Ganadería

Que viene el lobo: hasta 15 ataques al ganado recurridos ante la Justicia

Un juzgado obliga a la Comunidad a indemnizar a un agricultor con más de 24.000 euros

Aunque el ataque no conlleve la muerte del animal, los daños también provocan traumas en el ganado, de forma que le resulta imposible seguir con su actividad
Aunque el ataque no conlleve la muerte del animal, los daños también provocan traumas en el ganado, de forma que le resulta imposible seguir con su actividadlarazon

Un juzgado obliga a la Comunidad a indemnizar a un agricultor con más de 24.000 euros

Los ganaderos de la Comunidad llevan años gritando «qué viene el lobo». Y así ha ocurrido. De forma progresiva, los ataques al ganado han ido en aumento hasta sufrir, de media, alrededor de uno diario. La ordenanza regional vigente les indemniza con unas cantidades que van de 60 euros –por cordero o cabrito joven– a los 600 euros –por ternero de mes a seis meses–. Algo que consideran a todas luces insuficiente y que les ha llevado a recurrir a los tribunales. La Unión de Ganaderos, Agricultores y Silvicultores de la Comunidad de Madrid (Ugama) ha logrado que un Juzgado de lo Contencioso de la capital haya fallado en favor de un pastor madrileño, cuya explotación se encuentra en Paredes de Buitrago, en la Sierra Norte de Madrid. Por la muerte de una de sus ovejas, el juzgado ha condenado a la Comunidad de Madrid a indemnizarle con 24.703 euros, debido a que los daños sufridos «son seis veces superiores a los que estipulan los baremos» de la orden regional, explican desde Ugama. Para hacerse una idea de la situación, este mismo ganadero ha sufrido recientemente la pérdida de otras dos ovejas y un ternero. Por ello, desde Ugama explican a LA RAZÓN que, entre los recursos en juzgados y los interpuestos ante el Tribunal Superior de Justicia, ya son alrededor de una quincena las demandas a la espera de resolución. Se trata de la segunda vez que los tribunales les dan la razón. La anterior vez, la compensación fue también superior a los 20.000 euros.

«El lobo está perdiendo el miedo a la presencia humana. No es el lobo huidizo de hace 40 años. Se siente seguro, nadie le hace daño y se ha vuelto muy astuto», explica a este diario Alfredo Berrocal, presidente de Ugama. No hay momentos de especial intensidad en los ataques. «Van por oleadas, se desplazan durante 7 u 8 kilómetros, del norte al oeste... Saben donde pueden encontrar la granja, el plato suculento. Atacan, cesan, y van a otro lado», describe. Si los ganaderos se toman «la justicia por su mano» y matan a un lobo, se exponen a multas que van de los 50.000 a los 30.000 euros.

Además de exigir indemnizaciones acordes a la «pérdida del valor real del animal» y también al daño moral que sufren los propios ganaderos, piden al Gobierno regional medidas preventivas. Algunas de ellas podrían ser la instalación de mallas eléctricas o la construcción de refugios para el ganado ovino y el caprino, si bien esta última es difícil «debido a la prohibición de construir en zonas verdes». El uso de mastines tampoco está siendo efectivo, ya que atacan también a otros animales domésticos, como los perros. ¿El resultado? «La imposibilidad de que este sector primario puede pasar de padres a hijos y que, cada vez, nuestros pueblos estén más abandonados».