Transporte

Los otros cortes de la Gran Vía que colapsaron Madrid

Los técnicos municipales ya desecharon la misma idea en 2004 por los atascos. El Día sin Coches hubo un 89% más de retenciones.

El 18 de septiembre, Madrid se convirtió en la capital de los atascos
El 18 de septiembre, Madrid se convirtió en la capital de los atascoslarazon

Los técnicos municipales ya desecharon la misma idea en 2004 por los atascos. El Día sin Coches hubo un 89% más de retenciones.

Es cierto, como explicó ayer el Ayuntamiento de Madrid en la nota en la que informaban de los cortes de tráfico, que anteriores corporaciones y también el actual equipo de Gobierno ya habían realizado cierres puntuales de la Gran Vía. Restricciones de circulación que, y esto lo omite la nota del consistorio madrileño, se tradujeron en tremendos atascos que hicieron que los propios técnicos municipales desaconsejasen su continuidad en el tiempo.

Fue Alberto Ruiz-Gallardón en sus primeras navidades como alcalde de Madrid en 2003 quien impulsó la iniciativa de reducir a dos carriles la circulación en la Gran Vía, si bien de forma menos restrictiva que como lo va a aplicar la actual regidora, Manuela Carmena. Así, en aquellos años en los que no existían las Áreas de Prioridad Residencial y los conductores podrían «culebrear» sin problemas por los barrios de Ópera, Las Letras o Embajadores, se limitó a los autobuses, taxis, motos y residentes el paso por un carril de subida y otro de bajada por la Gran Vía. Pero sólo durante los domingos de la campaña de Navidad y entre las 10 y las 12 de la noche. El mismo horario en el que ahora se cierra cada domingo al tráfico el Paseo del Prado.

Sin embargo y pese a que el entonces concejal de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo, acordó con la asociación de comerciantes de Gran Vía el cierre de la calle con esas mismas condiciones durante 21 domingos al año, finalmente los técnicos municipales recomendaron que se desistiese la iniciativa. Y es que durante las restricciones de circulación y pese a las numerosas alternativas, que entonces existían y ahora no, para escapar de la ratonera en que se convertía el centro, el desvío de vehículos por Princesa y las rondas provocó atascos monumentales en Plaza de España y en el entorno de la Plaza de Colón.

De hecho, el candidato del PSOE a las elecciones municipales de 2007, Miguel Sebastián, llevó en su programa convertir la Gran Vía en un bulevar en el que rescatar incluso los tranvías para devolver la calle a los peatones y fue contestado en los debates electorales con los estudios que desechaban la idea, que ya había probado Gallardón.

El último experimento

Igualmente, el equipo de Manuela Carmena también ha experimentado con el cierre de esta arteria del Centro con desastrosos resultados. Ocurrió el pasado 18 de septiembre durante la celebración del Día sin Coches, cuando en Gran Vía se redujo el tráfico a apenas carril y medio por sentido, lo que provocó la constante reubicación del vallado que, además, confundió a los peatones y a los conductores de EMT en varias ocasiones. Debido a que el cierre se combinó con distintos cortes escalonados en otras partes de la ciudad, así como itinerarios ciclistas que obligaron a cerrar el tráfico por momentos, además de que se produjeron el doble de accidentes en la M-30 que cualquier otra mañana, y no se redujo el uso del vehículo privado respecto a un día habitual, el resultado fue un colapso circulatorio.

En concreto, hubo un 59% más de retenciones en hora punta y un 89% más hasta las 11:00 horas, que, por mucho que la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, tratase de achacar a los accidentes, ya que éstos se produjeron antes de que comenzaran los cortes en el centro, lo cierto es que el desplazamiento de la hora punta hizo que los vehículos llegasen a sus destinos justo cuando la ciudad se cerraba a la circulación irremediablemente, ya que eran actos programados por la Semana de la Movilidad.