Gastronomía
En plena armonía
El chef Luis Martín elabora un menú redondo para catar Bosque Matasnos 2010, el alta gama de la crisis. Un vino carnoso de color cereza que ahora está en su punto
El establecimiento escogido para catar Bosque Matasnos 2010 es Gaztelupe el templo vasco cuyos fogones dirige Luis Martín, un chef que sabe cómo mirar de reojo las tendencias culinarias porque en su casa el buen comer está asegurado.
E l establecimiento escogido para catar Bosque Matasnos 2010 es Gaztelupe el templo vasco cuyos fogones dirige Luis Martín, un chef que sabe cómo mirar de reojo las tendencias culinarias porque en su casa el buen comer está asegurado.
El bosque y viñedo de Matasnos se encuentra en Peñaranda de Duero, a 950 metros de altitud sobre el nivel del mar: «La Ribera alta del Duero es una gran desconocida», nos sitúa Jaime Postigo. «Todo nuestro proceso de elaboración es largo si lo comparamos con cualquier otra bodega, contamos con vendimias muy largas e, incluso, las fermentaciones se desarrollan durante un mes más, incluso dos, que las clásicas, con el fin de controlar la temperatura y que el producto crezca preservando su tipicidad», apunta el director general de la bodega al tiempo que se acerca Luis a la mesa. Ha elaborado un menú que armoniza con este vino (95 por ciento tempranillo y 5 de merlot) de marcado color cereza, que en boca resulta carnoso y en nariz es franco y agradable, con un marcado aroma de fruta roja madura. Comenzamos con unas sardinas ahumadas con un arrope de tomate, que resultan perfectas para la degustación de este ejemplar supervisado por el enólogo Tomás Postigo, y continuamos con una ensalada de langostinos y alcachofas tan de temporada. Sin embargo, los chipirones rellenos de cigalitas resultan un bocado más idóneo para saborear el vino «de alta calidad y elaborado con el objetivo de ser bebible cuanto antes y que guste. Es decir, que se termine antes de que los comensales se levanten de la mesa», prosigue Postigo. Deseo cumplido. Cuando llegaron las suculentas pochas con almejas a la marinera, una delicia diez para hacerse con la energía imprescindible para soportar este frío, y la carrillera estofada ibérica con camembert frito ya nos habíamos bajado la botella. Para terminar, una mini torrija con salsa de arroz con leche y helado de leche merengada. «Es el alta gama de la crisis», concluye Postigo. Un vino de vida longeva, que ahora está en su punto, cuya crianza se lleva a cabo sólo con barricas nuevas en cada cosecha (22,60 euros).
✕
Accede a tu cuenta para comentar