Ministerio de Justicia

Meteórico ascenso de la asesora del director de la Policía Municipal

El Gobierno de Ahora Madrid «facilita» una de las 12 plazas de subinspectora a Paloma Morales, mano derecha del responsable policial. Un juez le dio la razón porque nadie del Ayuntamiento se presentó a la vista oral en la que recurrió su suspenso.

La subinspectora Paloma Morales junto al director general de la Policía Municipal de Madrid, Andrés Serrano
La subinspectora Paloma Morales junto al director general de la Policía Municipal de Madrid, Andrés Serranolarazon

El Gobierno de Ahora Madrid «facilita» una de las 12 plazas de subinspectora a Paloma Morales, mano derecha del responsable policial. Un juez le dio la razón porque nadie del Ayuntamiento se presentó a la vista oral en la que recurrió su suspenso.

Hace ya mucho tiempo que desde algunos sectores de la Policía Municipal de Madrid se comenta el favoritismo que ejerce el Director General de este Cuerpo, Andrés Serrano, para con los suyos. A los pocos meses de llegar al Ayuntamiento el Gobierno de Ahora Madrid (entraron en junio 2015), ya surgieron los primeros síntomas de malestar entre los agentes porque le criticaban que las primeras promociones fueran, casualmente (según la Orden General del Cuerpo del 14 de octubre de 2015), dentro de la Dirección General; es decir, para «su gente». Ahora, esa fraternidad con sus más allegados ha vuelto a emerger de forma bastante más descarada, según denuncian algunos mandos dentro del propio Cuerpo.

Ha sido a raíz de una convocatoria de concurso-oposición que sacaron hace casi tres años en el Área de Seguridad y Emergencias para ascender al puesto Subinspector de la Policía Municipal. Salieron 12 plazas y, entre los funcionarios que se presentaron (por promoción interna sólo pueden aspirar a estas plazas aquellos mandos que tuvieran ya la categoría de oficial), se encontraba la que es ahora asesora de Serrano, la oficial Paloma Morales. Sin embargo, el Tribunal Calificador consideró –en un acuerdo firmado el 16 de enero de 2015– que, tras las pruebas pertinentes, no cumplía los requisitos necesarios y no la aprobó.

Morales no pensaba quedarse sin esa plaza, que es el primer paso del que auguran va a ser un meteórico ascenso, y recurrió, primero mediante recurso ante el mismo tribunal examinador. Éste volvió a pronunciarse de forma negativa en un Decreto del Delegado del Área de Gobierno de Seguridad y Emergencias firmado el 6 de mayo de 2015. Llama la atención que hasta esa fecha aún estaban en el Gobierno municipal el equipo de Ana Botella (PP).

Casualidad o no, la suerte comenzó a sonreirle al entrar al poder el Gobierno de Ahora Madrid y, con ellos, el Director General de la Policía Municipal, Andrés Serrano, con el que comenzó a ser asesora.

Así, ante la negativa del tribunal calificador, la oficial Morales decidió probar suerte por la vía judicial ordinaria. Presentó un recurso ante los Juzgados de lo Contencioso Administrativo y le fue bien. Uno de los principales motivos por los que no encontró mayor escollo es porque, al contrario que en el 90 por ciento de los casos, ningún representante legal del Ayuntamiento se presentó en sede judicial el día de la vista oral para exponer los motivos por los que el tribunal había considerado que no era apta para una de las 12 plazas de subinspector convocadas por esta administración.

Ante el rosario de méritos alegados por Morales, tal y como ella considera que venía en las bases específicas de la oposición, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 28 de Madrid le dio la razón y ordenó, en una sentencia fechada a 23 de noviembre de 2016 y a la que ha tenido acceso este diario, estimar el recurso que la oficial de policía presentó contra ese decreto del Ayuntamiento del 6 de mayo por el que le denegaban la plaza.

