Huelgas
La guerra de la basura en Alcorcón
La basura se ha convertido en un arma política en Alcorcón, donde ya hubo una huelga salvaje en la anterior legislatura
La basura se ha convertido en un arma política en Alcorcón, donde ya hubo una huelga salvaje en la anterior legislatura.
¿Está Alcorcón sucio? Lo está. Lo reconoce hasta el propio alcalde, David Pérez (PP), consciente de que en los contenedores de basura se acumulan con frecuencia montones de basura y trastos pese a que no ha habido recortes de personal (400 empleados), ni de sueldos (un conductor cobra 30.000 euros), ni de medios en la empresa municipal Esmasa, que se encarga de la recogida de basuras. El problema es que imágenes como éstas se vienen repitiendo con más frecuencia de lo habitual desde poco antes del verano. Y aún continúa, lamenta el primer edil, quien ha denunciado que, «aunque no se podría decir que hay una huelga encubierta, el problema con la basura se acentúa conforme se acercan las fechas electorales porque la oposición centra su expectativa de votos en que la ciudad esté sucia».
Los populares no tienen mayoría en el consejo de administración de Esmasa y eso les ha acarreado algunos quebraderos de cabeza. El último cuando se planteó hacer una inversión para renovar los camiones de limpieza, que tenían 20 años de antigüedad, para lo que puso cinco millones sobre la mesa aprovechando que el Ayuntamiento ahora tiene superávit. Sin embargo, la compra se vio bloqueada por Ciudadanos y PSOE, que votaron en contra, mientras que Ganar Alcorcón se abstuvo. Según la versión de este partido, “nos abstuvimos porque las condiciones propuestas en el pliego no rentaban la inversión al no apostar por una flota sostenible». «La oposición critica al PP por la suciedad y cuando intenta poner solución esa misma oposición se lo impide, quieren que no cumplamos con nuestro trabajo para luego hacer campaña contra nosotros, eso es un interés ruin», dice Pérez. La compra salió finalmente adelante en una segunda votación «gracias a que Podemos votó a favor por la presión de los trabajadores», dice el alcalde, mientras que Ganar Alcordón asegura que fue porque «se cambiaron las condiciones para alcanzar consenso en la compra de camiones».
Pérez lamenta, sobre todo, el «juego desleal» de la formación naranja «por impedir inversiones en la ciudad pese a que el Ayuntamiento dispone ahora de medios para poder hacerlo».
La basura se ha convertido en un arma política en Alcorcón, donde ya hubo una huelga salvaje en la anterior legislatura liderada por el actual portavoz de Podemos, Jesús Santos – también trabajador de la empresa de basuras– y apoyada por el PSOE. Acabó sin que hubiera ninguna cesión y con la Justicia dando la razón al Ayuntamiento al considerar que se debía anteponer la salud de los ciudadanos.
El alcalde ha denunciado que en la empresa municipal de basuras haya contratos blindados en la época del PSOE y que la mitad de los empleados sean familia.
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