Policía

La banda de los talleres acecha Pozuelo

El pasado jueves, aprovechando el descanso para comer de los empleados de una empresa de reparaciones, se llevaron un BMW

El taller Armesto está en Pozuelo
El taller Armesto está en Pozuelolarazon

MADRID- El pasado jueves, entre las 14:00 y las 15:00 horas, cuando el propietario y los empleados del taller Armesto de Pozuelo de Alarcón cerraron para irse a comer, unos delincuentes aprovecharon la ausencia de trabajadores para acceder al interior del local, situado en el número 2 de la calle Cándido Castán de la localidad. Tras forzar la puerta de acceso de vehículos se metieron en la nave, muy cerca de la estación de tren, y se llevaron un coche de alta gama que se encontraba en reparación. Se trata de un BMW modelo 320 en color gris con matrícula terminada en FJH y también consiguieron hacerse con las llaves del vehículo. Además, los ladrones aprovecharon para llevarse del interior de un despacho del taller Armesto un maletín de reparación de lunas laminadas. Tras denunciar el suceso en la comisaría de Policía Nacional del municipio, los hechos fueron puestos en conocimiento del Juzgado de Instrucción de guardia de Pozuelo. El mismo día, apenas unas seis horas después de este robo con fuerza, se producía un alunizaje en un establecimiento de la capital.

Ocurrió en una empresa de dispositivos electrónicos de seguridad llamada Cecom, en el número 8 de la calle Francisco Sancha, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Sobre las 21:30 horas del pasado día 20 de junio, entraron a robar por la puerta del garaje, la cual se encontraba golpeada por otro vehículo. Los delincuentes lograron acceder al interior del establecimiento, que se encontraba revuelto y con diversos daños materiales. Cuando llegó la dotación policial, el trabajador explicó a los agentes que había dejado el local cerrado y, como todos los días, con la alarma activada a modo de prevención de este tipo de robos. Sin embargo, en esta ocasión no les sirvió demasiado porque sólo lograron llevarse un ordenador portáti. Fue a través del servicio de avisos de la central de alarmas como se percataron de los instrusos.

Quizás el estruendo de la alarma fue lo que proporcionó celeridad al hecho delictivo, que no fue muy fructífero. Aunque la propiedad no había denunciado los hechos, existen cámaras de seguridad en el local que podrían ayudar a esclarecer los hechos y a reconocer a sus autores.