Parroquia y en la ONG «Mensajeros de la Paz», que él también dirige, reconocen entre sonrisas que, al acabar las misas, una masa de fans rodea al cura como si de una estrella de rock se tratase.
La máxima que preside el altar se aplica a rajatabla también durante la celebración del «World Pride Madrid 2017». El párroco explica sonriente que «la Iglesia de San Antón está en una zona caliente para la celebración del Orgullo». Orgulloso, nunca mejor dicho, asegura que el templo permanece abierto las 24 horas del día y «viene gente de todo tipo. Por supuesto, muchos homosexuales», subraya. El Padre Ángel no duda cuando explica, humilde, que en las fechas del Orgullo madrileño la afluencia a su iglesia aumenta considerablemente. «Unos vienen a rezar y a hablar con nosotros, y otros se acercan por curiosidad», sentencia.
El Padre Ángel, siempre pendiente de la actualidad, se deja ver en cualquier evento y opina sobre todo lo que se le pregunte alejado de la corrección política. Sobre el colectivo de Lesbianas Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB), nunca del todo aceptado por algunos estamentos de la jerarquía católica, el sacerdote habla sin pelos en la lengua: «también son personas, y muchos de ellos también creen en Dios. Nosotros no hacemos distinción entre las personas, todos somos hermanos». «Si el barrio está preparado para recibir a mucha gente, por supuesto, también lo está mi iglesia», remacha. Y es que cree que «el colectivo LGTB tiene cabida en la Iglesia. No importa lo que piensen algunos, aunque haya grupos dentro de la Iglesia que quieran condenarles al infierno, muchos de ellos ya han vivido el infierno en la tierra al sentirse rechazados».
Sabe que dentro de la Iglesia hay gente que, a pesar de compartir confesión y profesión con él, no comparte «su postura sobre los homosexuales». Él explica que no caerá en el mismo error porque no es «nadie para opinar sobre las ideas de otros, nadie me ha nombrado juez». Sin embargo, no duda en lanzar un mensaje a aquellos que le critican: «La biblia es muy extensa y hay que entender que es un libro escrito en otros tiempos, la doctrina de la Iglesia se expresa a través de los Papas, y el Papa Francisco, describe muy bien como debe ser la Iglesia respecto al colectivo LGTB». Y es que, «al final, todos los curas somos súbditos del Papa, este es la cabeza visible de la Iglesia, y el que marca la postura», asegura.
Por eso, el Padre Ángel, siempre tiene palabras en sus homilías «para los homosexuales». Pero la labor del mediático párroco en defensa del colectivo no se queda en las palabras. Va un paso más allá y llega a los hechos. Así, no duda en bautizar a hijos de parejas formadas por personas del mismo sexo: «No sólo puedo bautizarlos, sino que debo hacerlo. Me ofende que me lo pregunten. Si el Papa Francisco lo hace, yo también he de hacerlo».
La postura del Padre Ángel se entiende mejor cuando explica cuál es su visión del papel de la Iglesia: «Es la madre de todas las personas, todos somos hijos de Dios y el mensaje esencial y primigenio de la Biblia siempre ha sido amarse y dejarse amar, y eso es algo que hace el colectivo LGTB y que el resto de la población debemos hacer con ellos».
A sus 80 años, el cura quiere seguir dando guerra. No le asustan los retos ni el trabajo duro. Por eso el pasado viernes, el cura participó, junto a políticos de Cs y PSOE en una mesa redonda que llevó por título «la fuerza de la diversidad».
El Padre Ángel abre las puertas de la iglesia y de su corazón a Chueca. Tiene un gran cariño por el barrio en el que se sitúa la Iglesia de San Antón, y el sentimiento es recíproco. Fran y Miguel Ángel son dos residentes del barrio, afirman que nunca han tenido «problemas con el padre Ángel ni con la gente que le acompaña en la Iglesia. Son amables, hablan con todo el mundo y sin hacer distinciones en función de la orientación sexual. Siempre hay cosas para los perros –San Antón es el patrón de las mascotas– y al nuestro le encanta venir». Estos dos vecinos afirman sin dudar ni un momento que la parroquia de San Antón, «es la Iglesia de nuestro barrio». El aprecio de los homosexuales al Padre Ángel supera las fronteras del barrio y también las madrileñas. Alberto y Juan, dos jóvenes que a pesar de venir de fuera de Madrid, saben quién es el Padre Ángel y saben valorar su trabajo: «Todo lo que sea apoyar al colectivo LGTB es importante y está bien hecho, lo haga un cura o un laico», subrayan.
Con ocho décadas a sus espaldas, el viejo rockero no quiere dejar de luchar por lo que cree justo: «antes había una discriminación legal de los homosexuales, no tenían los mismos derechos que los demás. Ahora eso ya no pasa, pero siguen viviendo muchas discriminaciones contra las que debemos luchar».
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