Comunidad de Madrid
Lidia y Santi: fin a 75 días de acampada gracias a una ONG
Mensajeros de la Paz cede a esta familia un piso de la Comunidad para que salga de la calle
Mensajeros de la Paz cede a esta familia un piso de la Comunidad para que salga de la calle.
Después de 75 días bajo las lluvias y las altas temperaturas que ha dejado este verano, Lidia y Santi, la pareja que fue desahuciada en Carabanchel el pasado 13 de junio junto con sus cuatro hijos, consiguió ayer un hogar donde poder volver a reconstruir su vida.
Tras salir obligados de una vivienda perteneciente al fondo de inversión Fidere, esta familia decidió coger todos sus bártulos y acampar frente a la Junta de Carabanchel el pasado 19 de junio para pedir una vivienda a la que pudieran acceder teniendo en cuenta que, por desgracia, ambos se encontraban sin trabajo cuando perdieron su hogar.
Ahora, gracias a la solidaridad de la ONG del Padre Ángel, Mensajeros de la Paz, esta historia va a poder tener un final feliz. Y es que, la Comunidad de Madrid ha cedido recientemente a esta organización que se destinarán a «personas sin hogar, mujeres víctimas de violencia doméstica o menores de edad en riesgo de exclusión social», según contó uno de los portavoces de la ONG. Por ello, tras unas negociaciones con la Comunidad, acordaron que una de estas dos viviendas se destinaría a la familia de Lidia y Santi que ayer celebraron la noticia en el campamento que levantaron hace meses y que no han abandonado ni un día.
La vivienda esta situada en Carabanchel, tiene cuatro habitaciones y, aunque todavía no está totalmente amueblada, un portavoz de Mensajeros de la Paz aseguró a este periódico que la familia no estaría «desatendida» porque se encargarán de ayudarles con «todo lo que necesiten», aportándole «muebles o material escolar para los pequeños».
Dos meses de calvario
Poco a poco, las súplicas de estos madrileños fueron escuchadas. De hecho, hasta la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se reunió con ellos el pasado mes de julio el problema no ha llegado a solucionarse hasta ahora.
En estos meses el estrés y la incertidumbre de no saber qué iba a pasar, hicieron que el estado anímico de Lidia fuese decayendo. Por ello, después de pasar 30 días en un campamento improvisado, la familia tuvo que lidiar con otra terrible noticia: Lidia perdía al bebé que llevaba en su vientre. Iba a ser su quinto hijo, hasta el momento todo había ido bien, pero la joven sufrió una hemorragia que le produjo un «aborto diferido», según el informe médico de estos padres. Sus otros hijos tienen 13, 10, 8 y 3 años, y para que esta situación no les salpicara, pasaban la mayor parte del tiempo en casa de familiares o en campamentos donde conseguían evadirse de la cruda realidad. No obstante, desde ayer, Lidia, Santi cuentan con nuevos cimientos para levantar sus vidas.
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