San Blas

La agonía arquitectónica de los cuarteles de la operación Campamento

Los edificios protegidos se están desmoronando mientras se prolonga el conflicto entre Defensa y el Ayuntamiento de Madrid por el desarrollo de los terrenos junto a la A-5.

Los edificios y jardines protegidos del entorno de la Estación Militar son algunos de los que peor estado presentan según denuncia Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. Fotos: mcyp
Los edificios y jardines protegidos del entorno de la Estación Militar son algunos de los que peor estado presentan según denuncia Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. Fotos: mcyplarazon

Los edificios protegidos se están desmoronando mientras se prolonga el conflicto entre Defensa y el Ayuntamiento de Madrid por el desarrollo de los terrenos junto a la A-5.

Entre la maleza asoma una capilla y, junto a ella, la estructura de lo que fue una fuente. La basura se acumula entre viejos raíles y traviesas y los grafitis adornan cada muro. A apenas unos metros resuena el tráfico de la A-5, ajeno al jardín secreto y abandonado junto al que circulan. Se trata de los Pabellones de la Estación Militar de Campamento y su entorno que, como denunció un vecino a la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (MCyP), se están deshaciendo debido a décadas de bloqueo administrativo para resolver la «operación Campamento» que dará nueva vida a estas parcelas.

Según MCyP, se trata de elementos catalogados y protegidos por el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) que, sin embargo, se están cayendo a pedazos mientras se mantiene el pulso entre el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Defensa. En concreto, la asociación señala que la zona que fotografió un vecino por su devastación está catalogada como Parques y Jardines de Interés con el nivel 3. En el conjunto se incluyen los vestuarios, el templete del jardín de la estación y la capilla, que ha perdido parte de su cubierta y tiene el interior totalmente vandalizado pese a que está catalogada como Edificios de nivel 2 y protegido de forma estructural.

Sin embargo, la de los Pabellones de la Estación Militar no es la única ruina que denuncian desde Ciudadanía y Patrimonio puesto que esta zona es tan sólo una parcela de las 155 hectáreas de la operación Campamento sobre la que ya pasaron las excavadoras en 2012 después del Plan Especial elaborado por el consistorio madrileño en 2006. En virtud de dicho plan se reordenaron los elementos protegidos y se descatalogó el Edificio de Mando del Polígono de Experiencias, la Iglesia/Capilla neomudéjar de los cuarteles, el Centro Técnico de Intendencia y el Almacén. También se derribó el Pabellón Muñoz Grandes. De este modo, actualmente en la zona tan sólo permanecen en pie la Torre de Tiro del Polígono de Experiencias, los Pabellones de la Estación Militar de Campamento, el Cuartel Alfonso XIII y el Picadero cubierto, todos ellos alejados de la A-5 pero en el mismo estado abandono que denuncian las imágenes de la Estación Militar recogidas por MCyP.

Terrenos malditos

Se trata además de una situación que no tiene visos de resolverse en un futuro cercano puesto que el futuro de los terrenos está congelado. Al igual que ocurrió con la «operación Chamartín», Campamento es el otro gran desarrollo urbanístico de la capital que ha sufrido un calvario de negociaciones durante décadas para conseguir transformar los antiguos cuarteles en un nuevo barrio de Madrid. Del mismo modo que los terrenos al norte de plaza de Castilla, la llegada del equipo de Gobierno de Manuela Carmena hizo saltar por los aires todos los progresos realizados hasta la fecha, incluso cuando estaban a punto de sustanciarse, ante el rechazo atávico a la inversión privada.

Sin embargo, en lugar de llegar a buen término como parece que va a suceder con la operación Chamartín, en la web inmobiliaria de Defensa la subasta sigue bloqueada y los estepicursores cruzan los cuarteles abandonados junto a la A-5. La última mención a Campamento la hizo el concejal presidente de Latina, Carlos Sánchez-Mato en una entrevista a Madridiario en la que dijo, el pasado mayo, que el actual proyecto estaba planteado «en las mentes de quienes solo quieren hacer negocio inmobiliario», por lo que para que tuviese una oportunidad debía ser «reconducido y replanteado».

En similares términos se pronunció el pasado septiembre el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, en la comisión del ramo respecto a la posibilidad de establecer una mesa de diálogo con el Ministerio de Defensa para desbloquear el desarrollo de los terrenos. Al respecto, Calvo afirmó que «la intención de Defensa sigue siendo subastar el terreno y, a partir de ahí, hay poco que dialogar». Y es que el equipo de Carmena tiene en su mano la llave de esta venta, fundamental para poder desarrollar la «operación Campamento».

A finales de 2015 parecía estar todo atado para ponerla en marcha: el inversor grupo Wanda de Wang Jianling –los mismos que dieron nombre al estadio del Atlético de Madrid en San Blas–, había puesto sobre la mesa 250 millones para crear la «Castellana del Sur» y Defensa tenía lista la subasta de los terrenos. Tan sólo era necesaria la concesión de una licencia de segregación por parte del Ayuntamiento de Madrid, puesto que el ministerio quería separar una parcela para de la subasta, puesto que en esta espacio se encuentran el Centro Geográfico del Ejército y cuarteles que siguen siendo de utilidad entre otros equipamientos.

Sin embargo, el consistorio madrileño retrasó este trámite alegando que se podían sacar perfectamente los terrenos a subasta y bastaba con que la administración local realizase pequeños ajustes en la adaptación de los terrenos y los usos dentro del Plan General de Ordenación Urbana. Pretendía parte del equipo de Carmena que Wanda se comprometiese a sufragar algunas infraestructuras viarias y de comunicación, mientras otros concejales boicoteaban la operación «capitalista» lejos de su ideario de lucha contra la especulación inmobiliaria. Finalmente, el empresario chino tiró la toalla con Cibeles, con quienes también peleaba por la reforma del Edificio España, y abandonó Campamento en 2016.