Al admitirle el juez su recurso ganaba la batalla en la vía judicial y ahora el Ayuntamiento debía acatar la sentencia. Aquí viene la segunda «dejación» del Ayuntamiento, según denuncian algunos mandos. Al igual que suelen presentarse en el juicio para explicar por qué le suspendieron, también suelen recurrir la sentencia cuando les es desfavorable, como Administración interesada. En esta ocasión, sin embargo, nadie recurrió. Así, el 28 de diciembre de 2016, el mismo juzgado emite una diligencia de ordenación –a la que también hemos tenido acceso–, en la que explica que «transcurrido el plazo legalmente previsto sin que por las partes se haya interpuesto recurso alguno contra la dictada sentencia» acuerda declarar firme la misma y remitirla a la administración demandada (Área de Seguridad del Ayuntamiento, ahora dirigida por Javier Barbero) para que la ejecuten.

Ejecución inmediata

Dicho y hecho. El mismo día que la Dirección General de la Policía recibió la notificación judicial (el 16 de enero de 2017, según consta en el sello del documento), emiten una resolución «por la que se ejecuta la sentencia de 23 de noviembre de 2016 dictada por el Juzgado de lo Contencioso 28 de Madrid».

En esta resolución, es el mismo Director General de la Policía quien explica el caso de la que su colaboradora más estrecha. Dice Andrés Serrano en este documento que hay que ejecutar esta sentencia (favorable a la que es su mano derecha) y hace referencia a algunos párrafos de la misma. «...el Máster en psicología Clínica Legal y Forense y el Máster en recursos Humanos, debieron ser objeto de valoración en la fase de concurso del proceso selectivo en cuestión...». También cita el párrafo en el que el juzgado da la razón a Morales en el sentido de que «debe considerarse acreditado... que el contenido de los cursos alegados como méritos sí se corresponde con el contenido de los cursos a los que se refieren las bases de la convocatoria». «No aparece valorado las habilidades directivas, como se ha dicho en la resolución que sí estaba valorado (...) cuando en caso de haberse valorado los cinco cursos debería haber sido 2,50 puntos». Dando todas estas razones (judiciales y por tanto, consideraría Serrano, «no sospechosas» de ser de parte) resuelve que debe reconocer el «derecho» de Morales para que «el Tribunal Calificador valore conforme a las Bases Específicas, los méritos alegados por al demandante». Esto suponía ya el paso definitivo para alcanzar su ansiada plaza de subinspectora.

Tampoco se hizo esperar esta resolución del Director General de la Policía. Justo al día siguiente, el 17 de enero de este año, la Subdirección General de Recursos Humanos envía una nota interna a la secretaria del Tribunal Calificador responsable de proveer 12 plazas de subinspector. En la misma, explican todo este proceso y le adjuntan la resolución del Serrano del día anterior y la sentencia en la que les obligan a tener en cuenta los méritos alegados por la oficial.

De esta forma, el pasado 15 de marzo, el Tribunal Calificador hace efectivo el «aprobado». Efectivamente al tener en cuenta estos aspectos, la mujer mando de policía obtiene una puntuación total de 17,70 puntos en la fase de concurso y una puntuación total de 23,02. Por ello, acuerdan elevar esta valoración al Director General de la Policía Municipal, «al efecto de que pueda ser nombrada como subinspectora en prácticas».

Así es como Morales, finalmente, obtiene una de las 12 plazas de subinspector, la categoría inmediatamente inferior a inspector, de donde suelen nombrar a los inspectores jefes del Cuerpo.

¿Logro social de podemos?

Y es que, los mismos que critican la sospechosa actuación del Gobierno de Ahora Madrid (o, concretamente, del director policial) para con esta funcionaria a la que parece que se le ha tratado con especial deferencia, aseguran que todo forma parte de un proceso cuyo objetivo final sería hacer de Paloma Morales la primera mujer inspectora jefa de la Policía Municipal de Madrid para así colgarse Ahora Madrid la «medalla» de este «logro social» del feminismo bajo su Gobierno.