«Tipeja, mandril», los insultos con «likes» de IU en Galapagar

Una concejala del PP, denuncia ante la Guardia Civil los «retuits machistas» de la edil Celia Martell.

«Inculta», «ridícula», que va «clavando tacones en el techo del coche» y que «se lleva con algún guardia civil que otro». Una «Señorita Escarlata», que «juega con muñecas» y que «sirve para hacerse fotos y poco más». «¿No te hacían caso las clientas cuando vendías cremas?». «Sale muy mona, es como hacerse una foto junto a un decorado que no se usa». Esta es una pequeña muestra de los insultos recibidos en Twitter por Carla Greciano, concejala del PP en Galapagar. Sin embargo, ha decidido decir basta: ha interpuesto una denuncia ante el puesto de la Guardia Civil de la localidad. Según consta en el documento, al que ha tenido acceso este periódico, hasta 17 usuarios de la red social se enfrentan a penas de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses por violar el artículo 510 del Código Penal: promover o incitar directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra una persona determinada por, entre otras, razones de sexo o género. Y entre esos 17 denunciados, entre los pocos que se muestran con nombres y apellidos –la mayoría son alias–, destaca una «rival» política: Celia Martell, concejal del Grupo Mixto Galapagar en Común-IU.

Tal como denuncia el PP de esta localidad madrileña, Martell, que se define en su perfil como «de izquierdas y luchando por la justicia social» y «vegetariana convencida en defensa del derecho animal», ha retuiteado o ha dado su «like» a algunos de los tuits que el partido considera «ataques machistas» contra Greciano: «niñata» o «mandril» o «tipeja» son algunos de los insultos recibidos y que han merecido el apoyo público de Martell.

«Según esta tipeja, ella decide quién puede o no estar en la mesa general de negociación de los trabajadores», dice uno. «Ya estamos acostumbrados a las pataletas de @CarlalGreciano, cuando se enfada se pone súper roja y se pone a chillar como un mandril», afirma otro. «Nos encanta que demuestres tu rabieta de niñata con los representantes de los trabajadores, te aconsejaría que dejaras de hacer el ridículo e hicieras tu trabajo. Entiendo que pueden ser dos cosas muy difíciles de hacer a la vez, pero inténtalo», reza otro tuit. Todos ellos pertenecen al usuario Indefensionlaboral@Galapagar.

«Lo que llama la atención es que se trata de una concejal, mujer y de Izquierda Unida, partido que está siempre con la bandera del feminsmo», afirmaba ayer Greciano. Sin embargo, «cuando la mujer atacada es del PP, parece que somos menos mujeres. No sólo nos pueden insultar impunemente, sino que lo apoya, le da al ''me gusta'', lo retuitea y lo difunde. Es algo que no se debe consentir», añadía.

Así, el PP de Galapagar exigirá en el pleno ordinario de hoy a Martell que se retracte «del apoyo que ha mostrado en redes sociales de los ataques machistas» a la concejal. Y es que, si a una mujer «de la corporación municipal la insultan, cosifican y denigran en las redes sociales, todo aquel que está compartiendo estos mensajes se convierte en cómplice de forma indirecta». «Es especialmente llamativo que aquellos que abanderan la defensa del feminismo y en sus discursos reivindican siempre el papel y la dignidad de la mujer en nuestra sociedad, a la hora de la verdad no den la cara y se dejen llevar por intereses políticos», desarrollaba el PP en un comunicado.

«Espero que la concejal pida disculpas en el pleno. Y si no, tendremos que pedir su dimisión, porque en ese punto se ha equivocado», concluía ayer Greciano, que reconocía que «nadie de la oposición se ha puesto en contacto conmigo para saber cómo estaba». Del mismo modo, ninguno de los demás partidos ha hecho mención alguna al caso en las redes sociales.

A raíz de presentar la denuncia, desde el PP señalaron que, «casualmente», el inicio de los ataques a través de Twitter se produjo en diciembre, cuando Greciano era instada a «negociar un convenio laboral». Con todo, desde entonces, los tuits contra la concejal han ido aumentando, superando en ocasiones hasta las 40 notificaciones diarias, según afirmaron los «populares».