Conflictos laborales
La factura de la huelga: 800.000 euros
El Ayuntamiento cobrará a las empresas de limpieza casi un millón de euros por la acción de los piquetes
El coste de los trece días de huelga del servicio de limpieza viaria y jardines va más allá de las incontables molestias que han provocado los piquetes a los madrileños, arrojando basura por las calles y destrozando hasta 73 vehículos particulares en sus acciones violentas. El Ayuntamiento de Madrid ha preparado una factura precisa en la que se enumeran cada una de las papeleras vandalizadas, contenedores quemados o dañados y elementos de mobiliario urbano, como marquesinas o señales de tráfico, que han sufrido desperfectos a manos de los grupos más violentos que trataban de presionar de esta manera en la negociación con las empresas adjudicatarias.
Debido a las agresiones y coacciones de los piquetes para evitar que se cumpliesen los servicios mínimos decretados, el consistorio se vio obligado a escoltar policialmente a las cuadrillas mientras efectuaban su trabajo, una protección que no fue suficiente para cumplir con el 100% de la limpieza mínima establecida, que era del 40% en el caso de la limpieza viaria y del 25% en los jardines, pese a que la Policía Municipal dedicó 8.716 horas extraordinarias a este cometido y cuyo coste, de más de 200.000 euros, se ha sumado también a lo que deberán pagar las empresas adjudicatarias.
En total, la factura de la huelga será de 801.492 euros entre mobiliario destrozado y escolta policial. Pero a esta cantidad aún debe sumarse el coste de los dos centenares de empleados que tuvo que contratar la empresa pública Tragsa, que recibió la orden municipal de reforzar el trabajo de las brigadas de limpieza para garantizar los servicios mínimos, ante los reiterados incumplimientos de los mismos. Los salarios, que eran de 85 euros por turno, y las cotizaciones correspondientes a la Seguridad Social se añadirán al total del recibo.
Junto a los efectos derivados de los piquetes, las empresas adjudicatarias también se enfrentarán a los descuentos que aplicará el Ayuntamiento de Madrid por el trabajo realizado. Una de las novedades de los nuevos contratos integrales es que el pago mensual de los servicios se hace en virtud de la calidad de los mismos. Los inspectores del Área de Medio Ambiente revisan 68 indicadores –limpieza en fuentes, en bancos, presencia de malas hierbas, olores, pegatinas, carteles,... etc.– y, en función de cómo se han cumplido se paga el 100% o se resta un porcentaje. Por ejemplo, en septiembre se descontó algo más del 7% del pago y, el pasado mes de octubre, el 6,39%, que supuso 1.189.809 euros menos para las adjudicatarias.
En las circunstancias extraordinaria de la huelga, el descuento no se aplica según esos indicadores, sino según las prestaciones establecidas en los servicios mínimos. Puesto que éstos no se cumplieron, el Ayuntamiento descontará lo equivalente a las prestaciones no cumplidas. «Los madrileños no van a pagar por los servicios que no han recibido», señaló el pasado domingo la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
Pero las obligaciones pendientes con el consistorio madrileños no serán las únicas pérdidas económicas para las empresas adjudicatarias. Los piquetes violentos que arrasaron con cubos de basura y papeleras se ensañaron con el material y las instalaciones de las compañías concesionarias de los contratos de limpieza viaria y jardines. Antes de que fuese oficial el fin de la huelga, la patronal del servicio de limpieza, Aselip, había contabilizado 5.203 incidentes violentos relacionados con los paros. Entre ellos destacan el millar de ruedas de carros de barrenderos pinchadas, las más de dos mil herramientas de trabajo que se han roto o robado o los 920 candados y cerraduras destruidos. Todo ello soportando 364 agresiones en forma de lanzamiento de cócteles molotov, huevos, piedras, petardos, bolas de acero y todo tipo de proyectiles, mientras decenas de trabajadores eran amenazados y coaccionados para no cumplir con los servicios mínimos.
De hecho, la regidora madrileña aseguró que seguirá adelante la denuncia que presentó el delegado de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito, el pasado viernes, sobre el incumplimiento de los servicios mínimos y las agresiones contra trabajadores y mobiliario urbano, además del malestar provocado a los madrileños por el lanzamiento de basura deliberado a las calles. En menos de 48 horas, Tragsa retiró 1.000 toneladas de residuos esparcidos por aceras y calzadas. Se llenaron 100 artesas cuya capacidad es de 10 toneladas cada una.
Sin desfile de agradecimiento
El hartazgo de los madrileños ha acabado por echar un jarro de agua fría sobre la euforia que vivieron los trabajadores y sus representantes sindicales tras alcanzar un acuerdo en el que salvaban el empleo a 1.135 empleados de Valoriza, FCC y OHL. En un primer momento, las asambleas en las que se aprobó el fin de la huelga decidieron mantener la manifestación convocada para hoy entre Cibeles y la Puerta del Sol para agradecer a los madrileños su apoyo durante los 13 días de huelga. Sin embargo, a mediodía de ayer, los sindicatos CC OO, UGT y CGT decidieron desconvocar el desfile al entender que, tras el conflicto, tanto la ciudad como los habitantes merecen un poco más de «tranquilidad».
910 euros menos para los barrenderos
Las empresas adjudicatarias no son las únicas que perderán dinero debido a la huelga de los trabajadores de limpieza diaria y jardines. A cada empleado se le descontarán 70 euros por cada día de paro que hayan secundado, lo que supone que los barrenderos y jardineros que dejaron de trabajar los trece días tendrán 910 euros menos en sus nóminas de noviembre. El descuento, que afecta al salario bruto, también tiene efectos sobre las vacaciones. Según explicó el responsable de limpieza viaria de UGT, Juan Carlos del Río a Ep, aproximadamente 3.600 trabadores, de una plantilla de 6.000 empleados, han apoyado la huelga. En caso de haberlo hecho todos los días, el descuento en las nóminas se acercará a los 3,3 millones de euros.
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