Violencia callejera
«Me di cuenta cuando me dijeron: “¡Estás ardiendo!”»
Borja, el indigente de Carabanchel a quien prendieron fuego el lunes, ha regresado al parque de la agresión.
Borja, el indigente de Carabanchel a quien prendieron fuego el lunes, ha regresado al parque de la agresión.
Borja tiene 41 años, pasó su infancia y juventud en un buen piso de la calle Manuel Becerra y se licenció en Derecho en el 97 por la Universidad Complutense, pero nunca llegó a colegiarse. Ya en su época de estudiante comenzó a trabajar de relaciones públicas de varias discotecas y se quedó prendado del mundo de la noche. «Fui un golfo», dice para resumir en pocas palabras cómo un hijo único de «barrio bien» ha acabado como un indigente: en la calle y con un problema de alcoholismo. El lunes por la mañana fue objeto de una agresión que, como buen conocedor de las leyes que es, él mismo califica de delito de odio. «Estaba con mi amigo Gabi y nos habíamos bebido una botella de whisky. Se acercaron dos chavales a pedirnos un cigarro pero no se lo dimos. Iban bien vestidos, diría que eran “pijos”, pero no estética neonazi, como están diciendo». Borja atendió ayer a este diario en el mismo parque donde sucedieron los hechos, en la glorieta Valle del Oro de Carabanchel, frente al metro de Oporto. Allí lleva parando unos cinco años y conoce a todo el mundo, en su mayoría latinos, y con todos dice llevarse bien. Ahora lleva unos 20 días pasando allí más tiempo del habitual porque su mujer se va a ir de vuelta a Perú, aunque asegura que duerme en el albergue de San José. «Este parque es mi casa», dice. «Me quedo por aquí porque me encuentro mal y estoy harto de todo», confiesa.
De sus agresores estima que no tendrían más de 25 años. «No me enteré de nada. Mi amigo dice que sacaron una botella de algo inflamable del bolsillo y me lo echaron pero no vimos cuándo prendieron fuego. De repente Gabi me dijo: “¡Borja que estás ardiendo! Yo ni me había enterado porque llevaba un abrigo bastante gordo y al darme la vuelta fue cuando las llamas me quemaron la cara. Y nada, borjita ardiendo», dice bromeando.
Enseguida se deshizo de su abrigo como pudo y, entre él y su amigo, lograron apagar el fuego. Borja no sabe quién llamó al teléfono de emergencias pero poco después una ambulancia del Samur se presentó en el lugar. Le trasladaron al Hospital 112 de Octubre para curarle las heridas superficiales de su cara. Los sanitarios informaron de que también había sufrido quemaduras en la pierna, ahí tiene otra lesión anterior, por lo que lleva muletas estos días. «Esto fue de una caída en este parque, que está fatal».
La misma tarde del lunes le dieron el alta y regresó al parque que considera su casa. «Es la primer vez que pasa algo así aquí, te lo digo porque yo soy el jefe aquí y nunca he oído nada de peleas. Soy muy conocido y respetado aquí». La Policía Judicial de la comisaría del distrito investiga lo ocurrido y, según Borja, le pidieron que se acercara a declarar allí ayer o hoy, pero no sabe si irá por el tema de las muletas. «Va a ser muy difícil que les detengan porque no hay cámaras ni más testigos», vaticina la víctima. Los colectivos antisistema enseguida tildaron esta agresión de ataque neonazi y ayer la concejala del distrito, Esther Gómez, dijo a través de Twitter que estaba «preocupada y a la espera de la investigación. Condena rotunda a cualquier agresión».
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