Comunidad de Madrid

Los remeros municipales, expulsados del Manzanares

El Ayuntamiento quiere enviar a los alumnos de la escuela que él mismo gestiona a Valmayor, a 50 kilómetros de la capital, tras obligarles a remar en seco durante dos años.

Jorge, de 18 años, se puso a remar en cuanto «abrieron» el agua a principios de julio. Fotos: Rubén Mondelo
Jorge, de 18 años, se puso a remar en cuanto «abrieron» el agua a principios de julio. Fotos: Rubén Mondelolarazon

El Ayuntamiento quiere enviar a los alumnos de la escuela que él mismo gestiona a Valmayor, a 50 kilómetros de la capital, tras obligarles a remar en seco durante dos años.

Lola enseña una imagen de los años 50. Son dos hombres sonrientes que reman juntos, en una misma piragua. ¿Dónde? En el río Manzanares, donde ahora el Ayuntamiento quiere erradicar esta práctica. Busca trasladar una de las pocas escuelas municipales que existen en la capital fuera de Madrid. Todo ello sin, ni tan siquiera, reunirse con los afectados. «Como no veíamos ninguna alternativa, ayer nos plantamos en la comisión de Medio Ambiente para abordar a Inés Sabanés (concejala del ramo) y exigirle que nos escuchara porque la edil de nuestro distrito, Rommy Arce, sólo nos ha dado negativas, dice que no tiene tiempo, solo se ha reunido con los ecologistas», afirma Lola, la madre de una de las jóvenes afectadas si, definitivamente, el Consistorio decide prohibirles remar en el río.

El principal problema es que se sienten engañados, ya que «cuando se rompió la presa en agosto de 2016 y se acordó vaciar el río para su renaturalización, políticos y ecologistas acordaron que nuestra actividad no perjudicaba a las especies que lo habitan. ¿Qué ha cambiado ahora?», pregunta Ana, madre de otra remera y que también practica este deporte acuático. «Remar me ha sacado de una depresión, me ha ayudado a controlar la alergia. Son todo ventajas. ¿Este Ayuntamiento no decía que gobernaba escuchando a la ciudadanía?». Y es que en noviembre de 2016 Ecologistas en Acción emitió un comunicado en el que afirmaba que «la práctica del remo en el tramo bajo del Manzanares era compatible con la renaturalización del río». Fue por este tipo de afirmaciones por lo que la Escuela Municipal de Remo decidió aguantar el tiempo que fuera necesario sin agua.

«En este tiempo hemos perdido a más del 70 por ciento de los alumnos, ¿quién va a querer remar sin agua?», sostiene Lorena Rodríguez, remera senior y la entrenadora del club. «Cuando llegué aquí hace 22 años, con 15, era la más pequeña del club. Los niños no participaban en la actividad y hemos conseguido revertir la situación. Ahora tenemos a más niños que adultos, estamos ofreciendo una alternativa a nuestros vecinos porque somos una escuela municipal. Si no nos permiten seguir remando aquí, temo que dejemos de competir y que volvamos a la misma situación de hace dos décadas», subraya apenada.

Raquel y Nuria, de 16 y 17 años respectivamente, llevan desde que se rompió la presa remando en seco. «Sólo podíamos utilizar los ergómetros (aparato que imita la palada del remo) y termina convirtiéndose en una máquina diabólica. Te quema la cabeza y me terminó produciendo ansiedad. Es más, ahora mismo, no podría utilizarla más de 10 minutos seguidos», sostiene Nuria que, por este parón «no he rendido lo que debía en las competiciones». Y es que insiste en que «es imposible conseguir una buena técnica si no estás en el agua». El remo, según cuenta su «compi» Raquel, «es el segundo deporte más completo después de la natación porque, aunque no lo parezca, ejercitas todo el cuerpo, pero especialmente las piernas».

Este deporte también les ha amueblado la cabeza y sus notas así lo acreditan. Las dos estudian en el Instituto Ortega y Gasset, «más conocido como M86, a él acuden sobre todo deportistas de deportes acuáticos y deben acreditar que compiten. Nos exigen aprobarlo todo», explica Raquel.

Ni la entrenadora, ni las alumnas se creen la solución que el miércoles ofreció Sabanés. «Hace un mes, el pasado 4 de junio desde el pantano de Valmayor, que gestiona Canal, me mandaron un e-mail para pedirme que fuéramos a recoger la nave que aún tenemos ahí en los siguientes 15 días porque no se nos permite remar allí. ¿Han cambiado de idea en estas semanas?», pregunta Lorena.

La propuesta de la responsable de Medio Ambiente es que como el Ayuntamiento ha decidido mantener la renaturalización del Manzanares en todo el tramo urbano del río, lo que implica desembalsar la presa número 9, «hemos buscado un emplazamiento alternativo para los remeros de la Federación Madrileña de Remo y el Canal de Isabel II aceptaría el embalse de Valmayor para la práctica del remo tanto de iniciación como de competición, y nuestro criterio es mantener todo el tramo renaturalizado», especificó Sabanés. El presidente de la Federación, Pedro Arévalo, acusó ayer al Consistorio de engañarles en los últimos dos años, lapso de tiempo en el que no han podido practicar este deporte en ninguna zona de la Comunidad de Madrid. Recuerda que son «una Escuela Municipal de Remo» y que, por tanto, están sustentados, desde el punto de vista deportivo, por el Ayuntamiento de la capital, por lo que no entienden que la administración local les dé la espalda y no dialogue con ellos. «Han estado trabajando para ver si nos desgastábamos, si nos olvidábamos», subrayó el máximo responsable del remo madrileño, que también denuncia el «aluvión de amenazas» que han recibido en los últimos días –sobre todo por redes sociales– hasta el punto de tener que ir a comisaría a denunciar algunas «que son constitutivas de delito».

Si definitivamente les obligan a abandonar el río, creen que el deporte puede desaparecer porque «¿quién se va a ir en invierno a Valmayor, a una hora de aquí a practicar en un pantano que puede ser peligroso para aprender si hay viento? Sólo te garantizas volcar», insiste Raquel que sueña con ser campeona mundial, como la española Esther Briz.