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Patronal y sindicatos llegan a un acuerdo que pone fin a la huelga limpieza
Las tres empresas adjudicatarias del servicio de limpieza viaria de Madrid y los sindicatos han llegado hoy a un acuerdo con el que se pone fin a un conflicto laboral que ha durado doce días y que ha llenado las calles de la ciudad de basura.
Las tres empresas adjudicatarias del servicio de limpieza viaria de Madrid y los sindicatos han llegado hoy a un acuerdo con el que se pondrá fin, una vez se ratifique mañana en asamblea, a un conflicto laboral que ha durado doce días y que ha llenado de basura las calles de la ciudad.
Así lo han asegurado a los periodistas los representantes de los trabajadores presentes en la reunión, tras más de quince horas de negociaciones para intentar acercar posturas y llegar a un acuerdo que supone el fin de la huelga indefinida de limpieza.
El acuerdo implica, entre otras cosas, el mantenimiento del empleo de todos los trabajadores, a cambio de ejecutar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de 45 días de suspensión de empleo al año por empleado hasta el 2017 y bajas voluntarias incentivadas con indemnizaciones de 30 días con un tope de 24 mensualidades.
También se ha acordado la posibilidad de que los trabajadores puedan acogerse a excedencias de diez años con una indemnización del 75 por ciento del salario bruto anual o de cinco años por los que percibirían en el 50 por ciento.
Además, el acuerdo contempla flexibilizar las vacaciones de los empleados de mantenimiento de jardines para que puedan cogerse 21 días en verano y los otros diez el resto del año.
Tras alcanzarse el acuerdo, han comparecido los representantes de los tres sindicatos UGT, CGT y CCOO, que han coincidido en mostrar su satisfacción porque se ha logrado eliminar, después de una ardua negociación, los 1.134 despidos que se iban a acometer.
El secretario general de UGT-Fes, Roberto Tornamira, ha confesado que está contento porque, después de una dura y complicada negociación, se han conseguido mantener los empleos, que era una de las principales exigencias de los sindicatos.
Juan Carlos del Río, responsable de limpieza viaria de UGT-Madrid, ha dicho que el esfuerzo de los trabajadores ha tenido sus frutos y ha agradecido el apoyo que han recibido de compañeros de toda España.
Del Río ha apuntado que este acuerdo demuestra que otra forma de negociar es posible, que no hay que conformarse y que los despidos que plantean las empresas "se pueden evitar".
En este sentido se ha pronunciado Francisco Javier Palacios, de CGT, quien ha puesto el acento en que "no hay por qué resignarse ni aguantarse, ni siquiera con reformas laborales por mucho que las quieran imponer".
Palacios ha atribuido el éxito de la negociación a la "unidad y al esfuerzo de todos los trabajadores y sindicatos".
Por su parte, Félix Carrión, secretario de Acción Sindical de CCOO Madrid, ha querido dejar claro que la huelga se mantiene hasta que se ratifique el acuerdo mañana en asamblea.
Entre tanto, los trabajadores de la empresa pública Tragsa, que han asumido las tareas de limpieza viaria de la ciudad de Madrid, han continuado trabajando toda la jornada de hoy y ya han recogido unas 460 toneladas de residuos, según han asegurado a Efe fuentes municipales.
Los empleados de Tragsa empezaron en la madrugada del viernes al sábado las labores de limpieza escoltados por la policía y continúan retirando la basura acumulada en las calles de Madrid y trasladándola a las instalaciones de tratamiento de residuos de Valdemíngomez.
«Espantá» de CC OO
El nerviosismo estalló a media tarde, cuando Comisiones Obreras se levantó de la mesa negociadora al considerar una tomadura de pelo la última oferta de la patronal, que proponía crear un fondo con la paga de los trabajadores para compensar las multas que impone el Ayuntamiento de Madrid en caso de que no se cumplan los criterios de calidad establecidos en el contrato. Sin embargo, minutos después regresaron a la reunión ante el malestar de sus compañeros de UGT y CGT, que consideraron el espectáculo innecesario. «Nosotros no hemos venido aquí a montar ningún "show"ni a salir en la tele», subrayaban desde UGT.
Al margen del debate en torno a la retirada del ERE y del compromiso de no consolidar rebajas salariales, el caballo de batalla fue el tira y afloja en torno a la posibilidad de aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo para todos los trabajadores del servicio de limpieza viaria y jardinería de la ciudad. Un ERTE que la empresa quiso fijar, según fuentes cercanas a la negociación, en 45 días por año, pero que los representantes sindicales trataron de minimizar.
«Les hemos dicho que nos da igual un ERTE de 45 días que una huelga indefinida de 45 días. Así de pragmático es nuestro planteamiento», reconocía un líder sindical en uno de los recesos de la negociación, al tiempo que hacía un llamamiento a la calma: «Nosotros no vamos quemar Madrid ni París ni nada parecido», ironizaba en torno a los llamamientos a la «huelga salvaje» y «total» a los que algunos trabajadores llamaban desde las redes sociales. Sin embargo, conforme el reloj se acercaba al límite, nada pudo evitar que el clima se tensara al máximo.
Los representantes sindicales entregaron sus ultimas propuestas entre gritos de «ni un paso atrás» de los trabajadores allí congregados. En uno de los recesos, cerca ya de las doce y media, algunos representantes de las empresas abandonaron momentáneamente la reunión mientras eran insultados por una minoría de empleados. En Twitter, CGT convocaba a los simpatizantes a recopilar la basura, ayudar a los piquetes a ensuciar la ciudad y a cargar contra los «esquiroles» de Tragsa.
Cinco minutos antes de la una, salieron los representantes de las empresas para proponer, por boca del miembro negociador de FCC, reunirse con siete representantes de los sindicatos como unica forma de desbloquear el asunto. «Reunirnos es la última vía que veo porque la cosa está muy mal», reconocían desde las adjudicatarias a los sindicato. Minutos después, las expectativas, decían, volvían a ser buenas, en parte gracias a que los sindicatos rebajaron sus expectativas sobre el ERTE hasta admitir los 45 días que proponía la patronal.
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