Sucesos
La Policía encuentra a Álvaro tras 60 horas de secuestro
Los agentes localizaron al niño de 6 años en Torremolinos junto a su padre, que huyó con él tras disparar a su ex mujer el sábado en Vallecas. El menor se encuentra en perfecto estado tutelado ya por su familia materna. El agresor está acusado de homicidio y secuestro parental
La alerta ya había llegado a Europol y la imagen de JLCM, junto con los datos de la Citroen Berlingo en la que huyó habían sido difundidos a todos los controles fronterizos. Pero el presunto homicida de Noal Mesleh, la mujer de 36 años tiroteada el pasado sábado en Vallecas, no llegó tan lejos; ni siquiera cruzó la frontera. Tras intentar acabar con la vida de su ex pareja a sangre fría, cogió al hijo que ambos tenían en común y enfiló hacia el Sur. Padre e hijo fueron encontrados anoche en Torremolinos (Málaga), donde la Policía Nacional detuvo al presunto homicida y secuestrador a última hora de la noche. Álvaro, de seis años, se encontraba sano y salvo y así se lo comunicaron los agentes por teléfono a Mayte, la abuela materna del crío, cuando la llamaron poco después de las diez de la noche para darle la buena noticia. La abuela, que tiene a una de sus dos hijas luchando por su vida en el Gregorio Marañón, no pudo contener las lágrimas de la emoción. Tanto ella como Nadia, la otra hija, sufrían un auténtico calvario desde el mediodía del sábado, cuando intuyeron que algo no iba bien porque Noal no cogía el móvil. Había quedado con su ex pareja para un asunto de Álvaro (que se encontraba con la abuela paterna) y se retrasaba demasiado. Sabían que la cita había sido en Palomeras, por lo que se acercaron al barrio, no muy lejos de su casa. Allí se encontraron la macabra escena: Noal tendida en el suelo entre dos coches, tirada en mitad de la calzada de la calle Cocherón de la Villa y atendida por los testigos que presenciaron el crimen. Una ambulancia del Samur se la llevó poco después en estado crítico. Cinco balas, en especial una que le afecta al pulmón, la mantienen grave en el centro hospitalario. Desde entonces, el drama se instaló en un primer piso de la calle Santillana del Mar. Además de una hija y hermana, respectivamente, en la UVI a causa de una brutal agresión machista, Mayte y Nadia tenían a un nieto y sobrino secuestrado por alguien muy capaz de empuñar un arma de fuego y disparar. Desde que se conoció que JLCM había recogido a Álvaro antes de huir de la Policía, la prioridad para el Grupo VI de Homicidios fue encontrar cuanto antes al menor. Las horas pasaban y el riesgo estaba ahí; JLCM podía hacer cualquier cosa al niño en un acto de locura o al sentirse presionado por la Policía pero, avanzada la tarde de ayer, ya le tenían «triangulado», es decir, ya habían acotado el perímetro de búsqueda de JLCM y Álvaro. Estaban localizados y ahora sólo había que esperar el momento más apropiado para acercarse a ellos. Poco después, procedían a la detención del homicida y al rescate del menor. La hermana de Mayte, Pilar, salió anoche junto a su marido de camino a Málaga para encontrarse con el pequeño y traerlo de vuelta a Madrid, a la casa de su abuela en la calle Santillana del Mar, donde vivían desde que sus padres decidieron separarse.
Las broncas entre la pareja, no obstante, no cesaron a pesar de marcar distancia. Desde el pasado mes de diciembre, cuando ella le denunció por malos tratos, JLCM tenía una orden de alejamiento que, según los vecinos, no cumplía. Sin embargo, ella tampoco denunció este extremo. Los vecinos de este barrio de Villa de Vallecas eran testigos de que el hombre acudía en numerosas ocasiones al nuevo hogar de su mujer y su hijo a molestar y a «rogar» a Noal que volviera con él al piso que se habían comprado hace dos años en la urbanización del Jardín de las Villas, en una perpendicular a Cocherón de la Villa, donde ocurrió el suceso. «Si no vuelves conmigo le prendo fuego al piso», «me voy a llevar al niño» o «no puedo vivir sin ti» eran amenazas que la pobre mujer escuchaba con frecuencia. La noche del viernes, pocas horas antes de cometer el crimen, la bronca en el piso fue de escándalo. Golpes de sillas, gritos y hasta amago de llegar a las manos con un tío de Mayte se escucharon en el vecindario. El homicida no tardaría mucho en rematar la pelea. La madre de la agredida, que trabaja como limpiadora en un instituto, no hablaba mal de JLCM hasta que tuvo conocimiento de que pegaba a su hija. «Era un chico muy trabajador pero desde que se quedó en paro no dejaba en paz a Noal», asegura una vecina.
La víctima continúa en estado grave, pendiente de la evolución de la herida que una bala le ha dejado en le pulmón. Ayer estuvo consciente y preguntó a sus familiares con gestos dónde estaba su hijo. Para no asustarla, le dijeron que con ellos. Ahora, no tendrán que mentirle y el pequeño Álvaro podrá visitarla.
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