Comunidad de Madrid
La policía evita un «Madrid Arena» en la discoteca Moma
«Lo del sábado en Moma fue terrible. No estuve ni 20 minutos dentro». «A las once y pico de la noche ya estaba petado». Arturo y Javier fueron dos de los miles de jóvenes que optaron el sábado por ir a divertirse a una de las discotecas más célebres de la capital. No aguantaron mucho y no se encontraban ya en la sala pasadas las 4:30 de la madrugada. Fue a esa hora cuando agentes de la Unidad de Investigación y Coordinación Judicial y de la Unidad Integral de Distrito de Chamberí se personaron en Moma, ubicada en el 56 de la calle José Abascal, para desalojarla. Ya en la puerta de entrada, los agentes pudieron comprobar cómo se agolpaba una multitud de personas. Pero la sorpresa llegaría cuando los policías accedieron al interior. En su licencia de funcionamiento, figura un aforo máximo de 298. En el local, sin embargo, había en ese instante 1.510 personas, cinco veces más de lo permitido. Así lo acreditaron los agentes municipales al contar a cada uno de los clientes, que completaron el desalojo en cerca de una hora y media.
Los agentes hablaron con la encargada de Moma para, acto seguido, pedir a la seguridad privada de la discoteca que comenzará a hacer salir a la gente de «forma pacífica». Los agentes tomaron la decisión de desalojar el interior de la sala «para garantizar la integridad de los clientes al verse superado el aforo en un 500%». A pesar del gran número de personas congregadas en el local, el desalojo se produjo sin incidentes, de forma totalmente pacífica y voluntaria, según señaló la Policía Municipal a través de un comunicado. Una vez vaciada la sala, los policías procedieron a levantar un acta por infracción de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid. La Policía se vio asimismo obligada a levantar otro acta en la cafetería contigua al local, perteneciente a los mismos dueños que los del Moma Fifty Six, por incumplimiento de horario al encontrarse clientes en su interior a las 5:15 horas de la madrugada. Preguntado por si lo ocurrido ayer en Moma es habitual en las discotecas de la capital, el sargento Javier Galeano, de la Unidad de Investigación y Coordinación Judicial de la Policía Municipal, aseguró que no suele pasar, ya que, tal y como precisó el Ayuntamiento, «en este tipo de empresas es muy alto el grado de cumplimiento de la Ley de Espectáculos Públicos».
Cinco años de polémicas clausuras
El sobreaforo registrado este sábado significa la tercera ocasión en la que Moma se ve encuelta en una polémica en pocos años. En noviembre de 2008, fue clausurada tras la muerte del joven Álvaro Ussía en el Balcón de Rosales y volvió a abrir a los pocos meses una vez actualizó sus medidas de seguridad. El pasado mes de octubre, la jueza María del Coro Cillán era condenada por el TSJM a 15 años de inhabilitación y a una multa de 15 euros diarios durante 18 meses por prevaricación tras haber ordenado en 2011 precintar la discoteca Moma de «forma arbitraria» para beneficiar a uno de los afectados a sabiendas de que su decisión no era justa. Lo ocurrido ayer podría traer importantes consecuencias para los dueños de la sala, ya que la superación del aforo máximo permitido está considerada una infracción muy grave. Ello podría implicar una multa de hasta 300.506 euros, la clausura del local, una suspensión o prohibición de la actividad de la sala de hasta dos años, así como la inhabilitación para los organizadores o responsables del evento en cuestión.
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