Angel del Río

Los proyectos bloqueados en Madrid por la «interinidad» en la Moncloa

La falta de un gobierno central estable frena la construcción de un segundo aeropuerto, el Plan de Urgencia de Carreteras o la mejora en Cercanías de Renfe

El plan de mejoras de la red de Cercanías que demandan los usuarios es uno de los que está pendiente de la aprobación de los presupuestos / Foto: Alejandro Olea
El plan de mejoras de la red de Cercanías que demandan los usuarios es uno de los que está pendiente de la aprobación de los presupuestos / Foto: Alejandro Olealarazon

La falta de un gobierno central estable frena la construcción de un segundo aeropuerto, el Plan de Urgencia de Carreteras o la mejora en Cercanías de Renfe.

El que espera, desespera, y Madrid, tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de la capital, vuelve a desesperarse ante la ausencia de un Gobierno de la nación ejecutivo, que prorroga su estado de «en funciones», hasta nuevos comicios. La larga gestación de un gobierno que no termina de nacer frena algunos proyectos de primera necesidad para los madrileños, y en determinados casos, también para los que vienen de fuera. La Comunidad no puede elaborar nuevo presupuesto sin antes saber cuánto y cuándo va recibir de la partida correspondiente de los Presupuestos Generales del Estado. De un nuevo Gobierno nacional depende la ejecución del pan de mejoras de Cercanías de Renfe; el desdoblamiento y mejoras de la red de carreteras del Estado; la construcción de un segundo aeropuerto; el desbloqueo de la Operación Campamento –que parece ser que en breve se pondrá en marcha– y la financiación de la Ley de Capitalidad de Madrid, como cuestiones principales.

La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, se ha quejado amargamente y ha calificado de «limosna» los 4.500 millones de euros desbloqueados por el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez con destino a las comunidades, en concepto de «entregas a cuenta» de la financiación autonómica.

A finales del pasado mes de agosto pedía a Sánchez la convocatoria urgente del Consejo de Política Fiscal y Financiera para que explicara a las comunidades los motivos por los que se estaba retrasando en sus pagos. Pero el presidente del Gobierno estaba en otros asuntos, reservando ya espacios publicitarios para las nuevas elecciones generales, que presentía como inevitables, y no para atender las necesidades autonómicas, aunque esa actitud las dejara a los pies de los caballos de unos presupuestos imposibles de elaborar.

La deuda contraída por el Estado con la Comunidad de Madrid para este año es de 1.300 millones de euros. La presidenta regional insistía: «En el sistema de financiación autonómica, Madrid está infrafinanciada desde hace años; pero si, además, este dinero no llega, nos hace más difícil prestar todo los servicios públicos que merecen los madrileños». Sin presupuestos, es imposible programar inversiones, entre otras cosas.

Por tierra, ferrocarril y aire

Por culpa de la prolongada situación de un gobierno en funciones, la región de Madrid tiene paralizados, o en bajo nivel de ejecución, una serie de proyectos de urgencia, vitales para la movilidad y el desarrollo económico.

Por aire. Un segundo aeropuerto que desahogue la actividad del de Barajas, ya que en los próximos veinte años el crecimiento del tráfico aéreo será de 80 millones de pasajeros, y el actual aeropuerto tendría muchas dificultades para absorberlo. El pasado mes de febrero, Air City Madrid Sur presentaba al Ministerio de Fomento los primeros estudios técnicos para la obtención de los permisos administrativos pertinentes, con la intención de que el Gobierno respondiera antes del verano, pero el Gobierno ya estaba de «vacaciones», en tiempo preelectoral.

El segundo aeropuerto madrileño se ubicaría en la zona de Casarrubios-El Álamo, entre las comunidades de Madrid y Castilla-La Mancha, y estaría dedicado fundamentalmente a la aviación ejecutiva y a las aerolíneas «low cost». El argumento de los promotores es claro: Madrid necesita un aeropuerto alternativo al de Barajas. No hay ninguna otra ciudad europea importante con una sola instalación aeroportuaria. El segundo de Madrid, podría estar terminado en 2023, pero de momento, tiene que esperar a la cita con las urnas y al nacimiento de un nuevo gobierno ejecutivo. Conviene recordar, que en los años setenta, el Plan de Infraestructuras Básicas del Transporte, de COPLACO, establecía reserva de suelo en Griñón para la construcción de un segundo aeropuerto comercial.

Por tierra. La Comunidad necesita con urgencia nuevas infraestructuras viarias y ampliación de algunas de las ya existentes. Hace uno días, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunció en plena precampaña electoral que llevaría al Consejo de Ministros construcción del carril bus VAO en la A-2, algo a lo que se comprometió hace un año. De 19 kilómetros de longitud, podría ahorrar hasta 15 minutos en el trayecto que realizan a diario unos 15.000 vehículos. También, un tercer carril en la A-1. Redacción de proyectos, tramitaciones y, de momento, todo pendiente de cita electoral. Ábalos también dijo que estaban redactando proyectos para «mejorar la accesibilidad y movilidad del transporte público en las principales autovías de acceso a Madrid».

Por ferrocarril. La región madrileña está pendiente de que se active el Plan Integral de Mejoras del Núcleo de Cercanías de Madrid para el periodo 2018-2025, con la puesta en marcha de un Plan de Acción Urgente 2018-2019. Las fases de ejecución también están pendientes de asignación presupuestaria y, con un gobierno en funciones, esto era prácticamente imposible. Estos planes estaban motivados por las muchas quejas de los usuarios de Cercanías, puestas de manifiesto en el Informe Anual del Defensor de Pueblo de 2018.

Financiación por Capitalidad

En el caso concreto del Ayuntamiento, también la inoperancia de un Gobierno en funciones ha venido perjudicando los intereses de todos los ciudadanos.

En 2006, el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y el alcalde de la ciudad, Ruíz Gallardón, firmaban la Ley de Capitalidad de Madrid, aunque la parte más importante, la financiación del Estado a esa capitalidad, la dejaban «para más adelante», habida cuenta de la crisis económica general que vivía España en aquellos años. Pero el tiempo ha ido pasando y esa financiación no se ha negociada. No se hizo con el gobierno de Rajoy, y con el de Pedro Sánchez tampoco lo intentó el gobierno municipal de Manuela Carmena. Ahora, el ejecutivo de Martínez-Almeida tendrá que esperar a que haya nuevo inquilino en la Moncloa, tras las elecciones del próximo 10 de noviembre.

La capitalidad le supone a Madrid una serie de gastos por la prestación de servicios extra municipales, y por el lucro cesante a consecuencia de la exención de impuestos a entidades de carácter estatal, cultural y diplomático, lo que le supone un coste anual de unos 500 millones de euros.