Pintura

Impresionistas y postimpresionistas

Atardece en Madrid la luz primera de las vanguardias del siglo XX, en la Fudación Mapfre hasta el próximo 5 de mayo

Óleo «Fernand Halphen de niño», 1880, de Auguste Renoir
Óleo «Fernand Halphen de niño», 1880, de Auguste Renoirlarazon

Aún están a tiempo de disfrutar de la ola Impresionista que ha tomado Madrid con su luz y color. En el Thyssen con la muestra Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gogh y muy cerca en la Fundación Mapfre vibra el atardecer impresionista y postimpresionista; un barco que partió del puerto de Marsella cambiando la concepción de la pintura y la consideración de los artistas para siempre.

La muestra aborda a través de 78 obras maestras del Musée d'Orsay los últimos años del movimiento y la transición hacia las vanguardias. El impresionismo evolucionó hacia diferentes actitudes pictóricas con un talante moderno, provocador y radical que constituirían la base de las vanguardias del siglo XX.

La exposición se inicia con las primeras series de Monet a través de los cambios de luz del día o de las estaciones, donde las formas se disuelven en una pintura que se repliega sobre si misma, alcanzando la excelencia con el Estanque de nenúfares donde los motivos se disuelven como en sus vistas del parlamento de Londres. Renoir muestra sus ambiciones estéticas en los desnudos al aire libre de las bañistas. En el desarrollo del neoimpresionismo cae la paleta y brillan los colores yuxtapuestos en la retina con obras de Pissarro, Seurat y Signac que continúa el puntillismo en su baile anárquico.

La muestra dedica un lugar especial a la importancia del constructivismo de Cézanne, paisajes y bodegones como nexo de unión entre el impresionismo y el postimpresionismo abriendo camino al cubismo. Encontramos el retrato del Montmartre más canalla por parte de Toulouse-Lautrec, las flores del mal retratadas bajo una mirada tierna; la huida de Gauguin a Bretaña buscando lo salvaje, lejos de la revolución industrial, porque el arte se extrae de la naturaleza soñando ante ella. La materialidad de la pintura de Van Gogh en Arles; los trabajos decorativos de Vuillard en los Jardines públicos o El Talisman de Paul Sérusier, obra icónica ante la que se creó el grupo de los Nabis con Maurice Denis, Bonnard y Vallotton.

El arte vuelve a Madrid con un mismo mensaje. Mientras Cezanne invita a cuestionar las reglas establecidas, la luz de Signac nos devuelve la confianza en un mundo mejor.