Gastronomía
Excelente producto
El restaurante Seis Ocho, referente del buen comer, apuesta por una cocina de autor alimentada con materias primas de máxima calidad y pone en valor su sabor en cada plato que compone la carta
Begoña Fraire es el alma de este establecimiento cosmopolita de decoración industrial, cuya filosofía es el rotundo regreso a los orígenes, poner en valor los sabores de productos de máxima excelencia. De ahí que mantenga una red de fieles proveedores que abastecen su despensa con las mejores materias primas y que mantenga una línea directa con un pequeño agricultor con huerta en Madrid para ofrecer a los comensales las verduras de temporada. Apuesta por una cocina de autor y mientras el chef Ramón Hurtado diseña platos personales, elaborados con técnicas actuales que no enmascaran las materias primas, Fraire ya anda liada con la inminente carta basada, más si cabe, en éstas: «Pretendo mostrar que las verduras no son aburridas», insiste. Divide sus propuestas en varios apartados: El almacén de Seis Ocho, La sala de máquinas y El acabado. Destacan las colas de gambón con salsa de ajillo, semilla de edamame y crujiente de alga wakame, el cremoso de queso de cabra con remolacha, pasta garum y anchoas de Santoña y el tartar de atún rojo, servido con mango y crujiente de almendras. El lomo de lubina con ensalada de brócoli, coliflor y emulsión de miso blanco es una de las estrellas de la casa, línea que sigue el txangurro sobre un puré de coliflor y una espuma de apio.
En cuanto a los postres, la tarta vintage se lleva la palma. Un dulce que rememora el dulce de nuestra infancia con sabor a natillas, chocolate y gallegas María. Delicias todas que puede pedir en medias raciones con el fin de que el comensal se elabore su propio menú degustación. En cuanto a la gastrobarra, ideal para comer rico y rápido por 20 euros, nos quedamos con el bollo de tinta de calamar y pimientos del padrón, absolutamente espectacular. La carta de vinos ha sido diseñada por Andreas Kubach, que los diferencia entre blancos ligeros e intensos, tintos delicados, clásicos, especiados y míticos, y rosados. Merece la pena estar atento a las abundantes referencias por copas. Una curiosidad, si le entusiasma algún ejemplar, aquí lo puede comprar. Organizan numerosas actividades, entre ellas, los sábados con niños, tardes de afterwoork y, en breve, catas. ¿La novedad? Desde hace unos días madrugan para servirle el desayuno. No faltan tartas, quiches y bizcochos para empezar con buen pie el día. Pregunte por la mesa familiar con acceso directo a la cocina y por el servicio de cátering.
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