Ciudad Lineal
Por la ventana, en verano y en Ciudad Lineal
El robo con fuerza en domicilio ha crecido en la región un 12% en lo que va de año. Los cacos aprovechan la época estival para colarse en viviendas y desvalijarlas
Fin de las vacaciones. El viaje de regreso desde la costa ha durado unas cuantas horas en coche. Semblantes tristes –comienza el rutinario trabajo– y cansados después de cientos de kilómetros a las espaldas. Bajamos las maletas, la sombrilla y todos los bártulos y nos disponemos a volver al hogar. Pero al introducir la llave en la cerradura y abrir la puerta de casa nos damos cuenta de que algo va mal. Los cajones están abiertos, los armarios revueltos, falta la tele de plasma, las joyas del cajón del dormitorio... Han entrado a robar mientras estábamos fuera. La escena se repite estos días más que en cualquier otra época del año ya que estos son los días preferidos por los delincuentes para robar en el interior de una vivienda. Cuando alguien se encuentra en esta desagradable situación, la llamada a la Policía es casi inmediata.
Aunque antes de interponer la denuncia hay que cuantificar el material robado, lo más recomendable es que un indicativo policial se persone cuanto antes en el domicilio de los hechos para que establezca el protocolo adecuado. Lo primero que hacen los agentes personados es redactar una minuta o nota informativa en la que especifican los daños y el modus operandi de los delincuentes y remiten el documento a la Oficina de Denuncias de Atención al Ciudadano (ODAC). Este organismo es el que avisa a los agentes de la Policía Científica, que se personarán lo antes posible en la vivienda para realizar una inspección ocular de los hechos. Tratan de recoger huellas o algún tipo de rastro que hayan dejado a su paso. Fuentes policiales aseguran que cada vez los ladrones se lo ponen más difícil porque es poco habitual que no utilicen guantes para no dejar sus huellas dactilares por toda la casa. En una ocasión, un ladrón se dejó olvidada una lata de refresco de cola en la encimera de la cocina de la casa donde había entrado a robar. Además de su ADN, la lata tenía las huellas del caco en cuestión, por lo que su arresto fue sencillo. En otras ocasiones, los cacos se encuentran con «sorpresas» añadidas, como un caso de hace apenas una semana en el que entraron en la casa de una mujer adinerada. Se estaban llevando los cuadros que tenía colgados de la pared (de gran valor) cuando, detrás de uno de ellos, se encontraron una caja fuerte. No tardaron mucho en llevársela para destrozarla en otro lugar más seguro.
Aunque hace ya mucho tiempo que a los delincuentes no les importa que los dueños estén dentro para colarse y llevarse todo lo que encuentren de valor, prefieren actuar sin inquilinos para no verse en la situación de emplear la violencia. Por eso es esta época del año la preferida por los ladrones y las comisarías notan un incremneto de denuncias por robos con fuerza en domicilio cuando la gente regresa de sus días de descanso. Aún así, este tipo de robos ha aumentado a lo largo de todo el año: en el primer semestre de 2013 se incrementaron en un 12,7 por ciento respecto al mismo periodo de 2012. Pasaron de 6.940 a 7.819 este año, según el Balance de Criminalidad publicado ayer por el Ministerio del Interior.
Actuán por toda la región, pero la capital y, en ella, el distrito de Ciudad Lineal es el que más ha sufrido este tipo de delitos.
Para acceder a las casas siguen empleando los clásicos métodos como el del resbalón, aunque últimamente está en auge entrar por la ventana, como «el hombre araña», detenido esta semana por la Policía Nacional.
El robo con fuerza en domicilio no es el único delito que ha subido en la región. Según los datos de Interior, elaborados con indicadores estadísticos de criminalidad utilizados por la Oficina de la Unión Europea (Eurostat), también han subido los hurtos, que han pasado de 75.588 a 78.318 en los primeros seis meses de este año, un 3,6 por ciento más.
Pero también hay datos positivos. La delincuencia violenta ha bajado un 1,9 por ciento (de 12.927 a 12.679 denuncias) y el robo con violencia e intimidación ha caído un 1 por ciento (de 11.743 a 11.622). También han disminuido los robos con fuerza en general un 4,5 por ciento (de 32.179 a 30.731) y la sustracción de vehículos a motor, que ha caído un 2 por ciento.
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