El desafío independentista

Madrid se vuelca con Cataluña

Miles de madrileños se suman a la «mayoría silenciosa» catalana para decir «basta ya» al independentismo. Renfe se ha quedado sin billetes. En autobuses, coches y avión salen entre hoy y mañana para acudir a la manifestación en Barcelona contra la independencia

Álvaro y Alejandro saldrán el domingo a las siete de la mañana rumbo a Barcelona y volverán a Madrid a las cinco de la tarde, tras la manifestación
Álvaro y Alejandro saldrán el domingo a las siete de la mañana rumbo a Barcelona y volverán a Madrid a las cinco de la tarde, tras la manifestaciónlarazon

Miles de madrileños se suman a la «mayoría silenciosa» catalana para decir «basta ya» al independentismo. Renfe se ha quedado sin billetes. En autobuses, coches y avión salen entre hoy y mañana para acudir a la manifestación en Barcelona contra la independencia.

El desafío y el acoso del independentismo ha traspasado las fronteras y ha llegado hasta Madrid. Y la capital, o al menos, sus ciudadanos van a responder. Miles de madrileños se trasladan hoy y mañana en autobuses, coches particulares, aviones y trenes para acudir a la llamada de «la mayoría silenciosa» y defender la unidad de España desde Barcelona. El objetivo es dar apoyo a los catalanes arrinconados, que se sienten parte de España y que están en contra de los planes del Gobierno catalán. Para ello acudirán en masa a la manifestación convocada el 8-O en la plaza de Urquinaona a las doce del mediodía.

Antonio Cánovas es el organizador de uno de los grupos de viajeros más madrugadores. Coordina ocho autobuses alquilados para trasladar a 400 «amigos de amigos» que partirán hacia la ciudad condal el sábado por la noche. En conversación con LA RAZÓN, Cánovas explica que «la iniciativa surgió de manera espontánea». «Mi padre estuvo en Barcelona el 1-O y volvió horrorizado de lo que vio», señala el organizador. «Así, cómo un comentario lanzado al aire, dijo que por qué no poníamos autobuses para apoyar a los millones de catalanes que no quieren separarse de España». Esta frase, «mitad en serio, mitad en broma», como explica Antonio Cánovas, fue el comienzo de una locura que ha contagiado a centenares de madrileños. «Yo lo comenté con unos amigos», continúa el coordinador del multitudinario traslado, «y de ahí, gracias al boca a boca, la cosa se fue extendiendo y de pronto me encontré con que amigos de amigos y conocidos se ponían en contacto conmigo para ayudarme a organizar todo y que el viaje salga perfecto», concluye.

Álvaro Mazón es un madrileño que, cargado de ilusiones, también estará mañana en Barcelona. Desde que Sociedad Civil Catalana anunció la manifestación quiso ser partícipe de ella y, poco a poco, hablando con amigos y allegados, ha reunido a otras 14 personas que el domingo a las 7:00 horas de la mañana cogerán un tren rumbo a la plaza de Urquinaona para defender la unidad. A estos 14 valientes se le sumarán allí otros cinco amigos procedentes de otras ciudades como Santander o Málaga, que también han querido participar. Después del 1-O, Álvaro explica que llegó a la «triste» conclusión de que la gente no independentista que vive en Cataluña «se sintió muy sola» el mismo día del referéndum y durante las jornadas posteriores en las que los enfrentamientos y el acoso no sólo no cesó sino que se endureció. «Es un buen momento para dar un paso adelante», dice este joven. Además de mostrar su apoyo a todos los catalanes que luchan día a día contra el independentismo, explica que quiere ir para que «no tengan miedo» de salir a la calle y de mostrar su postura siempre que sea de una forma «pacífica y respetuosa» con todo el mundo. Para este madrileño, «si hay algo positivo de todo esto es que por primera vez en mi vida estoy viendo que se puede sacar la bandera y lucirla orgulloso más allá de las ocasiones en las que lo hemos hecho por los triunfos del deporte español».

Alejandro Navarro también está dentro de este grupo de madrileños que el domingo madrugará para estar a tiempo en Barcelona de acudir a la manifestación por la unidad de catalanes y españoles. «Saldremos a las siete de la mañana y a las cinco de la tarde estaremos en la estación cogiendo un tren de vuelta. Es una paliza, pero, sin duda, merece la pena», dice.

Alejandro explica que comenzó a preocuparse por la situación de los catalanes no independentistas cuando en la radio escuchó los «escalofriantes testimonios» de gente que, «acobardada», decía que «no podía poner la bandera española en su terraza por miedo a represalias». Cuando escuchó a miembros de la Policía Nacional contar que «habían amenazado a sus hijos en el colegio sólo por ser hijos» de un miembro del Cuerpo decidió ponerse en marcha. «Tenemos que ir a decirles que no están solos. Que les apoyamos», afirma. Alejandro está convencido de que la manifestación de mañana en Barcelona «marcará un antes y un después en la historia» porque la movilización «va a ser enorme». Y como ejemplo pone el grupo creado en Facebook llamado «8 de Octubre!» creado por catalanes para llamar a la manifestación y que, según cuenta, comenzó el martes con 2.000 personas y ayer ya acumulaba más de 280.000 seguidores. Aunque los billetes de los trenes de Renfe para llegara a Barcelona antes de las 12:00 horas del domingo ya están agotados, Alejandro anima a organizarse para ir «como sea».