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Diviertt dio acceso directo a la pista a 2.500 jóvenes justo antes de producirse la avalancha

Entraron por las salidas de emergencia que debían servir para evacuar: «Esos chicos produjeron la avalancha», afirman los abogados. Tras visitar las instalaciones del Arena aseguran que la «verdadera» enfermería era un «cuchitril» con una camilla, situado a 150 metros del vomitorio

El titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Eduardo Lopez Palop (2-i); el fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Manuel Moix, y los abogados de las partes
El titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Eduardo Lopez Palop (2-i); el fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Manuel Moix, y los abogados de las parteslarazon

Pese a que la visita no era nueva para el juez, Eduardo López-Palop; el fiscal, Manuel Moix; y los abogados de las víctimas, el Madrid Arena aún tenía sorpresas para ellos. La más llamativa: que la enfermería no era la que se señaló en los anteriores registros, sino un pequeño cuarto que alguno de los letrados calificó como «cuchitril» y «una vergüenza». Además de carecer de dispositivos de salubridad, para los abogados de las familias lo más grave de la ubicación real del servicio médico son los 150 metros que la separan del lugar en el que se produjo la avalancha mortal y que tuvieron que recorrer quienes rescataron a las jóvenes atrapadas, por un pasillo lleno de gente.

Sin ventilación

«Es un sótano sin ventilación en el que tendríamos que ver cómo estaban dispuestos los elementos sanitarios, las camillas, si había quirófanos, desfibriladores; en fin, habrá que verlo con las diligencias que hizo en su momento la Policía», describió Felipe Moreno, abogado de la familia de Rocío Oña, al salir del Madrid Arena. Al respecto, la abogada de Manos Unidas, que se presenta como acusación popular, lanzó el interrogante sobre si la distancia a la enfermería o las condiciones de la misma fueron determinantes para poder salvar a alguna de las chicas.

En la revisión del pabellón, que tiene valor procesal al haber acudido todas las partes implicadas –también estuvieron presentes los abogados de Diviertt y Kontrol 34–, se ha verificado a su vez la ubicación de las 127 cámaras de seguridad instaladas. «Es muy sospechoso que de todas ellas, la única que era falsa era la que apuntaba al pasillo en el que se produjo la avalancha», reveló Abdón Núñez, abogado de la familia de Belén Langdon. Núñez también destacó que les indicaron que los discos de grabación de las cámaras estaban en la sala de control «cuando se guardaban en un lugar totalmente inapropiado como es la sala de control de incendios». «El armario en el que debían estar estaba vacío cuando nos lo han enseñado», aseguró.

Asimismo, los abogados de la acusación han vuelto a medir el vomitorio en el que murieron las cinco chicas con un puntero láser para mayor precisión. Esta nueva medición ha mostrado que el pasillo era aún más pequeño que lo que se pensaba: 3,07 metros de ancho por 12 metros de largo. A esto se añade que sólo había tres salidas de la pista principal abiertas, de las siete con las que cuenta, para desalojar a los miles de jóvenes que se apelotonaban en los minutos previos a la actuación de Steve Aoki, además del portón de emergencias.

En concreto, se cerraron las tres que había detrás del escenario y una más para los camerinos y vestuarios. «Lo que ha quedado bastante claro es que querían desalojar a más de 10.000 personas por esas tres salidas, algo que era totalmente inviable», consideró el abogado de la familia de Belén Langdon. Según declaró Gerardo Viada, abogado de la familia de Katia Esteban, esta circunstancia no es nueva de la fiesta de Halloween. «Hemos hablado con tres chicas que estuvieron en el Thriller Music Park y en otras macrofiestas celebradas en el Madrid Arena, y todas nos han dicho que siempre ha habido avalanchas en esos vomitorios», apuntó.

Por las puertas de emergencia

Por último, los representantes de las familias de las víctimas y de la acusación popular reclamaron la revisión de los vídeos de vigilancia en los que, según lo que se han filtrado a la prensa, «se puede ver cómo más de 2.500 personas entran por una puerta de emergencia que va directa a la pista principal», reclamó Abdón Núñez, que pidió que se hiciera un recuento en las imágenes para revelar el número exacto de personas y también determinar si lo hicieron por la entrada F-14 o por algún otro lado. Tal y como publicó LA RAZÓN el pasado 1 de dicimbre, la orden de abrir las puertas vino, según declaró un empleado de Seguriber a petición del juez, que los responsables de la apertura

de puertas fueron «el señor Morcillo y Juan Carlos», jefe de personal y técnico de montaje de Diveritte, la empresa de Miguel Ángel Flores. Y que éstos ordenaron meter más jóvenes por esas puertas, diseñadas para la evacuación, «por su cuenta y riesgo».

La abogada de Manos Limpias busca determinar si dichas personas procedían de uno o varios botellones distribuidos alrededor del recinto o si provenían de la reventa. «Esos jóvenes accedieron directamente a la pista central y produjeron la avalancha que hizo que explotara aquello por algún lado». «En el recorrido hemos visto que hay una cámara que apunta directamente a esa entrada de mercancía, así que se va a poder saber quién la abrió y cuántas personas entraron», señaló Viada.

El juez López-Palop ya ha dado orden de citar a todas las partes para visionar las imágenes. Para ello, la Policía Nacional está elaborando un resumen de 8 horas con las más de mil que grabaron las cámaras de videovigilancia.