Grupos
Savages: «La música puede liberarnos»
Son la gran sensación, por honestidad y firmeza de propósitos, por riqueza de discurso, por la credibilidad que destilan. Savages hacen honor a su nombre («salvajes») con su disco «Silence Yourself», un álbum inquietante y de enorme intensidad que presentan en el ciclo SON Estrella Galicia de Madrid. Y escuchando hablar a Jenny Beth, su vocalista y líder, entendemos por qué.
-Parece que sus canciones van dirigidas al lugar de la mente donde se encuentra el conflicto. ¿Creen que hay lugares del cerebro adonde sólo llega la música?
-(Risas) Puede ser... Es divertido pensarlo, aunque no soy una especialista del cerebro humano. Desde luego, la música tiene poder para cambiar la vida de la gente. Cambió la mía absolutamente.
-Sin embargo, ¿diría que hemos perdido la capacidad de conectarnos con nuestra naturaleza, y que la música ayuda a eso?
-Desde luego, creo que hay una considerable cantidad de cosas que nos separan de nuestro ser interior. Los sistemas de comunicación por ejemplo. Nuestra sociedad evoluciona tecnológicamente, pero nosotros no vamos al mismo ritmo como seres humanos. Si hubiera un fuego en el edificio donde estamos ahora, todos correríamos escaleras abajo para escapar, huyendo como animales. También las drogas, el alcohol o la televisión son particularmente responsables del «apagón general» del alma humana. Yo creo que la música es capaz de emanciparnos, puede liberarnos de esa opresión.
-Sus letras son muy inquietantes. ¿surgen antes que la música?
-Por lo general llego a los ensayos con mi cuaderno de letras y decidimos qué funciona y qué no, dependiendo de la música que suene. Tiene que funcionar de manera intuitiva, y eso me obliga a escribir mucho porque no todo el material que tengo encaja en los temas de Savages. Hay que seleccionar, pero s inspiran al resto del grupo, es que la elección es correcta.
-¿Trabaja con conceptos filosóficos?
-Por lo general trato de lograr un equilibrio. «I am Here», por ejemplo, está inspirado en la idea del escritor francés Antonin Artaud, quien experimentó con la concentración y la determinación. Él creía que las palabras tienen tanto poder como las acciones, y que pueden influir en la gente de alrededor y cambiar su realidad. Sin embargo, algunas líneas en esa canción se refieren a mi vida; son muy personales. Creo que ese equilibrio me permite no perder nunca la conexión con una canción a través de los años.
-En uno de sus manifiestos, dicen que el arte está banalizado. Estoy de acuerdo, y pienso además que la música popular (el rock) es la forma de creación que tiene influencia más real en la gente y audiencias activas, más que el cine, la novela o el arte. ¿Qué opina?
-Creo que tienes razón. El Rock and Roll es muy poderoso y siempre ha tenido una conexión muy fuerte con su audiencia, ha cambiado la forma de ver el mundo, de vestir, de hablar de muchas personas... Siento que hay bandas que empiezan con una vaga, muy vaga idea de lo que deberían estar haciendo o de por qué lo hacen.
-Algunas de sus canciones parecen surgidas del conflicto entre personajes. ¿Están interesadas en los roles sociales o el choque se refiere a relaciones amorosas?
-Algunas canciones fueron escritas en una situación de conflicto cuando tuvimos que enfrentarnos cuando la banda se formó. No fue precisamente bonito, sino al contrario, porque algunas personas a nuestro alrededor tenían malas intenciones y tuvimos que cambiar algunas cosas antes que arriesgarnos a que el grupo se disolviese. Algunas letras las escribí en ese contexto, como «Shut up», «No Face» y «Strife»... Creo que hasta ahora no he escrito canciones de amor para Savages, no me siento preparada, puede que no sea lo suficientemente madura.
-¿Qué clase de reacciones quieren provocar en el oyente?
-Llevarles al límite, poner al público en un estado de frustración para que tengan que hacer algo, cambiar algo. Aunque sea «simplemente para bailar en la oscuridad», como canta Springsteen...
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