Crítica de libros

Tachenko: dos conceptos

Tachenko: dos conceptos
Tachenko: dos conceptoslarazon

Hay conceptos que se juntan en el cerebro una décima después de haberlos escuchado seguidos y provocan metafóricos fuegos artificiales. Y si hay un riff de guitarra marca de la casa, el efecto es que te estás acercando a la quimera de la canción perfecta. Eso es lo que persiguen Tachenko, el grupo de Zaragoza liderado por Sergio Vinadé y Sebas Puente y que completan Eduardo Baos y Alfonso Luna, que acaban de publicar «El amor y las mayorías». Prueben a escuchar «Suerte y relámpago», un tema de este disco, en el que cantan: «Tienes la cifra exacta / el gesto ideal / la fuerza sexy del ''No pasarán''». «Por lo que nos ha llegado, es verdad que parece que está triunfando», dice Sebas, que es el que aporta las letras. «Creo que es por el choque de conceptos, y son cosas que a veces pasan por suerte y que sin la guitarra no quedan tan bien», asegura. «Cada vez escribo menos con el estilo automático que tenía antes, pero no nos gustan las canciones con un significado cerrado, sino que tengan un punto de fuga», explica. Siguen fieles a su esencia, pero van abriendo caminos, como el de la pista de baile (la genial «Dame una pista») y también está la primera canción instrumental «Genzor cabalga»), dedicada a un amigo que ha superado un cáncer «con una actitud vital impresionante y en tiempo récord» (Sergio). «Nos ha dado una lección de vida con estilo muy... aragonés» (Sebas). Incluso soterran la crítica social, muy fieles a su estilo, en varios temas. «Nunca nos ha gustado sonar evidentes, y combatimos la realidad si no nos gusta con nuestras armas», confirma Sergio. Pero la crítica social («las mayorías») es la mitad de los asuntos del disco («el amor»). Mucho realismo y toneladas de humor para escribir: «Abalanzándose hacia ti, / con tal de decidir, / mi amor, las mayorías». Y es que la democracia no funciona en el amor ni en los grupos de pop: «Somos más de confiar en el otro. Si hay que discutir, discutimos, pero dejamos los egos en casa».