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La sinfonía mágica de los Reyes Magos

La sinfonía mágica de los Reyes Magos
La sinfonía mágica de los Reyes Magoslarazon

Miles de niños aclamaron a Melchor, Gaspar y Baltasar en una cabalgata de desfiló por Madrid al ritmo de músicas del mundo

De Oriente a Madrid. Los tres Reyes Magos rindieron un año más visita al corazón de la capital en un desfile que tuvo en el lenguaje musical a su otro gran protagonista. Arrancó puntual, poco después de las seis y media de la tarde, y el respiro que dio el frío permitió que todo el recorrido disfrutara de un gran ambiente con miles de madrileños flanqueando el paso de las carrozas. Dos horas y media después de que comenzaran a saludar a pequeños y mayores en las inmediaciones de Nuevos Ministerios, Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron acto de aparición en Cibeles. Recibidos al pie del Ayuntamiento por la alcaldesa, Ana Botella, se dirigieron desde allí a todos los vecinos de la ciudad. Como portavoz de los tres, el rey Melchor quiso lanzar un mensaje de esperanza de cara al año que acaba de empezar: «Despertad mañana dispuestos a hacer realidad vuestros sueños. Seguid la estrella, para que siempre ilumine vuestro camino, como ha iluminado el nuestro hasta llegar al Niño Jesús y a todos los niños del Mundo. Sabed que esta estrella brilla más cuando en vuestro corazón sentís el calor del cariño hacia vuestros padres, abuelos, hermanos, amigos y vecinos. Haced posible, entre todos, que la estrella brille siempre en Madrid y en toda España».

Muchos de los que tuvieron la suerte de ver de cerca a los centenares de integrantes del desfile habían iniciado la espera muchas horas antes para coger un buen sitio. «Llevamos esperando desde las tres de la tarde» aseguró José, rodeado de sus hijos. «Ya me tocó venir con mis hijos mayores y ahora con los más pequeños» relató otro padre de familia quién aseguró que entre los suyos ya se ha convertido en una «tradición» asistir cada 5 de enero a la cabalgata de Reyes. Y es que a lo largo de toda la Castellana, padres, abuelos y niños aguardaba bien abrigados y pertrechados de bocadillos y de paraguas y bolsas para los caramelos la llegada del cortejo. Entre todos ellos, una mezcla de expectación y nervios pese a que desde hace muchos días ya habían cumplido con el deber de enviar la carta con todos sus deseos para esta noche mágica. «Yo he pedido una play, una batería y, una guitarra» aseguraban algunos de los niños que esperaban en la primera fila tras la valla de seguridad. «Les voy a dejar leche y galletas para que merienden en una noche de tanto trabajo» contestó ilusionada una niña que más tarde dejó claro queque no se va a olvidar de los camellos a los que les va a dejar «agua y pienso».

Aunque las carrozas de los Reyes Magos cerraban el desfile, este año la espera fue más llevadera gracias a las actuaciones en director programadas para la plaza del Doctor Cortezo a ritmo de jazz y con la claquetista Ana Fulop, las canciones rocieras en Emilio Castelar, y la Tuna de la Universidad de Derecho de la Complutense en Colón.

Del jazz a Mozart

También en Cibeles, hubo miniconciertos como los del Coro de la Fundación Princesa de Asturias y el grupo Gospel Living Water y en donde la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura dieron una lección a los asistentes de cómo conservar el medio ambiente. La Detroit Catholic Central High School, la Banda y majorettes de Móstoles, integrantes del grupo Sweet California, grandes genios del barroco como Wolfgang Amadeus Mozart, y la carroza del Área de Las Artes del Ayuntamiento de Madrid, dedicada al jazz, completaron la banda sonora de un desfile que tuvo muchos otros momentos importantes. Entre los aclamados por los niños estuvieron personajes televisivos como Peppa Pig, Eli, Pocoyó, Dinotren, los Osos Amorosos, la Gata Lupe, Bob Esponja, Dora la exploradora, o las Tortugas Ninja. Tampoco quisieron perderse la cita cantantantes como David Bustamante, algunos de los protagonistas del programa Master Chef o las ya famosas ocas de Miguelín, recién llegadas desde su finca ecológica en Palencia, y engalanadas para la ocasión con sus cascabeles dorados. El escuadrón Ecuestre de la Policía Municipal de Madrid, compuesto por agentes con uniforme de gala montados a caballo, abrieron el camino a las cerca de 30 carrozas, entre las que se hicieron un hueco algunos vehículos que son historia viva de la capital como «Dennis», un antiguo camión del cuerpo de bomberos de 1949, y el contra incendios «Escala Magirus», que también se conserva en el Museo de Bomberos de Madrid.

En Cibeles, a las nueve llegó el colofón. «Venimos de lugares muy lejanos. Antes de llegar a España, hemos cruzado países en los que las niñas y los niños son las primeras víctimas de la violencia, la pobreza, la explotación y la injusticia. A todos ellos, y a las personas que entregan sus vidas para ayudarles les llevamos en nuestro corazón», subrayó Melchor antes los miles de madrileños congregados. Tras saludar a todos, presenciaron como el espectáculo pirotécnico creado por la prestigiosa empresa Ricardo Caballer. La fiesta había terminado y era hora de ir pronto a la cama, para que los tres Reyes pudieran comenzar su trabajo.