Infraestructuras

Incertidumbre en el primer día de multas en Ópera

El nuevo Área de Prioridad Residencial entró ayer en vigor tras un mes de suspensión.

Desde hace dos meses los vecinos de Ópera conviven con la señalización del Área de Prioridad Residencial
Desde hace dos meses los vecinos de Ópera conviven con la señalización del Área de Prioridad Residenciallarazon

El nuevo Área de Prioridad Residencial entró ayer en vigor tras un mes de suspensión.

Tras un mes de suspensión por orden el Ayuntamiento de Madrid, el Área de Prioridad Residencial (APR) de Ópera entró ayer en vigor. De esta forma, el Consistorio de Madrid multa ya a los vehículos que acceden al barrio de Ópera sin la autorización preceptiva. Ayer, gran parte de los habitantes de la zona no sabían nada acerca de la puesta en marcha de las sanciones. De este modo, la decisión del Gobierno de Manuela Carmena causó gran desconcierto entre los vecinos de los aledaños de Ópera.

A pesar de la labor del Ayuntamiento por informar acerca de la implantación del Área de Prioridad Residencial de Ópera, vecinos como Eduardo Siñeriz confesaron no haberse enterado de su entrada en vigor. Asimismo, Siñeriz fue uno de los afectados hace unos meses por esta ordenanza. Afirmó que un día recogiendo a su hijo con el coche en la plaza Encarnación, 3, situada a pocos metros del Palacio Real, le sancionaron por circular en una de las zonas limitadas por el APR.

A pesar de pagar la multa, Eduardo aseguró que un mes después le volvieron a enviar la misma sanción con el objetivo de que volviera a abonar el importe. «Sólo quieren el dinero fácil de gente trabajadora», señaló.

Otros vecinos como María Muñoz dijeron que «de no ser por su jefe» no se hubiera enterado de la nueva medida del Ayuntamiento. Al mismo tiempo, Muñoz criticó el procedimiento que ha tenido el Consitorio por no dar a conocer la nueva ley a todos los trabajadores de la zona, «sabiendo que la mayoría va en coche». Ese es su caso, ya que todas las mañanas coge el coche, a excepción de ayer, que se trasladó en transporte público para no recibir ninguna sanción. Por otro lado, hay quienes prefieren no utilizar el transporte público e ingenian nuevas soluciones para seguir cogiendo el coche por el centro.

Es el caso de Angélica, una venezolana del barrio de Vallecas, quien, gracias a su novio Matías, puede seguir utilizando el vehículo por el centro de la capital. Matías vive en la Gran Vía y, para evitar que Angélica hiciese uso del transporte público en ciertas «horas peligrosas», le prestó el automóvil a su novia.

No todos los ciudadanos están disconformes. Juan Arroyo contó que para quienes viven en lugares como Gran Vía es un gran alivio. En numerosas ocasiones les era imposible aparcar el coche. «Es la única vez que simpatizo con Carmena, a los residentes nos viene bien tener más sitios libres y menos contaminación acústica», aseguró Arroyo.