Sucesos
Reincidentes y violentos, así son los atracadores españoles
Los robos con violencia aumentaron un 15% en 2012. La Policía contabilizó 24.859 delitos de este tipo. Joyerías y boutiques de lujo son las favoritas de los cacos nacionales, la mayoría experimentados aluniceros
«La adrenalina de un atraco es la más intensa que puede experimentar un delincuente. Aunque económicamente les saldría más rentable otro tipo de robos, como el butrón, muchos no pueden dejarlo porque están enganchados a esa sensación».
«La adrenalina de un atraco es la más intensa que puede experimentar un delincuente. Aunque económicamente les saldría más rentable otro tipo de robos, como el butrón, muchos no pueden dejarlo porque están enganchados a esa sensación». La afirmación la hace un experto mando policial que lleva muchos años detrás de atracadores y conoce bastante bien sus comportamientos. «También pasan miedo y se ponen nerviosos, por eso muchas veces acaban haciendo cosas que no tenían pensado y, en lugar de un robo con violencia, acaban siendo imputados por tentativa de homicidio o de lesiones», asegura. Los robos con violencia e intimidación, es decir, el puro atraco, aumentaron en la región un 15 por ciento el pasado año. El Ministerio del Interior contabilizó 24.859, frente a los 21.619 de 2011. Quitando los que se producen a particulares en la vía pública, el resto son en comercios. El gremio de joyeros es, sin duda, el más castigado. En lo que va de año ya han entrado a más de una treintena de negocios –con una media de un establecimiento robado cada dos días–, pero las peleterías y otras tiendas de lujo, así como los bancos, las gasolineras, las farmacias, los estancos o las administraciones de lotería también sufren la irrupción de encapuchados armados en sus locales apuntándolos con un arma y exigiéndoles la recaudación o el género.
Como explicaba el mando policial, los delincuentes suelen salir mejor parados con el robo con fuerza. Lejos del escandaloso alunizaje, hacer un butrón es mucho más discreto, tienen más tiempo para llevarse lo que quieran y, en caso de ser detenidos, el robo con fuerza está mucho menos castigado en el Código Penal. Aún así, los atracos aumentaron en Madrid.
La Brigada Provincial de la Policía Judicial diferencia principalmente tres grupos de atracadores. Hay bandas de españoles, latinoamericanos y del Este, principalmente. Actúan de forma similar, aunque hay particularidades según la nacionalidad. En general, todos hacen un pequeño estudio previo del lugar escogido. Muchas veces hacen saltar la alarma de los establecimientos y estudian qué ocurre: cuánto tiempo tarda en llegar la Policía, cómo se comportan los propietarios...
El Grupo XIII está especializado en atracos perpetrados por españoles. Se trata de delincuentes que vienen en su mayoría de la «escuela» del alunizaje. Actuán en grupos de tres o cuatro personas y tienen entre 20 y 25 años. Suelen emplear armas cortas o navajas para intimidar a los propietarios, pero suelen evitar el empleo de la violencia. A pesar de su juventud, cuentan con un amplio historial delictivo por hechos similares y, casi siempre, por conducir sin carné. Prefieren, sobre todo, joyerías de barrio y «boutiques» de la Milla de oro y suelen contar con información previa del lugar: horarios de apertura y cierre, qué franja horaria puede contar con menor clientela, ubicación de las cámaras de seguridad, piezas de mayor valor (en qué vitrinas están colocadas), dónde está la caja registradora... Para ello, suelen acudir días antes con algún «gancho» como clientes y observan dónde está todo colocado, así como las características físicas y la actitud del potencial atracado, según fuentes policiales. Después del suceso, suelen huir en vehículos de gran cilindrada generalmente robados.
Dentro del grupo de los nacionales también están los que actúan solos. Se trata, generalmente, del típico toxicómano con numerosos antecedentes e incluso con varias penas de prisión cumplidas por hechos delictivos propiciados por el consumo de estupefacientes. La horquilla de edad está entre los 30 y los 50 años y tratan de intimidar con armas blancas, pero rara vez emplean la violencia. Les da igual una joyería que una farmacia o cualquier otro establecimiento y no han preparado con anterioridad el «palo».
Los latinoamericanos los lleva el Grupo II de la Policía Judicial. El modus operandi es similar al de los españoles y también vienen de «escuelas» de delincuencia inferiores. Son gente bastante joven (en torno a la treintena), pero mucho más violentos. Emplean armas de fuego, generalmente simuladas y son muy agresivos en su huida. Sin embargo, los más violentos con diferencia son los de las bandas del Este, que no dudan en cometer un homicidio o un secuestro si la operación lo requiere. Se trata de gente muy preparada (muchos han estado en la KGB o en otros grupos paramilitares en sus países), de a partir de 30 años, y pueden intimidar hasta con recortadas. Están perfectamente organizados y el «palo» ha sido perfectamente estudiado antes de acometerlo. Los investigadores aseguran que toman extremas medidas de seguridad y cuentan con avanzados equipos para burlar sistemas antirrobo. Se dedican a grandes operaciones: joyerías de lujo, mansiones, bancos... Les sigue la pista el Grupo XVI de Policía Judicial.
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