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Gloria a la copla del verbo fácil

La Canalla es folclore popular y toneladas de arte sobre base de jazz. Si no los conocen, deberían.

La Canalla compone «con verbos, no con adjetivos: es como ir en una piragua por los rápidos». O en un 600 tuneado
La Canalla compone «con verbos, no con adjetivos: es como ir en una piragua por los rápidos». O en un 600 tuneadolarazon

Antonio Romera, «Chipi», es un personaje que parece siempre al borde de hacer inventario. Ya sabe que no va a encontrar nada en el bolsillo, hablamos de otro recuento. Viene con la cabeza llena de historias con alma coplera y encarnación de jazz

Antonio Romera, «Chipi», es un personaje que parece siempre al borde de hacer inventario. Ya sabe que no va a encontrar nada en el bolsillo, hablamos de otro recuento. Viene con la cabeza llena de historias con alma coplera y encarnación de jazz. Él, y otros músicos de conservatorio sin dinero casi para grabar un disco, forman La Canalla, un grupo sencillamente excepcional. Por raros y por buenos. Presentan en Madrid su nuevo álbum, «El bar nuestro de cada día», y tocarán las canciones del anterior, «Flores y malas hierbas», otra maravilla.

«Nosotros partimos de la base de anteponer la sensibilidad a la matemática», dice en tono guasón Romera. «Pertenecemos a una generación que piensa que lo más importante es la gente. Si Toledo nos gusta es porque lo hizo la gente. Toledo sin gente no es nada. Y las historias que contamos o te llenan y te llegan o es imposible transmitirlas». Y la gente que más vive, ¿es la que va a los bares? «Los bares son los reductos donde queda información sin filtrar y se habla del conocimiento empírico. Allí están los profetas de nuestra religión. Tenemos muchas parroquias». Romera siempre ha sido camarero. «En el puerto. Y allí escuchas historias de gente que ha vivido, y así hacemos canciones. Ponemos un personaje a andar, y si hablamos de un amor despechado, pues es probable que salga tango. Si es una princesa de Bamako, es probable que salga un reggaetón africano». Tiene más explicaciones para su música: «Nosotros, para escribir, preferimos el verbo en vez del adjetivo. El adjetivo es bonito y contemplativo, pero engancharte a un verbo es ir en piragua por los rápidos. A nosotros nos gusta escribir y tocar con verbo». Y conjugan el tango, la copla, el flamenco, el swing, todos los palos de lo popular en presente de jazz. ¿Cuál es el verbo de su música? «Vivir. Y amar, aunque esté desvirtuado». ¿Y sufrir? «Eso va implícito en vivir, canijo». El disco está grabado en cintas analógicas reutilizadas, cedidas por Javier Ruibal. Sobre viejas historias que ya no sirven. Ya saben: «Enamorao de la vida, aunque a veces duela».