Tribunal Supremo

La oficial a la que el director de la Policía no quiere ascender

Teresa Gil lleva cinco meses esperando a que Andrés Serrano ordene ejecutar la sentencia del TSJM por la que debería ser subinspectora.

Javier Barbero, delegado del Área de Seguridad (izda.), junto a Andrés Serrano, director de la Policía Municipal (dcha.)
Javier Barbero, delegado del Área de Seguridad (izda.), junto a Andrés Serrano, director de la Policía Municipal (dcha.)larazon

Teresa Gil lleva cinco meses esperando a que Andrés Serrano ordene ejecutar la sentencia del TSJM por la que debería ser subinspectora.

Una sentencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo número 28 de Madrid fue ejecutada de forma inmediata mientras que otra del Tribunal Superior de Justicia (un órgano jurídico superior) lleva más de cuatro meses en el limbo sin que desde la Jefatura de la Policía Municipal de Madrid la apliquen. La primera correspondía la mano derecha del director de este Cuerpo, Andrés Serrano, y su aplicación la convertía en subinspectora. La segunda, sin embargo, corresponde a Teresa Gil, otra oficial de Policía Municipal que recurrió su «suspenso» mucho antes (en una oposición anterior para el mismo cargo) pero sigue esperando su ejecución. El sospechoso y «meteórico» ascenso de la asesora de Serrano, Paloma Morales, denunciado ayer por este diario, choca de forma aplastante con el caso de otra mujer policía en circunstancias casi idénticas, pero con quien no parecen tener la misma deferencia. El caso de Teresa Gil se remonta a 1994, cuando salieron 8 plazas para subinpector (2 libres y 6 de promoción interna) pero el proceso se fue dejando a lo largo de los años y los mandos que se presentaron entonces trataron de presionar cuando salió la segunda oposición (por la que aprobaron, entre otros, la asesora de Serrano) dado que no era de recibo que se convirtieran en subinspectores unos funcionarios presentados tantos años después. Así, se terminaron por cubrir cinco de aquellas seis plazas internas porque el Tribunal Calificador no consideró apta a esta mujer. Gil recurrió ante este «jurado» pero le desestimaron por lo que, como hiciera después la asesora de Serrano, decidió ir por la vía contencioso administrativa.

A la vista oral de su juicio, a diferencia del de Morales, sí acudió un representante legal de Ayuntamiento, que vino a explicar las razones de suspenso. Así, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 11 de Madrid, desestimó su recurso y dio la razón al Ayuntamiento en una sentencia fechada a 29 de septiembre de 2015 (con Ahora Madrid ya en el Gobierno madrileño). Ante este varapalo, decidió recurrir al TSJM. Aquí se vuelve a producir una segunda diferencia en la forma de proceder porque el Ayuntamiento sí realizó entonces su escrito de oposición al recurso de apelación de Gil. Y es que, en el caso de la asesora de Serrano, tampoco recurrieron, por lo que no encontró ningún escollo en los tribunales.

A pesar del recurso del Ayuntamiento, el TSJM terminó por dar la razón parcialmente a Gil y en una sentencia de 21 de noviembre de 2016 acuerda «estimar el recurso interpuesto por doña Teresa Gil contra la sentencia de 29 de septiembre de Juzgado Contencioso Administrativo 11». También estima parcialmente su recurso contra la resolución del Tribunal Calificador de las pruebas selectivas para la provisión de 8 plazas de subinspector. Así, el TSJM ordena la «reposición de las actuaciones para que el Tribunal Calificador motive adecuadamente la puntuación asignada a doña Teresa en la segunda prueba de la fase de oposición».

Sin embargo, Gil sigue esperando mientras que Morales ya está en prácticas. Y es que su sentencia (de un órgano judicial inferior) fue aplicada al día siguiente por orden de su jefe, Andrés Serrano.