Festivales de Música
Mad Cool: Al tercer día, redención
El festival se recompone de dos jornadas turbulentas con un buen nivel musical con la presencia de Depeche Mode y Queens Of The Stone Age
El festival se recompone de dos jornadas turbulentas con un buen nivel musical con la presencia de Depeche Mode y Queens Of The Stone Age.
Para cuando salieron a escena Depeche Mode, todo el mundo había olvidado las dos jornadas precedentes, algo traumáticas para la inmensa mayoría de los asistentes a esta edición de Mad Cool. Los británicos eran el plato estrella de la jornada final de un festival cargado de estrellas y que milagrosamente ha terminado sin incidentes. En la tercera entrega la música redimió al festival que a punto ha estado de ahogarse en su propia ambición. Hace falta cordura para la siguiente edición.
Y es que cuando salieron los de Martin Gore, no habíamos tenido tiempo para el resuello. Queens Of The Stone Age acababan de reventar el escenario principal, pero Depeche Mode, al contrario que Massive Attack el día antes, no le hacen ascos a compartir protagonismo ni público. Ni siquiera a aparecer en el segundo escenario por jerarquía. Cuando no tienes problemas de ego no te fijas en esas cosas. Así pues, los mitos del pop electrónico salieron a por todas, sin renunciar a defender su último álbum, «Spirit», pero sin dejarse por el camino temazos como «Precious», «Everything counts», «Personal Jesus», «Never Gonna Let Me Down Again», «Walking In My Shoes» y «Personal Jesus» para el delirio general. Hay que decir que no fue en absoluto su mejor visita a la capital, pero cumplieron y de eso se trata. Su concierto en el antiguo Palacio de los Deportes fue muy superior pero la presencia escénica, la de una folclórica como Dave Gahan, aparentó la misma fuerza.
Antes, cuando la tarde iba echándome cierre, Kaleo habían demostrado que saben rockear. Los islandeses cantan y tocan de maravilla y parecen de Arkansas o de cualquier pueblo de medio oeste. Esa es su gracia: interpretar el blues-rock como si no fueran del gélido norte. En una jornada muy cargada de actuaciones interesantes, Niña Coyote Eta Chico Tornado reventaron la carpa pequeña literal (no cabía un alfiler) y metafóricamente: «Son los White Stripes de Guipúzcoa», comentó alguien y después tocaron «Killing In The Name» de Rage Against The Machine. Presentaron candidatura para algo más grande. Y también estaba por allí, en las antípodas estilísticas, Kase O., mito y leyenda del rap español, una figura que ha roto la barrera de underground y que ha ascendido por méritos propios hasta clasificarse para un festival mainstream y competir con Queens Of The Stone Age congregando a una multitud para escuchar sus rimas. Javier Ibarra ha ablandado el corazón de los más integristas de hip-hop, ha producido el cambio de paradigma que él mismo ayudó a construir. Del hardcore rap a, qué demonios, rap para todos con palabras aromáticas. Lean: ¡y sin sucumbir al trap! Anoche aceleró el mix de temas clásicos de Violadores del Verso en una batidora en la que mezcló 8 en dos minutos. Buena solución para no aprovecharse del legado de Violadores de Verso mientras no regresen en condiciones y al mismo tiempo no dejar a la gente con las ganas de sus versos. Poco después, los americanos liderados por Josh Homme aprovecharon las excelentes condiciones de sonido y reventaron tímpanos cuando fue necesario. Queens Of The Stone Age son potencia y versatilidad. Funcionan mejor con alto voltaje, cuando desatan su tormenta de guitarras, pero saben bajar las revoluciones hacia una versión «stoner rock» de sí mismos. En el arrebato final, Josh Homme enardeció a la hinchada y cortó de súbito el sonido de la guitarra.
Y hemos llegado al final de la crónica, hablando, por fin, solo de música. Al tercer día, el Mad Cool encontró su lugar y sería muy de agradecer que no haya experimentos el año que viene.
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