Patrimonio

UGT deja el convento

El sindicato, que trasladará sus oficinas al «cuartel general» de Avenida de América, ha encontrado arrendatario para su sede histórica del número 88 de la calle Hortaleza. El nuevo inquilino, cuya identidad es aún confidencial, va a pagar una renta anual de entre 400.000 y 600.000 euros por un inmueble que pronto cumplirá 400 años.

UGT ha celebrado este 2017 los 30 años de la compra del edificio de Hortaleza, 88
UGT ha celebrado este 2017 los 30 años de la compra del edificio de Hortaleza, 88larazon

El sindicato, que trasladará sus oficinas al «cuartel general» de Avenida de América, ha encontrado arrendatario para su sede histórica del número 88 de la calle Hortaleza. El nuevo inquilino, cuya identidad es aún confidencial, va a pagar una renta anual de entre 400.000 y 600.000 euros por un inmueble que pronto cumplirá 400 años.

A primeros del próximo año UGT dejará su sede conventual del número 88 de la calle de Hortaleza para trasladarse al «cuartel general» de la Avenida de América en un intento de tapar el agujero que para su economía representaba tener abierta esa sede, cuyos gastos de mantenimiento son de un millón de euros anuales. Una decisión de su secretario general, José María Álvarez, quien nada más tomar posesión de su cargo trazó un plan de saneamiento económico ante la delicada situación en la que se encontraban las arcas del sindicato. Habiendo espacio y recursos en la sede central de Avenida de América, lo mejor era trasladar allí las oficinas de la calle de Hortaleza.

Adoptada esta decisión, se puso en marcha el procedimiento para vender o alquilar ese viejo edificio, próximo a cumplir 400 años de existencia y que fue convento para recogida de mujeres descarriadas, antes que oficinas sindicales.

El pasado mes de enero se recibieron cuatro ofertas de compra del antiguo convento de las Arrecogidas por importe de 15 millones de euros, apetecible precio si se tiene en cuenta que UGT lo compró en 1987 por 190 millones de pesetas, a los que hubo que añadir otros 40 millones del proyecto de rehabilitación del inmueble. Las cuatro ofertas fueron rechazadas. Los responsables del sindicato decidieron que la venta no era la primera opción porque querían mantener el edificio como bien patrimonial y se estimó que lo aconsejable era alquilarlo por un precio de entre 400.000 y 600.000 euros anuales.

Y por fin, después de una larga espera, el convento ya ha sido alquilado, según nos confirman en UGT, aunque no pueden desvelar el nombre del arrendatario ni el precio de alquiler convenido, ya que así lo han establecido en un contrato de confidencialidad.

El inmueble cuenta con una superficie de casi 5.000 metros cuadrados, repartidos en tres plantas, y pese a su envidiable ubicación en el centro de la ciudad, uno de los mayores inconvenientes para su venta o alquiler es que, al tratarse de un edificio histórico protegido, no se puede actuar sobre el claustro, la capilla y la fachada. Conserva la belleza del patio interior, el acceso a la antigua iglesia y parte del mobiliario que estuvo en el despacho de Largo Caballero cuando éste fue ministro de Trabajo. Y una curiosidad: en este convento rodó Pedro Almodóvar una parte de su película «Entre tinieblas».

En el año de 1587, las monjas terciarias franciscanas empiezan a recoger en el Hospital de Peregrino a mujeres descarriadas que ejercían la prostitución y estaban discriminadas y abandonadas por la sociedad de la época. La institución estaba radicada en un edificio de la calle del Arenal, que ante la escasez de recursos para mantenerlo, terminó cayendo en la ruina.

Fue entonces cuando el Gobernador del Consejo Real, mandó construir un nuevo convento en la calle de Hortaleza, inaugurado en mayo de 1623, frente al hospital de leprosos de los clérigos de San Antonio Abad. Muy cerca se hallaba una fuente que pronto empezó a ser conocida como de las Recogidas, sustituida en 1770 por la de los Galápagos y, a principios del siglo XX, por la de los Delfines.

Para el traslado a la nueva sede, se celebró una solemne procesión, con veinte monjas y cincuenta mujeres arrepentidas, incluso parece que el cortejo, a su paso por el Monasterio de las Descalzas, se detuvo ante la presencia de Felipe IV y su esposa, Isabel de Borbón, que se encontraban en el balcón.

De tres maneras se ha denominado a este convento a lo largo de su dilatada historia: de Santa María Magdalena de la Penitencia, de las Recogidas o, de forma más popular, de las Arrecogidas. Allí se procuraba la reclusión de mujeres de cualquier edad que hubieran sido «públicas pecadoras», recogidas en las calles, o enviadas allí por sus familias a causa de su mala conducta, y mostraran arrepentimiento.

Eso sí, deberían cumplir una norma inexcusable: sólo podrían dejar el convento para casarse o para tomar hábitos de cualquier orden religiosa. En 1733, por deseo de Felipe V, se crea la Santa y Real Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza y Santo Celo de la Salvación de las Almas, extenso nombre para ponerlo en una tarjeta de visita. Y la Hermandad fija su sede en este convento de las Arrecogidas, en 1744. Se creó una ronda, que terminó conociéndose como del Pecado Mortal, que paseaba por las calles más sórdidas de Madrid, para inquietar, al son de campanillas, a prostitutas pero, sobre todo, a sus clientes, con coplillas como ésta: «Hombre que estás en pecado; si esta noche te mueres; piensa bien a donde fueres. Presto, torpe pasarás; de tus carnales contentos; a los eternos tormentos».

Por lo que respecta a este edificio del número 88 de la calle de Hortaleza, en 1897, el arquitecto Ricardo García Guereta, hizo alguna remodelación, como recubrir parte de la fachada con ladrillo de estilo neomudéjar. En 1916 se derribó parte del convento para llevar a cabo una reconstrucción del edificio original, según el trazado de los planos primitivos.

Una marca de distribución

En 1987 lo adquiere la Unión General de Trabajadores, por un cantidad de 190 millones de pesetas, precio que se consideró muy ventajoso, habida cuenta del precio de mercado del suelo en la zona donde está ubicado, aunque, al tener nivel de protección 1, hace que no se pueda demoler, incluso que las obras de rehabilitación y acondicionamiento que se hicieron en su día y las que pueda hacer ahora el nuevo arrendatario, tienen que ser autorizadas por Patrimonio. En junio de 1989 se trasladó a la nueva sede conventual la Ejecutiva Confederal del Sindicato.

¿Qué empresa se establecerá en el viejo edificio conventual? Aún no se ha desvelado, pero podría ser una importante marca de distribución que instalará en Madrid su buque insignia. Habrá que esperar.