Lenguaje
Miguel Ángel Garrido: «Debemos mantener el lenguaje en estado de vigilia permanentemente»
Filólogo y premio Julián Marías de la CAM
–¿Qué supone para usted recibir el Premio a la Investigación Julián Marías?
–Un premio a una carrera tiene su lado de gratitud. Es, por un lado, un reconocimiento a haber trabajado y, por otro, supone que tengo que darme prisa porque queda mucho menos tiempo para hacer las cosas que tengo pendientes.
–En este momento, en su carrera profesional figuran más de 200 publicaciones...
–Sí, sí. Pero me gustaría terminar todos los proyectos, si se puede. Pero sí, algunas cosas hemos hecho (risas).
–¿Considera que el remio es un reconocimiento a las Humanidades en una época de crisis?
–Sí, pero no sólo éste de este año. Fue la presidenta Esperanza Aguirre quien creó este premio y también otro de ciencias, el Miguel Catalán. Me parece todo un acierto. Se habla de crisis de las humanidades desde los padres de la Iglesia. Los seres humanos necesitamos comunicar y expresar lo que sentimos, lo que pensamos, necesitamos que nos comuniquen y nos expresen, entender lo que sienten y dicen los demás. Tenemos necesidad de pensar en el sentido que tienen las cosas de la sociedad. Eso no pasa de moda nunca, se ha necesitado siempre, se necesita ahora y se necesitará en el futuro. La superficialidad de que las Humanidades están en crisis podemos irla olvidando.
–¿Cuál es su propuesta para que las Humanidades no pierdan valor?
–Hay que quitar superficialidad. Si a la gente desde la escuela le enseñamos que cuando hablan por el teléfono móvil piensen si tienen algo que decir, produciríamos una revolución universal. Las Humanidades son animar a la gente a tener algo que decir, a leer cosas que son enriquecedoras, dejarse llevar menos de lo inmediato exterior. Esta sociedad está enferma de superficialidad y todo lo que vaya contra esto es una gran cosa. La medicina para esto es lo que llamamos Humanidades.
–¿Por qué es necesario investigar sobre la lengua española en el CSIC?
–Lo propio de las lenguas es el cambio semántico. Las lenguas sirven para comunicarnos, pero están cambiando a través del tiempo de manera que para poder decir lo mismo en un momento dado es necesario conocer unas claves que son distintas de las de años anteriores. Mantener en estado de vigilia el lenguaje es una cosa que hay que hacer permanentemente.
– ¿Cuál ha sido para usted su investigación más importante?
–Es aquella que se ha fijado en lo que se llama el giro pragmático. El lenguaje no sólo es un sistema de comunicación sino que es un acto. En general, lo más importante que he hecho ha sido promover durante medio siglo que la gente se dedique a mejorar el hablar y el escuchar. Que la gente se dé cuenta de lo importante que es comunicarnos y que el lenguaje es lo más íntimo que tenemos como seres humanos y hay que preservarlo y fomentarlo continuamente.
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