La Plaza Mayor vuelve al Barroco

Cibeles, Neptuno, Santa María de la Cabeza o San Isidro recorrerán la plaza y las calles de la capital en un desfile de carrozas que trasladará a los espectadores a los festejos del Madrid de los Austrias.

Madrid es una ciudad barroca, o al menos este fin de semana lo será más que nunca. La capital recupera estos días el centenario desfile de la Fiesta Barroca, una de las actividades estrella dentro de la programación que el Ayuntamiento ha confeccionado para celebrar los cuatrocientos años de historia de la Plaza Mayor. En la actividad participarán más de cien artistas que llenarán de ritmo y color la calle Mayor en un recorrido propio de los siglos XVII y XVIII que partirá de la plaza de Oriente y que culminará en la propia Plaza Mayor.

La cita es a las 18:30 horas en la plaza de Oriente, y el espectáculo, formado por un desfile y una fiesta barroca, se prolongará durante dos horas. Actores, músicos, bailarines, jinetes y ramaleros conquistarán el centro de la capital a bordo de sus ornamentados carruajes. Estos servirán de transporte para dioses mitológicos y para los santos patronos de la ciudad. Uno de los personajes que más miradas acaparará será sin duda el rey Felipe III, que recibirá a los integrantes de la marcha desde el balcón principal de la Casa de la Panadería.

Con esta iniciativa, el Consistorio busca «devolver el protagonismo a la Plaza Mayor», y contribuir a que el emblemático emplazamiento, donde han sucedido algunos de los hechos públicos más relevantes de la historia de Madrid, «recupere su esencia». Para que todo salga perfecto, el equipo técnico se encargará de supervisar el desarrollo de la Fiesta Barroca. La compañía Antigua Escena es la encargada de la escenografía, Juan Sanz Ballesteros es el director artístico y el Ensemble de Danserye pondrá música al recorrido.

En la comitiva participará un carro propio de la Plaza Mayor, que será símbolo de la hegemonía de la Monarquía Hispánica. Este poder está representado con el Titán Atlas y con una serie de constelaciones que son símbolo del destino. Al igual que ocurría en el teatro de los Austrias, los espectadores podrán contemplar el paso de varios pájaros exóticos.

La Tarasca del Corpus, un animal histriónico que se relaciona con el pecado, también participará en la marcha. Su cuerpo cubierto de escamas evoca a la serpiente causante del pecado original, y su cabeza de dragón, cuernos y rabo son reflejo del demonio y del fuego que reina en el infierno.

Sobre el protagonismo de los patronos de Madrid, tanto San Isidro como Santa María de la Cabeza contarán con sus propios carros, que desfilarán acompañados de una comitiva de adoradores. Neptuno, icono de la capital, marchará en un carro decorado con olas, tritones y sirenas.