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Madrid, una «levantá» a 24º C

La Borriquita y Los Estudiantes salieron en unas procesiones marcadas por el clima veraniego.

La Hermandad de Los Estudiantes saca en procesión dos imágenes: el Santísimo Cristo y María Santísima Inmaculada. Foto: CRISTINA BEJARANO
La Hermandad de Los Estudiantes saca en procesión dos imágenes: el Santísimo Cristo y María Santísima Inmaculada. Foto: CRISTINA BEJARANOlarazon

La Borriquita y Los Estudiantes salieron en unas procesiones marcadas por el clima veraniego.

Miles de devotos y extranjeros atraídos por la magia de la Semana Santa madrileña se congregaron ayer a las 16:30 en torno a la Catedral de la Almudena para dar el pistoletazo de salida a una semana llena de procesiones, multitud de actividades eclesiásticas, torrijas y música santa. Y sobre todo de buen tiempo, hasta el punto de que, por una vez, la amenaza no era la lluvia, sino el calor que sacudía a la capital. Familias, niños, turistas, residentes del centro y de aún más lejos, asistieron a la emotiva «levantá» de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Amor, La Borriquita bajo un sol casi veraniego, rozando los 24 grados.

Así fue como a las 16:30, comenzó el paso de La Borriquita, la procesión de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Amor en su Entrada Triunfal de Jerusalén y la más reciente de todas las que componen esta Semana Santa 2019. Desde el año 2017 recorre las principales calles del centro madrileño cada Domingo de Ramos y, a pesar de tratarse de una de las más pequeñas en relación a la cantidad de hermanos, contó con la multitudinaria presencia de monaguillos entre sus filas.

El recorrido, que duró alrededor de dos horas, atravesó una veintena de calles del centro de la capital, empezando por la Catedral y continuando por las céntricas calles Mayor, Arenal y Gran Vía, para luego avanzar por Valverde y finalizar en la Iglesia de San Ildefonso. Así, el ambiente, durante las dos horas que duró la procesión, estuvo marcado por el redoble de tambores, los coloridos y tradicionales trajes cofrades y por la presencia de las bandas musicales de Cornetas y Tambores Virgen Morena de Ocaña.

Sobre las 18:30 horas, una vez acabada La Borriquita, comenzó el paso del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón, también conocido como Los Estudiantes. El paso, que arrancó desde la Basílica Pontificia de San Miguel, recorrió el centro pasando por la plaza de la Villa, la plaza Ramales, la plaza de Oriente, la plaza de Isabel II y la plaza de San Miguel.

Con el día de ayer, comenzó unas de las fiestas más populares del territorio nacional que deja patente como hay tradiciones que por su belleza deben seguir traspasándose de padres a hijos. Así fue en el caso de Isabel. Residente en Madrid de 64 años, es fiel devota de la Semana Santa y desde muy pequeña acude a cada procesión que durante estas vacaciones, recorre las calles del centro. «Mis padres me enseñaron desde muy pequeña a ser creyente y saber admirar las procesiones y es algo que he tratado de inculcarles a mis hijos. Espero que este sentimiento perviva de generación en generación en mi familia», afirma con sentimiento.

La pasión por esta fiesta no sólo la viven los residentes de la capital, también turistas como Carla, una joven alemana de 26 años que ayer se vio sorprendida por la belleza de las procesiones madrileñas. «Es mi tercera vez en España y la primera vez que veo la Semana Santa madrileña. Es algo muy diferente a lo que estoy acostumbrada a ver en mi país y por eso me encanta. Espero repetir».