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El policía del «Villa Rosa» se ocultaba, armado, entre unos estudiantes
El supuesto asesino de Hortaleza fue detenido ayer en una residencia estudiantil de Salamanca. Pretendía escapar desde allí hacia Portugal. Se trata de un agente conflictivo que se enfrentaba a sus colegas
Desde el momento en que se supo la relación entre Iván, el joven asesinado el pasado jueves en el bar «Villa Rosa» de Hortaleza, y Cristian, un policía nacional con el que se había asociado para abrir el establecimiento y que desapareció poco después del momento del crimen, sus compañeros de la Brigada de Homicidios supieron que debían buscar en Salamanca, localidad de la que era oriundo el padre del agente. Por este motivo, varios miembros de la unidad que investiga la muerte del joven de 20 años acudieron hasta la ciudad charra y, en colaboración con la Comisaría de la Policía Nacional de la capital salmantina, estrecharon el cerco en torno al principal sospechoso del asesinato a balazos del «Villa Rosa».
Efectivamente, Cristian fue rápidamente localizado en la capital salmantina. Al parecer, se ocultaba entre los jóvenes de una residencia estudiantil de la localidad, puesto que entre ellos pasaba desapercibido. Además, estos establecimientos tienen menos control que hoteles y hostales, donde es necesario registrarse con un documento de identidad. El policía nacional habría llegado a la residencia la madrugada del sábado después de huir de Madrid en un vehículo la tarde-noche del jueves, según aseguraron algunos testigos. De hecho, las primeras pesquisas apuntan a que el detenido había estado ya en otros lugares antes de llegar a Salamanca, donde tiene familiares y conocidos. Tras descubrir su paradero, los agentes del Grupo de Homicidios procedieron a su detención, puesto que, en ningún momento Cristian hizo ademán de entregarse. Así, el arresto tuvo lugar en torno a las 15:00 horas sin que ofreciese resistencia.
En el momento de su detención, el policía tenía en su poder su arma reglamentaria con la que, según las primeras investigaciones, habría cometido el crimen, aunque serán los expertos en balística de la Policía Científica quienes confirmen este extremo. Con todo, fuentes de la investigación explicaron a Efe que la Policía tiene pruebas que sitúan a Cristian en el lugar del asesinato poco antes de que se encontrase el cadáver de Iván en el interior del bar «Villa Rosa».
Fueron vecinos de la zona quienes, acostumbrados a tomar café por la tarde en dicho establecimiento de la calle Mota de Cuervo, se sorprendieron al encontrar el bar cerrado y, al asomarse por el cierre entreabierto, descubrieron el cadáver de Iván, que tenía dos heridas de bala en el abdomen y diversas puñaladas. El joven, apodado «el Coletas» era hijo de un policía municipal de la localidad y muy conocido en el barrio en el que residía desde siempre.
Los agentes que arrestaron a Cristian explicaron a su vez que el detenido se había desplazado hasta la ciudad charra con la intención de proseguir camino y huir hacia Portugal. El supuesto asesino del joven de 20 años pertenece a la Brigada de Seguridad Ciudadana y se encontraba de baja laboral en la fecha del crimen, aunque fuentes de la investigación precisaron que su baja no era por depresión ya que, en caso de ser así, se le hubiese retirado el arma reglamentaria. Ex compañeros de Cristian en la Delegación del Gobierno de Madrid, donde se ocupaba de la seguridad estática, señalaron a su vez que se trataba de un agente conflictivo que, habitualmente, se enfrentaba a sus colegas, acusándoles de ser los responsables de sus propios problemas personales.
El acuerdo de negocios que acabó con un crimen sangriento
Apenas hacía unas semanas que Iván y Cristian se habían hecho con el bar «Villa Rosa» y pronto lograron una clientela fiel que disfrutaba tomando un café en la terraza del local. Amigos desde hace tiempo, hasta el punto que se denominaban «hermanos», el policía Cristian era el socio capitalista, mientras que el joven de 20 años se encargaba de llevar el establecimiento. Sin embargo, la compleja personalidad del agente, que creaba conflictos allá donde iba, por lo que le cambiaron de destino en varias ocasiones, acabó por enturbiar la relación entre ambos. De hecho, la Policía no descarta que el comienzo de la pelea que acabó con la muerte a tiros de Iván fuese por una discusión sobre el negocio enrarecida por la «obsesión» que algunos de los conocidos de los dos amigos dicen que tenía Cristian respecto a Iván. En su estado de WhatsApp se podía leer «con mi hermano ''el coletas'' –como apodaban a Iván– toda la vida».
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