Infraestructuras
Desalojado un edificio tras caerse parte de un pilar
Los Bomberos evacuaron a doce familias en la calle Cartagena y reforzaron la estructura con tablones. Control de Edificación determinará los daños.
En menos de tres meses, tres edificios de la capital han tenido que ser desalojados por los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid por riesgo de derrumbe. Ayer fue el turno de un inmueble de los años 50 situado a la altura del número 6 de la calle Cartagena. Fue el propietario de la tintorería situada en el local de la planta baja quien dio la voz de alarma al observar cómo se había desprendido el revestimiento cerámico de una pilastra (una especie de pilar de carga) y algún ladrillo, según informó una portavoz de Emergencias-Madrid. Los Bomberos del Ayuntamiento de la capital acudieron al lugar y procedieron a avisar a los vecinos que se encontraban en esos momentos en el edificio para que lo abandonaran hasta que los técnicos confirmaran que no existía riesgo alguno para los inquilinos. En el edificio, de cuatro plantas, hay tres pisos por planta, por lo que una docena de familias tuvieron que abandonar sus casas hasta que todo estuviera resuelto. Los funcionarios del Consistorio madrileño procedieron a realizar tareas de apeo, es decir, a reforzar la estructura del inmueble con tablones de madera hasta que los técnicos de Control de Edificación del Ayuntamiento determinen si hay daños estructurales, por lo que al cierre de esta edición los vecinos desconocían si podían regresar a pasar la noche a sus casas. No es la primera vez que esto ocurre.
Durante el verano, el consistorio tuvo que enfrentarse a una situación similar en dos edificios de viviendas de la ciudad. El 3 de agosto, el inmueble situado en el número 5 de la calle Duquesa de Tamames, en el barrio de Carabanchel, se derrumbó prácticamente en su totalidad. El siniestro ocurrió de madrugada, sólo unas horas después de que sus vecinos, unas 40 personas, fueran desalojados, tras alertar a los Bomberos de las grietas que se abrían en sus paredes. No se registró ningún herido. Apenas dos semanas después, la escena se repitió en Tetuán. Un edificio situado en la esquina que une las calles Bravo Murillo y Amalia se derrumbó parcialmente. También entonces los vecinos, en torno a los 50, pudieron salir de sus casas antes de que las paredes comenzaran a ceder. La investigación del derrumbe en Carabanchel tuvo su origen en el desgaste sufrido por los pilares, mientras que en el de Tetuán la construcción se colapsó como consecuencia de unas obras en las que se eliminó un machón de la fachada. Tras estos casos, el Ayuntamiento anunció una campaña para revisar posibles daños estructurales en edificios antiguos.
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